Odiando las tardes de otoño

Capítulo 17

★-Te amaba... Yo te amaba-★

 

— Pesadilla, por favor, escúchame... —me repite... Yo sigo en shock... Me acaba de abrir la puerta del apartamento de mi mejor amiga. Mi novio. Y encima sin camiseta.

— Jake... No quiero escucharte, no quiero explicaciones. Iker y yo queremos la verdad. —digo por Iker y Jake nos deja paso, Amaya se asoma y suspira.

— ¡Voy a cambiarme y salgo! —dice ella y Jake pone los ojos en blanco, Iker me abraza.

— Shh... Calma super estrella... —le miro, me ha hablado con el apodo que teníamos de niños.

— Dime la verdad Jake. ¿Cuánto tiempo?

— Umm.... Llevamos... ¿dos meses juntos?

— Sí. —Le digo, mirando al suelo.

— Pues desde hace un mes... —Contesta él, se le nota dolido, pero a mí me da igual.

— Vale... Sabes bien lo que te diré.

— Si... Perdón... Perdoname por no decírtelo... —Me mira triste, casi llorando. Me lo dice con la voz rota.

¿Cómo le has escuchado?

Ni yo lo sé.

— Deberías avisar de que era una relación abierta... —digo yo, medio en broma, con una risa triste. Amaya sale de su cuarto, cuando nos ve, se pone nerviosa. Iker y yo le miramos en busca de explicaciones.

— Habla —le dice su novio,, aunque ya no sé si seguirán siendo novios.

— ¿Qué hacéis aquí? —pregunta ella.

— Amaya... Habíamos quedado hace una hora en el parque de aquí abajo —dice Iker. Estamos en el salón, yo me siento en el sofá y Jake a mí lado. Aunque por la mirada que le lanzo, se aleja a la otra punta.

— ¿Eh? ¿Qué hora es? ¿No era mañana? —pregunta la pelirroja, su novio se le acerca y le mira fatal.

— Son casi las ocho de la tarde y estamos a lunes. Habíamos quedado hoy, Amaya. ¡Hoy! —dice enfadado. En cambio yo miro a Jake, dolida.

— Una hora...

— Pesadilla, te juro que no quería... Te lo prometo... —me dice dolido.

— ¿No querías? ¿Entonces por qué lo has hecho? Dame una razón, solo una, para saber si debo perdonarte o no —Jake suspira y me lleva hacia la cocina para que Iker y Amaya tengan más privacidad para hablar.

— Me dijo que me pagaría... Qué me daría dinero... Pesadilla... Mi padre necesita el dinero para una operación... Te juro que no quería...

— ¿Cuánto?

— ¿Cuánto qué? —Me pregunta él sin entender nada.

— Dinero. ¿Cuánto dinero te ha dado?

— Dos millones... —dice en un susurro y joder... ¿Quién coño regala dos millones de euros? Decidido, Amaya es tonta.

Sí las rubias eran tontas, de las pelirrojas mejor no hablamos...

— ¿Cuánto necesita tu padre?

— Un millón y medio...

Suspiro y cojo aire, así unas tres cuatro veces y le miro a los ojos.

— Jake... Me has engañado... Llevas engañándome un mes... —digo entre lágrimas. El de ojos verdes se me acerca.

— Pesadilla... Lo siento mucho, de veras... Entiendo que no quieras hablarme... Pero avísame cuando necesites a alguien porque ahí estaré, siempre estaré para ti.

— Está bien... —digo, salgo del salón y veo a Iker. Él me lanza una mirada que dice "Vete tú". Y eso hago, voy a mi casa, de camino escucho música y veo a... A una desconocida, porque yo ya no conozco a Diana, desde ese día la trato como una desconocida y así será. Porque su traición no la supero.

Al llegar a casa, hago la maleta, Mer me mira en busca de algo y yo suspiro.

— ¿Recuerdas que te dije que me iría a estudiar un año o dos a Estados Unidos?

— Sí.

— Pues me voy ya. —Miro mi móvil, el avión sale en dos horas— Dile a Noah que volveré en primavera dentro de dos años...

— Cuando cumplas los veinticuatro o veinticinco... —Dice ella y yo asiento con la cabeza.

— Si necesitas dinero me dices, sigue con la guitarra estos años, ¿sí?. Se te da bastante bien, dedícate a ello. Dile a Noah que se dedique a lo que le gusta... Ehhh... ¿Periodismo era? Qué se dedique a lo que le dé la gana, no me quejaré, cuidaros... Por favor, prometerlo —le digo a ella, ella llorando asiente con la cabeza.

— Me dedicaré a la guitarra... Y Noah al periodismo, Pinky Promise —me dice con el meñique y los juntamos. No quiero irme, pero sé que debo hacerlo.

— Adiós... —le digo. Termino de hacer la maleta, cojo una mochila que ya tenía preparada y me subo a un autobús hacia el aeropuerto.

Al llegar, facturo mi maleta y suspiro... En este me ha pasado de todo, he sido batería en una banda famosísima... He sido o soy novia de un cantante famoso, he vuelto al mundo de la música, Mer y Noah se han ido a vivir conmigo... Loren se ha ido.. de todo.

Me subo en el avión y me siento en mi sitio, me ha tocado la ventanilla. Miro por el cristal hasta que noto que alguien se sienta a mi lado y me giro.
Rubio, ojos marrones y no muy alto, me sonríe y yo a él.

— Te pareces a una chica que conocí... —me dice y yo le miro extrañada.

— ¿Enserio? Tú también te pareces a un chico que conocí.

— Sí, se llamaba Lucía... ¿Cómo se llamaba ese chico?

— David. ¿Y tú? —le digo sonriente.

— ¿Yo? Yo me llamo Henry. ¿Y tú, bella dama?

— Soy Lara, un placer conocerte, Henry.

Henry y yo nos pasamos hablando todo el vuelo, bueno... La mayoría, porque también hemos dormido y comido.

Es muy majo.

Al llegar a Nueva York, suspiro y sonrío.

— Nueva vida... —Susurro y voy a por mí maleta, poco después pido un taxi que me lleve al centro de la ciudad, voy a vivir en un piso compartido y trabajaré como niñera de un niño pequeño, hijo de famosos... Aunque no sé si también me quedaré para cuidar al hermano mayor, empiezo mañana.

Llegó al piso super cansada, miro a mi compañera y le sonrío.

— Hello —Me dice.

 Hi

— Are you Lara?

— Yes, I am. Are you Angela?




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