Anoche dormí como nunca, tuve un sueño totalmente reparador. Tal vez haya sido porque alguien me defendió por primera vez. Al haber dormido tan bien me desperté más temprano de lo común, al bajar preparé un super desayuno. Este lo tenía merecido pero más lo hacía para no entrar a la cafetería. Cuando me dispongo a sentarme a comer escucho una voz conocida, pero tan extraña para mí. Al voltearme confirmo mis sospechas, ahí estaba mi padre parado con una sonrisa de oreja a oreja. Corro y le doy un fuerte abrazo y me refugio en los brazos de mi padre.
-Hija mía, como has estado- me pregunta, mientras me da un tierno beso en la frente. Mi padre siempre me trato así, como un frágil hilo de cristal. Sabía que como casi nunca estaba presente en mi vida, debía darme todo su amor en esos momentos que si estaba.
-Bien, papa- mientras le hablaba mi padre se quedó mirando detrás de mí, cuando giro está mirando fijamente mi super desayuno- quieres un poco? – pregunto al ver que no le quita los ojos de encima. Como sé que la respuesta a la pregunta seria afirmativa, me voy rumbo a la cocina y le sirvo. Nos sentamos en la mesa a desayunar tranquilamente, cosa que casi no hacíamos ya que mi padre siempre estaba ocupado. Lo único que se oye es un profundo silencio, pero no es un silencio incomodo, es un silencio que por mi parte disfruto. Terminamos de comer pensaba que mi padre se iría pero para mi sorpresa se sentó en el sofá a ver la tele. Extrañada subo a mi habitación, a prepararme para ir a la escuela. Ya lista bajo las escaleras, para comenzar mi día. En ese momento escucho la voz de mi progenitora, esa que pienso me odia.
-Por dios así te vistes para ir a la escuela!?- me pregunta brindándome una mirada de desprecio. Cosa que nunca entendí ya que es mi madre al fin y al cabo.
-Que tengo de malo- me miro y cuando confirmo que no hay nada malo en mis vaqueros, sudadera y tenis de siempre le pregunto.
-Como que que tienes de malo, acaso no te ves, parece que te quedaras viendo la tele en depresión, además pares vagabunda con esos harapos- siento mis ojos picar, y las lágrimas amenazan con salir. En ese momento escucho la bocina de la guagua escolar. Salgo corriendo de ese lugar que es mi casa, pero que ni parece. No sé si fue mi imaginación pero creí escuchar a mi madre diciéndome cobarde. Hoy no estoy de ánimos para nada, así que aunque vi a Alex lo ignoré y me senté sola. Y como era costumbre nadie se sienta a mi lado.
“Luke”
En estos últimos días no he podido dormir nada bien y no encuentro una explicación obvia para ello. Pero no sé porque no puedo dejar de pensar en esa chica nerd. No sé porque pienso tanto en ella, si total no es nadie. Estuve pensando en eso durante una hora tumbado en mi cama. Luego de que me doy cuenta de que si no avanzo llegare tarde a la estúpida escuela, me levanto como alma que lleva el diablo. Me baño, me visto, me perfumo y bajo. Salgo volando me monto en la moto y salgo como un turbo.
Todo el trayecto estuve planeando como darle una lección a Alexander Anniston, para que no se vuelva a atrever a romper una regla establecida por mi persona. Llegue a la escuela y allí estaba ella, como siempre sentada en esa banca leyendo su novela. Pero que me está pasando porque sigo mirándola. Me golpeo mentalmente por ser un tarado y allá voy a molestarla y hacerle la vida imposible que es uno de mis pasatiempos favoritos. Me siento a su lado en la banca, y veo como la pobre chica se tensa hasta el punto de parecer estatua. Recoge sus cosas y se levanta, en el momento en que pasa frente a mi extiendo mi pie a propósito. Obviamente se tropieza con él y cae de cara a un gran charco de lodo, toda ella estaba llena de lodo y su novela quedo arruinada. Se levanta, y como juego bien mi papel me echo a reír. Ella se va corriendo como siempre hace, y deja su novela tirada. No sé porque pero esta vez, su desgracia movió algo en mí. Tomo la novela saco un paño, limpio su portada y miro el título “Orgullo y Prejuicio”. No sé porque pero le tiro una fotografía y desecho el libro. El resto de la mañana me quede pensando en esa novela.
“Emma”
Esta vez creo que Luke se ha pasado demasiado. Luego de lo sucedido decido irme a mi casa, a descansar y bañarme. Decidí escuchar música así que busco, el radio en mi teléfono, para no tener que buscar música en específico. Luego de un rato comenzó a sonar “No sé porque de” de Chayanne. Esta me la sé porque mi mamá ala escucha, ya que le gusta bastante Chayanne. Así que no puedo evitar cantarla.
-Bailando van las hojas secas, bailando van en remolinos, el viento las arrastra y lleva, como haces tú con mi cariño, los niños juegan en la plaza, tratando de alcanzar palomas, así intento alcanzarte, pasas de viaje por mi corazón. Porque se me ocurrió quererte, porque tuve que conocerte, quisiera ser como la luz y desaparecerme, porque el dolor es incurable, porque el amor es indomable, es imposible olvidarte, no sé porque- no sé en qué momento comencé a llorar porque ni cuenta me di. Mis reflexiones son interrumpidas porque la canción continua y no puedo evitar cantarla.
-El cielo gris se va cerrando, los días de llorar se cansa, la risa se me está apagando, lo mismo que las esperanzas, y tu dónde andarás ahora, quizás estés enamorado, sufriendo porque no te aman desesperado como yo- no sé cómo termine convirtiendo algunas palabras en masculino y no paraba de llorar- Porque se me ocurrió quererte, porque tuve que conocerte, quisiera ser como la luz y desaparecerme, porque el dolor es incurable, porque el amor es indomable, es imposible olvidarte, no sé por qué.
Editado: 07.08.2021