EMILY
Empezando la reunión no podía concentrarse como quería, pues después de ese momento vergonzoso que viví nada sería igual.
Estaba sentada al lado izquierdo de la mesa, pues Vicente se encontraba como cabeza de mesa en la reunión, pero eso no era todo, pues frente mío se encontraba los Thalassinos empezando por el Sr. Max, que no paraba de mirarme cada que podía mostrándome esa sexi sonrisa, la verdad toda la reunión fue incómoda, pues Vicente tampoco dejaba de mirarme, como sabiendo que no estaba totalmente atenta a la reunión que se trataba de la expansión de productos comestibles por todo el mundo.
La reunión se largó hasta las 12 del medio día.
Saliendo todos de la reunión salí lo más rápido que pude al baño de mujeres, pues necesitaba refrescarme un poco después del momento vergonzoso que viví.
HORAS ATRÁS
No es de una dama decir groserías señorita.- dijo Max soltándome y alejándose de mí un poco.
¿Qué?.-me hablará de educación y modales ahora.- pensé.
Emily, que gusto volver a verte.- dijo Emiliano empujando a un lado a su hermano y dándole una mala mirada.- ¿Cómo estás?.- dijo abrazándome y dándome un beso en la mejilla.
Hola, pues bien creo y ¿usted?.- dije, dándole una pequeña sonrisa.
Oh no, nada de usted, eso es para ancianos dejémosle esa palabra para mi hermano.- dijo mirándole y riéndose.
Ok, entonces ¿tú? Te parece bien.-dije mirándolo dudosa.
Nada de tú, dime "Lío", me siento en familia y en confianza contigo y no solo por ser hija de Vicente.- dijo arrugando la frente y regalándome otra preciosa sonrisa.
Guau, no pensé que dejarías que alguien más te diga así, a muy pocas personas dejas.- dijo el Señor Bruno.
Oh, eh buenos días, señor Bruno, perdón por no saludarlo antes.- dije un poco avergonzada.- otra vez - dije dándole un beso en la mejilla.
Oh, no jovencita, no tienes de que preocuparte , créeme, me asuste que pudieras haberte caído y hacerte un daño muy grande, menos mal que mi hijo Max pudo sostenerte a tiempo.-dijo mirándonos a ambos y dándole una palmada suave en su hombro, mientras más me miraba con sus manos metidas en sus bolsillos.
Pues si, gracias por su ayuda, señora Maximiliano, y gracias por tu confianza "Lío".- dije mirándolos a ambos mientras que el Señor Bruno sonreía.
No hay de que señorita lo hubiera hecho con cualquier persona.- dijo.
Maldito.- dije en mi mente y me habla de educación, !ja¡ la hipocresía.- dije en mi mente.
Bueno, si tiene razón cualquier persona también pudo salvarme, así como usted a mí.- dije mirándolo a los ojos.
Emily.-dijo una voz detrás de Max, quien era Vicente quien venía caminando hacia nosotros.- te encuentras bien.-dijo mirándome de pies a cabeza cerciorándose que no tuviera ningún golpe -. ¿te golpeaste?, ¿Te duele algo?.- dijo mirándome.- justo iba a salir para buscarte cuando lucia me dijo lo que paso.-dijo.
Ah, si el señor Maximiliano impidió que me cayera, lo cual ya se lo agradecí.-dije mirando Vicente y a Max.
¿En serio ?.-dijo.- pues gracias Max - dijo - no hay de que - dijo serio.
Bruno, ¿qué tal?, hola lío, ¿Cómo están?, buenos días, perdón por no saludarlos antes, pero el labor de papá llama - dije dándoles la mano.
Jajaja si tienes razón cuando se trata de que tus hijos se encuentren bien, el resto pasa a segundo plano, pero no te preocupes, tu hija se encuentra bien.- dijo el Señor Bruno dándole la mano a Vicente con un pequeño abrazo.
Y dale con lo mismo - dije en mi mente.
Bueno ya que todos estamos aquí, vamos a la oficina de reuniones, hay mucho de que hablar.- dije Vicente y empezando a caminar mientras escuchaba como Lío se reía de algo con el Sr. Max.
TIEMPO ACTUAL
Saliendo del baño voy camino de regreso viendo a Vicente y los Thalassinos hablando de algo que los hacía reír.
Llegando hasta ellos Vicente hablo.
Oh, ya estás aquí, quieres ir a almorzar ya -dijo Vicente.
Si, claro - dije. ¿Quieren venir con nosotros? - dijo Vicente mirando a los Thalassinos.
Si claro porque no - dijo el Señor Bruno.
Entonces vamos -dijo Vicente.
Llegando al ascensor los Thalassinos son los primeros en entrar, mientras que Vicente y yo vamos después, me paro adelante del Sr. Max, sintiendo su rico perfume, pero eso no era todo, sentía. su mirada en mi nuca con su respiración en mi oído causándome escalofríos, viéndolo por las puertas del ascensor.
Saliendo del ascensor, emprendemos camino hacia fuera del edificio.
Llegando ya los autos nos esperaban sin contar los guardaespaldas de los Thalassinos más con los de Vicente.
Suban a sus autos y nos vemos en el restaurante el coral -dijo Vicente.