EMILY
ja,ja, ja, me hubiera encantado estar hay para poder verlo .-dijo Lío Todos empezamos a reírnos incluso a Max, pues no lo había visto sonreír de esa manera en lo muy poco que lo conozco.
De pronto llego el mesero a buscar nuestros pedidos.
Marco dile a la chef que su nieta está aquí, que me sorprenda.-dije mirándolo, pues estaba segura de que cualquier cosa de mi Lilly me diera iba a estar delicioso.
Pues, yo también pediré lo mismo, que me sorprenda .- dijo Max mirando al mesero.
Y regalándome una sonrisa coqueta.
Está casado el sinvergüenza Emily acuérdate - me dije.
Y ¿algún pretendiente señorita?.- preguntó el Señor Bruno mirándome atento al igual que los otros.
Mm, pues algunos, pero nada serio.- respondí.- ninguno llena mis expectativas.
Oh, mujer decidía, así me gusta una mujer que sepa lo que quiere - dijo Max dándome una mirada inusual.
Yo sé lo que quiero.- dije tomando un poco de mi vino y mirándolo.
Me quedo mirando, moviendo su cabeza y mordiéndose en labio.
Fue un momento incómodo, pero gracias a Dios que Lio cambio la conversación rápidamente e hizo que los otros se entretengan en otro tema de conversación.
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Después de salir del restaurante y de haberme despedido de Lilly, Vicente recibió una llamada importante que hizo que tuviera que salir rápido del restaurante.
Mientras que los Thalassinos que subían a sus autos, pues yo pensaba en tomar un taxi, la verdad no me gusta mucho manejar aunque sepa hacerlo.
En eso Max me mira confundido y dice.- ¿Cree irse sola señorita?.- dijo mirándome.
Pues, si tomare un taxi.- contesto.- no se preocupe.
Nada de eso súbase yo la llevaré.- dijo.
No hace falta, no quiero molestar.- dije sacando mi celular para llamar un taxi.
En eso siento una sombra sobre mí, y cuando levanto la mirada la torre de músculos que me lleva 40 cm de diferencia me habría la puerta de su auto.
Por favor súbase.- dijo con voz autoritaria.- no hace falta un taxi.
No quiero molestar la verdad, solo pediré un taxi.- dije con voz un poco más fuerte.
señorita, súbase por favor - dijo con voz más gruesa.
Solo será por esta, vez que dejaré hacerte esto, ni creas que habrá una próxima ves que me hablas en ese tonito .- dije en mi mente y subiendo al auto.
Cuando subo al auto lo veo a él rodeando el auto para subirte al puesto de piloto y colocándose unos lentes negros que le dejaba un aspecto más sexi.
Emily es casado, concéntrate.- me dije.- y deja de observarlo.
Y bien, ¿A donde la llevo?.- dijo mirándome con las manos en el timón.- ¡Por Dios!, ¿hasta haciendo eso tan simple se le ve muy caliente?.
ya mujer calma esas hormonas.- me dije.
Ah a la ong, por favor.-dije desviando mi mirada de el que quemaba y mirando al frente.
En todo el transcurso del camino a la ong fue totalmente en silencio, pero no incómodo la verdad pensé que iba a hacer peor, pero no fue así.
Llegando hasta el lugar él dijo.- bueno hasta aquí está tu paradero señorita.- dijo mirándome de lado y regalándome otras de sus sonrisas, pues creo que el Señor es bipolar a comparación de como se comportó minuto atrás.
Ok, muchas gracias por traerme hacia acá.- dije desabrochándome el cinturón de seguridad.
¿Tiene a alguien que la recoja?.- pregunto sutilmente sacándose los lentes y observándome.
No, pero tomaré un taxi no se preocupe.- dije tratando de abrir la puerta del auto.
Nada de eso, unos de mis hombres la recogerá, no me confió en los taxis y no es seguro que ande en ellas mucho menos en alguien como usted.- dijo otra vez con su voz gruesa.
No, no hace falta, puedo ir yo sola hasta mi casa.- dije.- sé defenderme.
Y no lo dudo, pero por favor acepte mi ofrecimiento -dijo.
No la verdad ... - dije y no me dejo terminar porque hablo de nuevo.
Emily o mis guardaespaldas vienen a recogerte o yo vengo a la hora de salida - dijo con su voz autoritaria.
No hace falta, puedo irme yo sola.- dije saliendo del auto y rodeándolo para llegar hacia las puertas de dicho lugar.
¿A que hora sale?. - pregunto de manera cautelosa.
volteé y lo mira a la cara.- A las seis p.m. ¿por qué?.- pregunté arqueando una ceja.
Muy bien.- dijo bajando del auto y yendo hacia mí.- vendré a las seis a recogerte.- dijo.- nos vemos más tarde preciosa.- dijo dándome un beso en la mejilla y retrocedía para volver a su auto, pues no me dio tiempo de reaccionar para negarme, pues ya se había ido con su auto.