MAXIMILIANO
Salir con Emily fue una de las mejores cosas que me han podido suceder últimamente, la paz y tranquilidad que me da al estar junto con ella es de otro mundo.
Abrirle mi corazón y contarle cosas de mí fue lo más sincero que he podido hacer con otra persona, de hecho creo que ha sido la única a que le he contado cosas que nunca más imagine contar.
La sencillez y su sentido del humor es lo más me gusta de ella, claro, sin contar su belleza, pero creó que eso estaría de más contarles por qué ya lo saben.
El beso que nos dimos o bueno el que yo le robe causaron miles de cosas en mí y el saber que ella me corresponde, pues mucho más.
El haberle contado mi historia que tuve con mi exesposa es un gran paso entre nosotros, el saber que me escucho en silencio sin juzgar y sin juzgarme me hizo dar cuenta que no todas las personas pueden ser iguales y ella me lo demostró esa noche.
Por eso no dejaré ir esta oportunidad que la vida me está dando con ella, porque sé que no habrá otra y no permitiré que nada ni nadie trate de intervenir entre nosotros, no será fácil lo sé, pero tengo la certeza que tarde o temprano todo estará bien.
Sentado en mi oficina recordando aquel beso hace que se me escapen pequeñas sonrisas y suspiros.
¿Y esas son risitas qué?.- pregunta mi hermano enarcando su ceja sacándome de mis pensamientos.
¿Qué sonrisas?.- me hago el desentendido, jugando con un lapicero entre mis manos.
No te hagas, hoy estás más sonriente que nunca sin contar ese brillo en tus ojos.- me responde.
Bueno, pues si, ¿y qué?.- digo.
No, pues nada, solo estoy esperando a que me cuentes.- dijo levantando ambos brazos hacia arriba.
No tengo nada que contarte.- hable, en realidad no quería decirle nada por qué creo que es muy rápido decírselo y pienso que ese beso que tuve con la nena es solo para nosotros.
Pues, tu comportamiento dice lo contrario.- contesto.- Que juegues con tus labios y los acaricies me deja que pensar.
Que ahora eres psicólogo para estarme observando y preguntando.- me queje.
No, no soy psicólogo, pero chismoso sí.- dijo riéndose.
Bueno, lo único que te puedo decir es que estamos saliendo.- le dije apoyando mi espalda en la silla.
¿Están saliendo?, tú, ¿Con quién?.- pregunto desentendido, pues no creó que imagina que es con Emily, pues él es testigo de nuestras discusiones y no creó que piense que es con ella.
Si, yo estoy saliendo con alguien.- le respondí lo más relajado posible.
Wuau es sorprendente que estés saliendo con alguien más después de Estefa...- no termina de decir por qué me ve enarcando la ceja.- bueno con ella, ¿y se puede saber con quién?.- pregunta con cautela.
Con Emily.- respondí sincero.
¡¿Que?!.- dijo sorprendido.- pe- pero, si ustedes se llevaban mal.
Nunca nos llevamos mal, solo discutíamos.- respondí riendo recordando nuestras discusiones merecedoras de un óscar.
No me estás mintiendo, ¿cierto?.- dijo sin creerme.
No, claro que no ¿por qué me tomas?, ¿acaso no crees que no puedo salir con ella?.- pregunto ya enojado.
Pues, no digo si, pero como iniciaron es poco creíble.- respondió.- ¿No la estás obligando, verdad?.- pregunto.
¡Que no caray, no la estoy obligando!.- dije ya alterado.
Es qué...- no lo dije terminar porque me adelante.
Conversamos, arreglamos las diferencias, ella me gusta, yo le gusto y decidimos salir, fin del asunto no hablaré más de esto contigo.- dije.- ¿Contento?.
Cuando termino de hablar lo veo en shock con la boca abierta de la sorpresa que se dio al yo contarle de nuestras salidas.
No, pensé escuchar esa respuesta, pensé que te seguía dando batalla.- respondió al fin.
Aun me las da, pero ya con baja resistencia.- le dije, revisando unos documentos ya sin verlo.
¿Ya se besaron?.- respondió.
Sí.- dije, cerré los ojos cuando le conteste su pregunta lo primero que digo lo primero que hago y menos mal que es él y no Franco, Noah o Renato por qué esos si no dejarían de molestarme a cada rato.
¡¿Que?!.- dijo sorprendido.- mi hermanito dio su primer beso con su chica.- me molesto.
Ya, deja de molestar, ponte a firmar esos documentos idiota.- le dije.
Nos quedamos, es silencio por un buen rato, no quería decirle nada, pero se me escapo no fue realmente con intención.
Así que decidí concentrarme en mi trabajo e ignorarlo.
Y, ¿Qué tal be…?.- iba a preguntar.
Lárgate.- le dije enojado entre dientes.
Ok.- respondió agarrando sus cosas y salir de la oficina más rápido que él corre caminos.
Deje los papeles que veía y me recosté en mi asiento, resoplando ya cansado, como ya tocaba la hora del almuerzo, decidí llamar a mi pequeña, pues la muy listilla no se había atrevido a contestarme mi mensaje que le envíen la noche anterior y la verdad me preocupaba que no le haya gustado nuestro beso.