MAXIMILIANO
Desesperado, ansioso y con vergüenza es así como me siento, en realidad no sé que pasó todo, fue muy rápido y sé que tal vez me pasé y la asuste actuando de esa manera, ver su rostro desconcertado y con miedo causaron una presión en mi pecho sintiendo culpabilidad.
Verla salir corriendo de donde nos encontrábamos sin permitir que me disculpara y no poder alcanzarla fue como un balde de agua fría para pensar si verdaderamente ella quería tener algo conmigo.
Ha pasado dos días que no la veo desde lo acontecido, no me responde ninguna llamada ni mensajes e incluso he ido a su casa, pero nada pareciera que desapareció por completo, ni siquiera ha aparecido en ninguno de sus restaurantes.
Yo esperé que apareciera ese mismo día de la fiesta, pero nada no volvió a aparecer después de eso, su mamá de ella ni siquiera me dijo nada después que le dije si podía ir a buscarla, lo cual me desconcierta mucho.
Te veo muy callado, ¿pasa algo?.- preguntó mi Papá.
No, para nada.- le contesté. Max, a mí
no me engañas.- dijo muy serio.
¿Alguna vez dudaste si verdaderamente mamá te quería?.- pregunté.
Pues, a veces en las parejas hay discusiones, pero no para llegar a pensar si es que aún te sigue queriendo.- respondió.- pero, nunca dude del amor de tu madre a pesar de las dificultades.
¿Problemas en el paraíso?.- pregunto graciosos.
No hablo con ella ya más de dos días.- respondí sin ánimos de bromear.
Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad?.- pregunto más serio.
Si lo se, papá gracias.- respondí.
En plena conversación, Papá recibió una llamada siendo mi hermano avisando que unos socios ya habían llegado y que teníamos que apurarnos.
Casi toda la reunión la pasé sin prestar atención a lo que decían, sintiendo las llamadas de atención por parte de mi hermano.
Ya finalizado la reunión, todos quedaron de acuerdo con lo acordado firmando una alianza que nos traería muchas ganancias a cada empresa.
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Ya es hora de almorzar, ¿vienes?.- preguntó mi hermano.
No, gracias, no tengo hambre.- le contesté sin ganas de nada.
Mi hermano se me quedó mirando muy extraño.
¿Qué te pasa?.- pregunto.- Estás muy callado estos dos últimos días.
No tengo nada, solo no tengo hambre.- le respondí sin darle tanto detalle porque lo conocía y sé pondría muy preguntón y eso es lo que menos quiero ahora.
Bueno, entonces te dejo, yo sí voy a comer esa reunión, me dejo muy hambriento.- dijo no muy convencido a lo que le contesté, pero igual parándose para salir a almorzar.
Cuando desapareció por completo me quedo solo en mi oficina pensando que poder hacer para poder hablar con ella, no me atrevía a llamar a Vicente porque no quería que indagará de el por qué de mi llamada y por qué la buscaba a ella, sin contar que ni Henry y Rafael sabían algo de ella, pues aún los tengo en la búsqueda de ella, pero al parecer se ha escondido muy bien para no dejarse encontrar.
Recibo una llamada de mi secretaria avisando que Jimena se encontraba aquí, lo que me faltaba para tener un pésimo día.
Adelante.- dije cuando escuche tocar la puerta sabiendo que era ella.
Max.- dijo entrado a mi oficina.
Hola, Jimena.- la saludé fríamente, pues aún no olvidaba todo lo que me contó Emily, lo cual me enojaba aún.
Hola, vengo a dejarte estos papeles, aún no están firmados, pues hay algunas dudas con los porcentajes de las ganancias.- dijo entregándome los papeles nerviosa.
¿Cómo?.- pregunte enarcando la ceja, pues la reunión pasada todos quedaron conformes.
Jimena, estos documentos están bien.- dije enojado mirándolos en mi escritorio frente a ella.
Si, lo sé, solo vine porque quería saber de ti.- dijo sentándose frente a mí.
Y tienes que inventarte pretextos para venir, no te deje en claro esa vez que no podíamos hacer amigos.- le reclamé enojado.
Si, pero pienso que es muy precipitado de tu parte decir todo eso, cuando tú y yo llevamos mucho tiempo conociéndonos por culpa de alguien.-contestó cruzándose de brazos.
Tu sí que eres descarada.- le respondí.- Me aleje de ti porque no quisiste entender que lo único que te podía ofrecer era solo una amistad sin contar que fuiste tú, la que le dijo a Emily que tú y yo nos acostábamos cuando éramos más jóvenes.- le reclamé.
Yo no le dije a ella nada seguro ella está mintiendo.- se hizo la ofendida.
Si y ella será adivina para adivinar que tú y yo tuvimos algo.- dije más que obvió.
Ella se quedó callada mirándome sin saber que contestar, afirmando todo lo que Emily me dijo y claro que le creí a ella, pero no podía quedarme callado sin reclamarle nada a Jimena.