Odio Amarte - (en Edición)

CAPITULO 28

EMILY

Saber que esa persona especial te demuestra sentimientos sinceros es lo más bonito que puede existir.

No sabía lo que me esperaba y tenía muchos nervios cuando ingresamos por primera vez a la habitación, pero no permití que los nervios y el miedo jugaran en mi contra.

Todo aquí en Bora Bora es muy hermoso, no solo su playa sino que también la maravillosa gente nativa de aquí.

Luego de pasar por un buen rato en la playa, Max me pidió que me arreglara, pues él tenía una sorpresa para mí aunque no imaginé la magnitud de esta.

Esta hermosa caja de terciopelo rojo que tengo frente a mí me deja más que sorprendida y nerviosa, todo un revuelto de sentimientos y emociones se combinan en mí que lo único que puedo hacer es quedarme muy sorprendida.

¿Y bien qué dices pequeña?.- pregunto nuevamente el muy nervioso al igual que yo.

Como negarme a esta oportunidad que me da Dios para ser nuevamente feliz y recuperar todo este tiempo perdido por culpa de un ser inescrupuloso.

Me paró del asiento en donde estaba con lágrimas en los ojos por la emoción que brotaba y llegando hasta sus brazos, sorprendiéndolo, pues él se encontraba aún sentado.

Si, si quiero ser tu novia.- le respondí besándolo sentada en sus piernas, siendo envuelta por sus brazos, dejándome sentir esos labios carnosos que tanto me gustan.

¿Lo dices en serio?.- pregunto él inseguro al escuchar mi respuesta.

Te estoy diciendo que si hombre claro que quiero ser tu novia, sé que soy algo difícil, pero no para tanto.- pensé.

Si, lo digo en serio.- contesté acariciando su mejilla mirándolo a los ojos, ya que nuestros rostros estaban cerca.

Uff...- resoplo como quitándose un peso de encima. - Cariño, no sabes lo feliz que me haces.- dijo apretándome más a él pegando nuestras frentes.

Gracias por esta sorpresa.- susurró solo para que él pueda escucharlo.

Pues cuando me quito la venda pude ver una mesa cuadrada con un mantel blanco con flores y velas en esta con luces alrededor iluminado el lugar y antorchas típicos del lugar sin contar la linda música que nos brindaba aquel lugar que hacía contraste a todo lo que pasaba.

Ya que eres Mi novia. - dijo marcando la palabra "Mi".-¿Te gustaría caminar conmigo en las orillas del mar?.- pregunto.

Si me gustaría, pero primero colócame mi cadenita que me has regalado.- le ice recordar mirando la caja roja de terciopelo.

Oh, si lo olvidaba.- dijo avergonzado haciéndome para de sus piernas para poder alcanzar la cajita.

Ponte de espaldas.- me dijo haciéndole caso dándole la espalda y recogiendo mi cabello para poder colocarme mi cadenita sin ningún estorbo.

Listo.- dijo abrazándome luego desde abras besándome mi mejilla. 

Ahora así vamos.- dije entrelazando mi mano junto a la de él.

He iniciamos a caminar por toda la playa que se encontraba vacía, pues ya era de noche.

Mientras caminábamos lo único que se escuchaba era el sonido de mar o bueno hasta ese momento cuando Max decidió hablar.

Ya sabía que me dirías que sí.- dijo el muy creído haciéndome reír.

Ve, míralo todo creído.- dije riéndome con él.

Es que uno debe ser seguro de sí mismo cariño.- dijo colocando su cabello hacia atrás como todo una diva.

Tenía dos opciones o hacerle creér que si le diría que si o ponerlo nervioso y en duda.

Admite que te puse nervioso, querido.- le contesté empujándolo con mi hombro.

Haciéndolo casi caer porque lo tome desprevenido.

Mm no, yo desde un comienzo sabía que me dirías que sí.- contesto.

King Kon engreído y creído ya verás.

Así y ¿que hubiera pasado si la respuesta hubiera sido no?.- pregunte enarcando una ceja.

Ah, pues te hubiera obligado hasta que me digas que si y no nos iríamos hasta tener una respuesta positiva de tu parte.- contesto él ya dudando.

Mm... yo no estaría muy segura si yo fuera tú, ya que conoces mis métodos para escapar y esconderme.- dije guiñándole un ojo.

No hubieras sido capaz.- dijo serio deteniéndose.

Si, si hubiera sido capaz.- seguí mi camino sin detenerme dejándolo atrás.

No llevamos ni dos horas de tener una relación oficial y ya tenemos nuestra pequeña discusión.

Pienso que nosotros somos los únicos capaces de hacer eso porque estoy segura de que ninguna pareja ha hecho lo que nosotros estamos haciendo. 

Por favor nuestro Récord Guinness no los merecemos a pulso.

¿Por qué no podemos ser una pareja normal?, no llevamos ni dos horas y ya miramos.- dije divertida.- ¿Max?.- dije, ya que no escuché su respuesta.

¡Buh!...- dijo detrás de mi asustándome.

¡Aah!...- grité, pues me hizo dar un salto del susto escuchando su risa detrás de mí.- ¡no hagas eso!.- contesté enojada dándole un golpe en el brazo.




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