Antes qué nada quiero aclarar que este capítulo tiene contenido adulto, lo cual yo no me hago responsable si hay algún menor de edad. Así que todo aclarado disfruten el capítulo.
EMILY
Hoy era el día, hoy cumplimos nuestro primer mes de ser novios, en todo este corto tiempo que nos conocemos Max me ha demostrado un amor y cariño inmenso junto con sus celos y posecividad que lo caracteriza.
Luego de ese momento tan especial que tuvimos en su auto él y yo, no he podido de dejar de pensarlo, lo cual me genera muchas sensaciones que me encantaría explicarlas. El imaginarlo sentado debajo de mí sosteniéndose de mis caderas y glúteos, con su cabeza hacia atrás y sus labios enrojecidos y entre abiertos, disfrutando de lo que hacíamos eres lo más erótico que se pueda ver.
Estoy nerviosa de la sorpresa y decisión que he tomado en cuánto nuestro primer mes, lo he estado pensando muchísimo en estos últimos días que han pasado y estoy ahora más seguro de lo que quiero y él es lo que quiero.
Alanna me ayudó en todo lo que he preparado para esta noche y como ella es la voz de la experiencia •según ella• me ha dado algunos consejos, algunos buenos u otros que en realidad me hace pensar en ¿cómo es que soy su amiga?, pero así la quiero toda loca y anormal.
Ya esta todo preparado, estoy en mi departamento esperando a Max a que llegara con cada pista que le he dejado desde la mañana y solo estoy esperando a que él suba por completo y entre con la llave que le deje en aquella carta.
Me he arreglado desde muy temprano, depilándome en lugares dolorosos, pero que sé que valdrán la pena. Llevo un vestido de color rojo brillante algo transparente en algunos lados, dejando mis hombros al descubierto y una abertura en la pierna con mi cabello negro suelto y ondulado.
Estoy esperando al lado de la mesa que está decorada con un mantel blanco con velas y rosas en ella con copas y cubiertos con un champán esperando por nosotros.
Veo que la puerta se empieza abrir mostrando a un Adonis ingresando de esta con un traje negro con camisa Blanca y corbatín, bien peinado, con sus cabellos hacia atrás.
Se le veía muy bien ese traje, marcaba mucho su cuerpo musculoso y piernas fuertes y gruesas a través de su pantalón, dejando ver su trasero bien marcado y proporcionado, él me vio con esos maravillosos y hermosos ojos azules que me he perdido en ellos cada vez que los veo.
Él me regala una de sus hermosas sonrisas que solo él tiene para mí, dejándome sin aliento y con el corazón acelerado, estoy muy nerviosa cada vez que él se va acercando a mí, tengo las manos temblorosas, pero estoy segura de lo que quiero.
No permito que los nervios se apoderen de mí ya he aprendido a controlarlos y a ocultarlos y sé que este ves no será la aceptación.
¿Mi amor todo esto es para mí?.- me pregunta mirándome más que sorprendido ya estando frente a mí.
Si, ¿te gusta?.- pregunto algo nerviosa, mordiéndome el labio inferior.
Me encanta.- responde él mirándome con sus ojos brillosos y agarrándome de la cintura y envolviéndome en sus brazos fuertes, dándome un beso lleno de amor y de sentimientos encontrados.
Que bueno que te guste, mi amor.- le dije pegando mi frente con el suyo y acariciando su nuca.
¿Todo esto lo isiste tú sola?.- pregunto cuando lo invite a sentarse.
Si, bueno con algo de ayuda, pero la mayoría lo ice yo sola.- le respondo.- ¿Tú cómo reaccionaste, cuando te llego la carta?.
Pues...- me empezó a contar él.
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MAXIMILIANO
Amanecí más contento de lo normal porque hoy era un día muy importante para mí y para mi pequeña.
No he podido dejar de pensar y de soñar nuestro primer encuentro íntimo con mi mujercita, a pesar de que solo fue con ropa incluida. Talvez para muchos es algo insignificante, pero para nosotros lo es y más para mí el saber que mi pequeña me tiene confianza y se siente segura conmigo y eso es lo más importante para mí que ella se sienta protegida a mi lado porque yo soy capaz de todo solo por ella.
Ingreso más que feliz y sonriendo hasta la empresa, cosa que no pasa por desapercibido por mis trabajos, cosa que no me importa.
Llego hasta mi piso donde se encuentra mi oficina saludando a Anna.
Buenos días, Anna.- la saludo sin dejar mi sonrisa.
Buenos días, Señor.- me responde ella más que asombrada por mi actitud de hoy, pues si acepto y reconozco que no siempre he sido así.
Nunca saludaba de esta manera a nadie y que ahora lo haga, es más que entendible su reacción de ellos, reconozco que nunca he tratado mal a ningún trabajador, pero tampoco los he tratado de una manera amigable y es por eso que los entiendo.
Entrando a mi oficina acomodó todo para poder empezar a trabajar, ya le he mandado un mensaje a mi pequeña dándole los buenos días y he tratado de llamarla, pero por una extraña razón no me contesta cosa que no me enoja ni molesta porque sé que ella se encontraría ocupa con una reunión importante con sus gerentes de cada restaurante que ella posee.
Max necesitó que firmes...- se detuvo en decir mi hermano a la hora de ingresar a mi oficina sin tocar.
Buenos días, Lío.- lo saludo más que feliz y sonriente.
Buenos días.- dijo por lo bajo mirándome raro.- ¿Y por qué tan feliz?.- pregunto mirándome esperando mi respuesta.
Pues, estoy feliz, hoy es un día muy importante, mira el día, está muy bonito.- le respondo señalando a gran ventana, mostrando que efectivamente el día estaba soleado.
Ok, ¿Quien eres tú y que le has hecho a mi hermano?.- pregunto el señalándome, sin creer lo que le había dicho.
Soy yo y no tengo nada malo, ¿Qué no puedo despertarme de bueno, humor?.- respondí sin dejar de reír por las caras raras que hacía mi hermano.
No!, digo si, pero es que tú nunca te despiertas de buen humor, solo es Emy la única que te saca una sonrisa y no la veo por aquí.- me contesto el mirando a todos lados.