Odio Amarte - (en Edición)

CAPÍTULO 37

¿Y cuándo piensas traer a tu novio?.- pregunto mi hermano Bryan, quien ya se encontraba nuevamente aquí en Portugal.

Me encontraba en casa de mis abuelos, quienes habían pedido que nos reuniéramos hoy domingo desde el desayuno, junto con mi madre y Vicente.

Yo lo traeré cuando yo quiera, no cuando tú lo pidas.- le respondí con ganas de hacerlo enojar.

Hoy iba a venir Max para el almuerzo, no pudo ahora en la mañana por qué vendrían sus abuelos a casa de su padre y hemos quedado vernos luego.

Mi mamá y abuelos saben excepto mis hermanos y Vicente que por ahora solo se encontraba algo tranquilo.

Mamá, mira cómo me responde esta bruja.- se quejó él con mi mamá, quien reía al vernos pelear, aunque sabía que yo lo hacía para hacerlo enojar.

Yo no te pregunto nada por la chica con la que estás saliendo.- le digo para tratar de sacarle chisme.

¿Qué chica?, estás loca.- se iso el desentendido.

¿Loca yo?, entonces, ¿Qué son esas fotografías que tienes en IG?.- le pregunto para vengarme de el, ya que se estuvo escapando de las preguntas que mi mamá.

No hay nadie, ya te dije.- me respondió muy serio y negando.

¿Estás seguro que no hay nadie?.- pregunto.- porque esta foto dice lo contrario.- les muestro la evidencia entrando a IG, enseñando las fotos que lo delataba.

Sal de ahí.- dijo mi hermano, levantándose de la mesa para ir a donde yo estaba para quitarme el celular que donde mostraba las fotos.

Para mala suerte de él antes que llegara a mí, mi mamá me quitó el celular para poder apreciar bien las fotos.

Mamá, dame acá.- dijo él tratando de quitarle mi celular de las manos.

Mi hermano Jerico y yo nos reíamos de él porque él juro nunca tener alguna novia porque según él sería el soltero de la familia, ahora el famoso dicho ya tiene sentido, (Nunca digas Nunca).

Mis abuelos y Vicente veían la escena con mucha diversión, pues ver a mi hermano tratando de quitarle el celular a mi mamá y tratando de darle una explicación, aunque era una explicación que ya no servía para nada porque todo ya estaba dicho.

Ya Bryan, acéptalo.- le dijo mi hermano a Bryan, quién no logró su cometido con mi celular.

Eres una chismosa.- me acusó a mí mirándome de mala manera.

Tú me jodes, yo te jodo, así que ya estamos a mano.- le respondí a él sin darle importancia.

Usted y yo hablaremos después, ¿Escuchaste?.- le advirtió mi mamá señalándolo muy seria.

Ya vas a haber.- me dijo entre dientes muy enojado.

Aquí te esperó.- le respondí retadora.

 

****************

Amor ya estoy afuera.- me dijo desde la otra línea de llamada.

Ahora salgo.- le dije y colgué.- ya llegó Max.- dije. - Por favor compórtense.- les dije a esos 3 que estaban en la sala.

Ya veremos.- dijo Bryan con hambre de quererse vengar de mí.

Mamá.- dije mirándola.- controla al perro de tu hijo.- le dije mientras me levantaba para ir hasta la puerta.

Bryan no molestes a tu hermana.- lo regañó mi mamá.

Ella empezó.- se quiso defender él.

No, tú iniciaste, así que te aguantas.- la escuche decir a mi mamá mientras me alejaba para llegar hasta la puerta.

Llegando hasta la puerta no dude en abrirlo y poder anotar a mi hombre que se encontraba con dos Ramos de flores bien vestido con una camisa negra transparente que me dejaba apreciar bien su cuerpo junto con un pantalón negro pegado a sus piernas.

¿Todo eso yo me cómo?.- presupuesto que si!.

Hola, mi amor.- lo saludé yo dándole un beso.

Hola mi corazón.- me saludo el respondiéndome el beso.

Ven pasa.- lo invité a entrar.

No me has traído nada para mí.- le dije asiendo puchero, haciéndolo reír.

Mi amor tu regalo es para esta noche.- me dijo él en respuesta de forma coqueta y guiñándome un ojo.

Pues, eso espero.- le seguí el juego mientras íbamos a la sala.

No les hagas caso a mis hermanos, solo trata de ignorarlos, eso hago yo.- le digo cuando ya podemos verlos a todos en la sala.

People, Max ya está aquí.- les dije mientras nos acercábamos a todos ellos.

Hola, buenas tardes.- los saludo él, llegando a darle un beso a mi mamá y a mi abuela.

Hola Max, que bueno verte de nuevo, pero ya no como padrino sino como novio de mi bebé.- le dijo mi mamá muy sonriente.

Gracias mamá.- dije en mi mente toda sarcástica.

Sí, digo lo mismo.- le contesto el algo sonrojado.

Yo, no diría eso, ¿Quién puede aguantar a esta bruja?.- dijo mi hermano por lo bajo, llegándolo a escuchar y escuchando reír a Jerico, mirándolos mal.

Tarados.- les dije a esos dos. 

Muchas gracias Max, no te hubieras molestado.- le dijo mi abuela mirando las flores que les trajo.

No, es nada, solo les diré que se vayan haciendo idea que habrán más detalles para ustedes.- le respondió él.

Siéntate, ya estará el almuerzo.- le dijo mi papá, quien estaba algo serio y observando cada gesto que podía hacer Max.

Señor, ¿Por qué a mí?.- pensé por mis adentros, cerrando mis ojos y soltando un suspiro.

Todos nos encontrábamos en la sala, de lo más tranquilos, excepto yo, porque nadie le quitaba la mirada de encima a Max.

Más bien mis hermanos y mi papá trataban de hacerlo sentir incómodo a Max, cosa que no les estaba funcionando porque Max ya estaba del todo acostumbrado en estar bajo presión en todo momento y esta vez no es la excepción.

Supongo que será por ser empresario, ya sabe como lidiar con todo tipo de personas.

¿Y cuántos años tienes?.- pregunto Jerico a él aparentando ser una persona seria, cosa que no era.

Eh, 35 en dos meses cumpliré 36.- le respondió Max, dejando sorprendido a mi hermano.

¡36!.- dijo sorprendido, pues mi hermano no sabía cuántos años Max me llevaba.- eres 10 años mayor que la bruja.

Guau, no me digas que gran descubrimiento Jerico.- dijo irónico Bryan.

¿Bruja?.- pregunto Max sin entender.

Soy yo, según ellos, es un chiste interno que tenemos los 3.- le respondí a Max, quien no dudo en sonreír.




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