MAXIMILIANO
Todo estaba pasando demasiado rápido y era algo que me asustaba por la sorpresa que tengo para mi pequeña, que estoy más que seguro que no se esperara tremenda sorpresa.
Con la ayuda de Luca pude conseguir lo que yo había pedido, fue muy estresante para mí encontrar la sorpresa perfecta, pues mi mujer se merecía mucho más.
Así que tuve una pequeña reunión a escondidas de mi pequeña para hablar con aquel socio que me haría mi regalo personalizado tal y como yo lo quería.
Gracias a Luca ya lo tengo en mis manos a mi cuidado de que ella no se dé cuenta de nada, no fue nada fácil, pero no imposible.
Me costó algunos milloncitos, pero vale la pena, pues yo estoy seguro de que todo saldrá como lo estuve soñando días atrás.
Después de que la loca se apareciera por mi casa, tuve que luchar por esos besos que quería que me diera mi pequeña, pues la mujercita resultó ser muy orgullosa y posesiva con lo suyo, lo cual yo no se lo reprocho, por qué soy peor que ella cuidando de lo mío y ella es mía, solo mía.
Y muy aparte de arrastrarme y humillarme por todo es piso, solo por un beso, papá se hizo presente haciendo que mi mujer se escondiera para que según ella no la vea.
La verdad yo ya tenía una decisión al respecto en como le iba a decir a mi padre las cosas, pero quien le hace entender a ella si es una terca.
¡Una terca a la que tú amas!.- me dijo mi gran amigo, mi subconsciente.
Es cierto, no te lo discuto.- le respondo.
Y bien, ¿Me dirás que es lo que verdaderamente te pasa?, o seguirás con tu juego.- me dijo mi padre mirándome directamente sentado frente a mí en mi despacho.
No me pasa nada, y no es un juego papá, ¿Por qué no me crees?.- le respondo serio con otra pregunta.
Por qué te conozco y sé que me escondes algo.- me contesto él sin ninguna pisca de estar bromeando.
Bien, tiene un punto, papá me conocía mejor que nadie y sabía que me pasaba algo.
Max, tú nunca eres de mentir, siempre prefieres decir la verdad aunque duela y sé que tú no serías capaz de mentirme.- me dijo él elevando una ceja, apoyando un brazo sobre mi escritorio.
Ok, su manipulación y chantaje se hicieron ya presentes en este momento y tenía razón, tal vez sí, oculte ese maldito secreto a mi mujer, lo cual me trajo malas consecuencias, pero yo sé que esta vez sería distinto.
Tu manipulación y tu chantaje, no te llevará a nada.- le contesto recostándome en mi silla, dándole una mirada seria a mi padre por el enojo que tenía de mi mismo y el rostro de burla de mi querido padre.
¿Acaso, me equivoco?.- me pregunto mirándome directamente a los ojos.
Está bien, no tengo perdida de memoria y si recuerdo a mi mujer, ¿Feliz?.- le pregunto serio y enojado frunciendo en ceño al verlo sonreír como el gato de Alicia en el país de las no sé que.
Lo sabía, ¿Por qué lo hiciste?, ¿Cuál era tu propósito de hacer esto?.- pregunto ahora si mi padre más que serio observándome con mucha atención.
¿Era correcto decirle a mi papá cuál era mis planes?, o era mejor quedarme callado y decirle cualquier otra cosa, como por ejemplo tratar de conquistar nuevamente a mi mujer.
Pero, me di cuenta, era muy estúpido de mi parte seguir mintiendo, cuando ya se dio cuenta de que le ocultaba algo.
Papá, me voy a vengar de Jimena.- le respondo lo más tranquilo y sereno que podía.
¡¿Qué?!.- dijo sorprendido.- Max estás loco, ¿Por qué quieres hacer eso?.- pregunto parándose de sí silla y caminar de un lado a otro mientras que yo solo lo observaba desde mi lugar.
¡Por qué por culpa de ella casi pierdo a lo único que me hacía feliz en estos putos 36 casi años!.- grito furioso golpeando mi escritorio dejando a mi papá sorprendido por mi acto.
Nunca en mi vida le había elevado la voz a mi padre y nunca de esta manera, pero era tanta la frustración y el enojo que tenía acumulado en todo este tiempo que ya no pude aguantar más.
Perdón, papá, no era mi intención.- me disculpo con él, sentándome nuevamente en mi silla, ocultando mi rostro entre mis manos.
Hay muchas maneras de como solucionar esto Max, pero también te entiendo hijo, sé que no es fácil para ti.- me dijo mi padre acercándose a mí y colocar su mano en mi hombro.
Eso lo dices por qué no sabes que es lo que ha estado pasando en este tiempo.- le digo mirando una foto de Emily y yo en nuestro viaje a Bora Bora.
¿A qué te refieres?.- pregunto él sin entender.
Papá, Jimena amenazó a la mujer que nos hizo la prueba y la sigue hasta ahora y no solo eso, ella fue la que escuchó de mi relación con Emily y le envió una carta escrita a mano explicándole lo que había pasado.- le respondo contándole lo que podía en estos momentos, ya que trataba de tranquilizarme.
¿Qué?, ¿Me estás jodiendo?.- me pregunto él sorprendido mirándome.
¿Crees que jugaría con algo como esto?.- le contesto con otra pregunta.
No... y, ¿Qué piensas hacer?.- me pregunto otra vez.
Ya tengo algo planeado, será este sábado.- le contesto soltando una sonrisa de maldad.
Bueno, ¿Qué tengo que hacer?.- pregunto sentándose frente a mí.- ¿Alguien más lo sabe?.
¿Tú?, nada, no tienes que hacer nada, solo cuida de mamá.- le contesté.- y sobre quienes saben es Luca, Lío, mi mujer y tú.
¿Emily?, ¿Dónde está?.- pregunto él mirándome sorprendido y viendo también hacia la puerta.
Aquí, solo que me dejo hablar contigo.- contesto tranquilo y sonreír al imaginarla golpeándome por haberle gritado a mi papá.
Wau, qué sorpresa.- dijo.- ¿Volvieron?.
Sí, pero eso te lo diré después, por qué hay algo más que tengo que decirte.- le respondí sacando mi arma secreta del cajón con seguro.
¿Qué?.- dijo al ver mi pequeño gran detalle que tengo para ella.
Me estás jodiendo.- me dijo él mirándome.
No, ya vivimos juntos, aunque solo falta traer sus cosas y ya.- le digo yo riéndome de su cara que puso.