EMILY
¿Estás seguro de hacer esto?.- pregunto Alanna sentada en la orilla de la cama.
No, estoy muy nerviosa.- contesto muy nerviosa caminando de un lado a otro frente a ella.
Había pasado un mes desde que fue nuestro matrimonio y de haber estado de luna de miel con Max en diferentes países.
Fue un mes inolvidable en donde pudimos estar en tranquilidad viajando por el mundo, trayendo con nosotros muchas fotos y recuerdos de todos esos maravillosos días.
Pero, hace 4 días, esa tranquilidad se fue cuando descubrí que tenía 4 días de retraso en donde no había visto señal de que tenía que venir mi ciclo menstrual y quiere decir que tampoco recordaba que tenía que venir.
Estoy con los nervios a flor de piel, pues desde ayer que saqué cuenta de los días, no he podido estar tranquila sin ni siquiera poder dormir toda la noche, Max llego a darse cuenta de que yo estaba algo rara, pero no quise decirle nada, lo único que se me ocurrió decirle fue «Solo estoy así por qué ya me va a llegar mi ciclo» y creo que ni siquiera me creyó del todo, puesto que todo el día que estuvo en la empresa me llamó para ver si yo estaba bien y con el dolor de mi corazón tuve que mentirle una vez más.
Hasta que ya no pude más y llamé a Alanna para que venga trayendo pruebas de embarazo y ella, al oírme, no dudo en venir lo más rápido que pudo con las pruebas.
¿Ya tomaste el agua?.- pregunto una vez más.
Sí, pero no tengo ganas de hacer pipí.- respondo tratando de estar tranquila.
Bueno, tendrás que obligarte tu misma a hacer pipí.- dijo.- toma, ve y hazte la prueba de una vez.- me entrego las 4 pruebas de embarazo.
¿Era necesario 4?.- pregunto yendo al baño a rastras por Alanna.
Sí, uno nunca sabe.- contesto encogiéndose de hombros.
Soy empujada por ella hasta entrar por completo al baño para luego cerrar la puerta y dejarme sola para hacer todo lo que decía la instrucciones de la caja.
¿Ya?.- pregunto Alanna desde el otro lado.
Alanna, ni siquiera me he bajado el pantalón.- respondo nerviosa con mis manos temblorosas.
No sé que pasaría si esto sale positivo, la verdad ni siquiera sé cómo va a reaccionar Max si sale positivo ni siquiera yo sé cómo reaccionaré al ver el resultado.
¿Ya?.- volvió a preguntar ella.
¡Alanna cállate!.- le grito enojada.
Lo siento, es que estoy nerviosa.- se disculpó ella al oírme.
¡¿Y tú crees que yo no?.- respondo enojada y nerviosa o mejor dicho ambas cosas.
Hago todo lo que dice el instructivo paso a paso y pensándolo bien, pensé que sería más difícil, pero por lo visto no, puesto que era la primera vez que me hacía una prueba de embarazo en mi vida.
Salgo del baño luego de limpiarme y lavar mis manos, notando a una Alanna ansiosa sentada en la orilla de la cama mordiéndose las uñas.
¿Ya salió?, ¿Qué dice?.- pregunto ella parándose de su lugar.
Aún no, tenemos que esperar 3 minutos.- le digo sentándome al otro lado de la cama.
Después de estar todo un mes fuera de Portugal
jamás pensé que Max me tendría una sorpresa de una gran casa para nosotros.
Era grande, pero no lo suficiente como para decirle que era una mansión, Max siempre supo que me gustaban más las casas que se sientan hogareñas que en vez de puro lujo y cuando vi esta casa por primera vez lloré en los brazos de mi esposo.
¿Como sospechaste de que podías estar tu embarazada?.- pregunto de un momento a otro ella.
Pues, tuve un ligero mareo y dolor de cabeza y pensé que podía ser por qué ya me vendría, pero me di cuenta qué había pasado 4 días y pensé que podía ser por el estrés de que tenía que decorar la casa a mi gusto, pero luego Max tuvo muchos antojos raros de hecho aún los tiene y llora por todo y recode que había hombres que podían tener antojos, ya que sus parejas están embarazadas e investigue y Max es un candidato a eso por eso te llamé.- respondo.
FLASHBACK
Hace unas noches atrás pude sentir que Max bajaba seguido a la cocina, como ahora por ejemplo, pero nunca se me dio por bajar y ver que cosa hacía hasta ahora, que me llamo mucho la atención escuchar movimientos en la cocina a las 3 de la madrugada.
Así que decidí bajar y ver qué cosas estaba haciendo mi esposo a las 3 de la madrugada en la cocina, ya que se me hacía muy extraño de que Max buscara que comer a estas horas.
Voy bajando poco a poco lentamente la escalera, puesto que estaba oscuro y no quería caerme, hasta que camino a pasos lentos hasta la cocina en donde pude ver una espalda desnuda llena de músculos moverse de un lado a otro.
¿Amor que haces?.- pregunto detrás de él asustándolo.
Mi amor, perdón, no quise despertarte.- me dice él al voltear a verme con una cuchara en su mano.
¿Qué es eso?.- pregunto señalándole con mi dedo lo que él estaba haciendo.
Oh es... ah, sandía.- contesto comiéndose un pedazo de fruta con algo amarillo encima.
Cariño... eso es... ¿mostaza?.- digo extrañada al ver un pote de mostaza.
¿Desde cuándo a él le gusta la mostaza?, nunca comemos mostaza, a mí no me gusta y por lo que sabía a él tampoco y se me hace raro que ahora lo esté comiendo con... sandia.
Amor, estás comiendo sandía con mostaza.- le digo extrañada acercándome a él y notar que tenía un poco de mostaza en sus labios.
Sí, es que vi un video de una chica comiendo así y dijo que era muy rico y se me antojó y cuando fui al supermercado los vi y los traje.- contesto avergonzado dejando todo a un lado.
Mi amor, pero comer esto así.- señaló.- a las 3 de la mañana, te puede caer mal.- digo para luego limpiar sus labios.
Es que ya no quería comer pancakes, por qué no quería engordar y que ya no te guste con panza.- respondió haciendo puchero, notando como sus ojos se llenaban de lágrimas cayendo por sus mejillas.