Odio Amarte - (en Edición)

CAPITULO 71

EMILY 

Esto no podía ser posible, era muy pronto para que ella naciera, aún faltaba un mes, eso fue lo que dijo el doctor.

Él dijo que podía ser posible, ya que yo era primeriza, pero como veía que mi embarazo iba normal, dudaba que el parto se me adelantara, pero ya veo que no.

Justo en el peor momento tenía que pasar esto, al parecer nuestra hija no quería que sus papás estén en acción y lo consiguió.

Ahora tengo a un Maximiliano ido delante de mí, pues el muy idiota no reacciona, solo se queda mirándome sin hacer nada más.

Max…- lo llamó muy agitada.- Max…- vuelvo a llamarlo, pero no reacciona.- ¡MAXIMILIANO!.- le grito fuerte con dolor y desesperación, tanto así que me ardió la garganta.

Eh... ¿Qué pasa?.- pregunto sin aún salir de su trance.

¡Ya está por nacer tu hija idiota!.- grito furiosa y aniquilándolo con la mirada.- vamos al hospital.- aprieto la mandíbula para tolerar los dolores.

Mi hija ya va a nacer…- murmuró mirando un punto fijo.- ¡Mi hija va a nacer!.- grito abriendo sus ojos de más, saliendo ahora si de su trance, gracias a Dios.

¡Ahí!, ¡hasta que por fin reaccionas idiota!.- le gritó furiosa, tirándole una almohada que le cayó en su pecho.

Mi amor, perdón... perdóname…, no sé que fue lo que me pasó.- se disculpó acercándose a mí.- ¿Qué hago?.- pregunto, haciéndome enojar más.

¡Traer la pañalera y el bolso de un put@ vez!.- grito agitada y enojada, sorprendiéndolo.

Mi amor.- hablo sorprendido, pues el muy idiota nunca esperó que yo le hablara así.

Pues, ¿Qué quería?, ¿qué le hablara con cariño?, cuando me estoy muriendo de dolor.

Y llama a Luca, para que nos ayude.- le digo.

Si, sí, sí... ahora lo llamo.- me respondió sacando su celular y marcar a Luca, mientras que él ingresaba al clóset y sacar las cosas oyéndolo desde aquí.

Aló Luca, necesito tu ayuda, mi mujer está con dolores, sube rápido, por favor.- le pidió saliendo del clóset y dejar las maletas al lado mío.

Ya sube mi amor, aguanta un poco más.- me dijo él, arrodillándose frente a mí y besar mi frente.

Ayúdame a cambiarme, no voy a ir con esta cosa
.- digo mostrándole el camisón.

M¡erd@ sí…- dijo alejándose de mí y traer algo de ropa.

Ya estás por nacer mi amor, por fin te conoceré.- le dije a mi pequeña, acariciando mi vientre.

Estaba muy feliz, a pesar de todo este dolor, por qué sé que valdría la pena todo esto, pues ya tendré a mi hija en mis brazos.

Mi marido vuelve a mí con un vestido para nada ajustado, ayudándome a vestirme con eso y no dar una mala impresión a las personas de dicho hospital, aunque no me importa en realidad, pues solo quiero parir a mi hija y ya.

No paso tanto tiempo, cuando veo a Luca entrar por la puerta de la habitación, no sé si igual o peor qué mi marido al ver, la cama y una parte del piso mojado por la placenta.

¡¿Te quedarás a mirar o me vas a ayudar?!.- digo furiosa a Luca sacándolo de su trance igual que mi marido.

Yo, no... digo si la voy a ayudar, señora.- responde él.

Señora tu abuela.- digo tomando la mano de este.

Sé que seré mamá, pero no soy tan vieja, para que me digan señora.

¿En qué ayudo, señor?.- pregunto Luca a Max.

Lleva las cosas, yo la ayuda a bajar hasta el auto
.- contesto Max a Luca.

Si señor.- respondió, esté, tomando las maletas y salir de la habitación con las cosas.

Espérame aquí, voy por un abrigo.- me dijo Max sin esperar que le responda, fue por un abrigo.

Este dolor ya era más doloroso que los primeros minutos desde que inicio los dolores, solo yo espero que cuando llegué a la clínica ya este ella para nacer.

Puedo ver a Max, colocarse su abrigo y caminar rápidamente, pensando que vendría por mí, pero no, se fue hasta la puerta de la habitación y desaparecer de ahí.

¿Max?.- lo llamó, hasta que me di cuenta de algo.

Ah... m¡erd@... este idiota se olvidó de mí.- dije enojada.

Son un par de idiotas, estos dos, se fueron y me han dejado sola, a lo más importante y motivo para ir a la clínica.

Me paró lentamente de la orilla de la cama con dolor, para iniciar a caminar lentamente hasta salir de la habitación y caminar algunos pasos, hasta llegar a las escaleras y poder ver si se acuerdan de nosotras.

Te juró que me las vas a pagar Thalassinos.- dije furiosa mirando hacia la puerta.

En ese momento la puerta de la casa es abierta bruscamente, asomándose ahí al idiota de mi marido.

¡Mi amor, perdóname!.- dijo él corriendo hacia as escaleras y subir rápidamente.

Agradece que no te puedo golpear idiota.- gruñí mirándolo enojada y con mucho dolor.

Perdóname, no sé que pasó.- se disculpó una vez más.

¡Ya cállate y ayúdame a bajar!.- le grito furiosa.

Max no me dice nada, solo me da una mirada de alto con botas, ayudándome luego a bajar y llegar hasta el final de la escalera y avanzar hasta la puerta y salir.

¡Ahí, duele!.- chillo de dolor presionando fuerte la mano de Max.

Ya mi amor, lo siento mucho corazón.- me dijo él con su voz quebrada al ver que me dolía mucho.

Ahora entiendo perfectamente el dicho.

*Primero el gusto y después el disgusto*.

Está dicho, Max no me volverá a tocar hasta nuevo, avisó.

Ya cállate y subamos al auto.- respondo.

Ambos subimos al auto, notando que está ahí Luca, Henry adelante y Rafael con nosotros atrás, quienes me miraban con preocupación.

¡¿Qué miran, arranca de un put@ vez?!.- grito con desesperación.

¡Acelera Luca!.- le dijo mi marido a Luca, quien no dudo en hacer caso, para dirigirnos al hospital.

En el transcurso hacia la clínica el dolor se hacía más fuerte, era un dolor insoportable que no se lo deseo a nadie a excepción de los hombres y mi marido.

Créanme cuando les digo que lo pensaré mucho en tener otro bebé después de Mackye.

Aprieta de mi mano, mi amor.- me dijo más con preocupación al verme.




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