Odio Amarte - (en Edición)

EXTRA

EMILY

¿Es necesario conocer a la familia de él?.- pregunto Max, para nada contento.

Es novio de Mack, claro que tenemos que saber un poco de su familia amor.- respondo por estima vez en todo el día.

¡No es su novio!.- exclamó Max, como todo un padre celoso.

Max aún no aceptaba que su niña estuviera saliendo con un chico y que su familia nos haya invitado a una cena.

¡Hey!, ¿Qué pasa contigo, señor celoso?.- digo, ya cansada de todo el drama de mi marido.

Perdón amor... pero, no es su novio.- murmuró, terminando de acomodarse la corbata.

Desde que Mack nuestra hija, nos dijo que tenía una relación o bueno, se estaba conociendo con el hijo de mi compañero de universidad, no ha dejado de estar más enojado, malhumorado y muy celoso con nuestra hija.

Theo nuestro otro guapo retoño, no ha dejado de molestar a su padre, pues tortura al pobre diciéndole que Mack seguramente le dará unos nietos próximamente, lo cual hace que Kin kon se vuelva un energúmeno con tan solo oír eso, siendo el entretenimiento de Alanna y Franco cada vez que vienen.

Yo he tratado de tener esto bajo control, pues uno de los dos tiene que tener la calma y en este caso me tocó a mi ser lo.

¡Papás, ya vámonos!.- gritó Mack desde abajo en la sala.

¡Ya vamos!.- le respondo a ella.- vámonos tu nena ya está lista.

No quiero ir, no quiero conocer a nadie de esa familia y menos de este tal Benjamín.- contesto él, haciendo berrinche y refunfuñando.

Maximiliano vamos ahora.- digo en forma de orden.- o si no no habrá…- susurró algunas cosas en su oído que próximamente podemos hacer los dos solitos.

¡No!, no me vas a chantajear con eso, yo... soy un hombre que se hace respe... ¿podemos hacerlo al regresar?-. Me preguntó, sabía que él no se resistiría.

Solo si vamos.- condicionó.

Bien, pero solo un rato.- acepto, resignado. 

Ambos bajamos a la sala y podemos ver a mis hijos muy bien arreglados y muy guapos, se nota que son hijos de Max y mío.

Te ves hermosa mamá.- me halaga Theo con una hermosa y dulce sonrisa.

Gracias mi amor.- le agradezco, acariciando su mejilla.

¡Papá!, no sé me nota, es un escote recatado.- protesta Mack, a su padre.

Yo te dije.- le dice Theo, con obviedad.

Max, déjala.- le digo, llegando a él.

Pero, mira ¡Mira!.- la señala a ella.

¡Papá!.- chilla Mack.- Mami, dile algo.- me dice en español, según ella, para que su padre no me entienda.

¡Ya hablo español, princesa!.- le dice él.

¡Hasta las justas sabes decir chicle!.- le responde ella.

¡Ya dejen de pelear!.- grité enojada.- Max, ¿En qué quedamos?

Lo sé amor, pero…- quiso justificarse.

¡Pero, nada!, andando todos.- dije, dando ya la última palabra, por qué sabía que estos dos se iban a matar, si seguían así.

Creo que en toda mi relación con Max nunca lo he visto de esa manera o bueno sí, pero esta vez se enfoca más en Mack en hacerle celos que a mí misma.

Todos salen en silencio y suben al auto con Max de piloto, quien callado y serio conduce el auto.

Yo sabía que era difícil para él y lo entendía, pero tenía que aceptar que su nena ya no era una niña, sino que se había convertido en una linda y hermosa mujer, profesional y llena de valores.

¿Esta es la casa?.- pregunta Theo al ver que el auto se estaciona en una casa medianamente grande.

Theo que la casa de nosotros sea gigante, no quiere decir que el del resto sea igual.- le contesto Mack.

Cierto, la casa que tenemos en Estados Unidos es más grande que la actual.- le dice este.

Bajemos.- les digo a todos y así fue o bueno más o menos.

Vamos guapo, no te pongas así.- digo al ver que Max no da ningún movimiento que diga que va a bajar, como lo han hecho nuestros hijos.

Verás de nuevo a ese tal Benjamín.- murmura haciendo puchero, sin mirarme a la cara.

Suelto un gran suspiro y trato de no reír por sus celos, primero Mack y ahora yo, creo que ya es hora de decirle la verdad sobre aquella vez.

Nunca salí con Benjamín.- dije, mirando hacia al frente, sintiendo su mirada en mí.

¿Qué?.- pregunto.

Qué nunca salí con él, de hecho te mentí.- dije, ahora mirándolo.- aquella vez fui a cuidar al pequeño sobrino de Ali, quien también se llama Benjamín.

¿Hablas en serio?.- pregunto.

Pues, claro que sí, amor, yo te amé, amo y te amaré por siempre, no ha habido nadie más en mi vida que me importe tanto como tu cariño.- le digo, acariciando su mejilla.

Te amo.- dijo, con sus ojitos rojos por tener las lágrimas acumuladas.

Yo también te amo.- le contesto, para luego los dos juntar nuestros labios.




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