Capítulo 6
Malas decisiones.
A penas salí del ultrasonido me encontré en el auto con mis padres, ambos tenían cara de pocos amigos.
—Hemos estado hablando sobré tí y tu mal comportamiento — mi Padre inició la conversación.
Suspiré porque entendí de inmediato que después de esas palabras sólo podrían venir problemas.
—Y hemos llegado a la conclusión de que hemos sido demasiado blandos contigo durante este tiempo— mi madre agregó con lágrimas en los ojos.
—Queremos que afrontes las consecuencias de tus malas decisiones así que te ofrecemos dos elecciones: 1. Interrumpes el embarazo y vas a Stanford. —Mi madre me da la carta de admisión que había escondido en mi cajón. —2. Continuas con esta locura pero fuera de nuestra casa y sin ningún apoyó económico — Mi padre agrega y siento que el corazón romperse en mil pedazos.
Sabía bien que este era un escenario que podía pasar, dado que está está su manera de presionarme a tomar lo que ellos consideraban " buenas decisiones", pero eso no significaba que dejara de doler igual.
—no puedo interrumpirlo, tengo 16 semanas. Es un bebé bien formado—Contesté extendiéndole la ecografía a mi madre. Está la miró sorprendida.
—casi 4 meses Emilia ¿como no te habías dado cuenta? — Cuestionó ofendida e impresionada al mismo tiempo.
—No lo se, mi menstruación es irregular. Cambié de anticonceptivas un par de veces, pensé que el descontrol en mi ciclo menstrual se debía eso— Agrego con honestidad, pero viéndolo desde afuera realmente fui demasiado irresponsable.
— Da igual Olga, la situación sigue siendo la misma y la oferta igual. No puede seguir actuando de forma irresponsable y esperar que mamá y papá sigan solucionando todo.
Las palabras de mi padre fueron duras, me lo espere tal vez de mi madre que siempre era más estricta conmigo, pero de él realmente no lo vi venir.
—Bien, entonces nos despedimos aquí. Muchas gracias por haberme cuidado y amado durante estos 17 años— Contesté rompiendo la carta de admisión de Stanford y bajando luego del auto.
—¡Emilia! Reacciona por favor — escuché gritar a mi madre entre el llanto y la pena.
—Dejala, Olga. Volverá cuando haya madurado — Mi padre agregó y luego aceleró dejándome atrás como si yo fuese un mueble usado que decidieron simplemente tirar.
Me dejé caer al suelo y comencé a llorar de decepción, pena y rabia. Sabía que había cometido un error al tener una vida sexual activa sin tomar las precauciones. Que no había sido lo suficientemente lista ni responsable. Pero obviando el asunto del embarazo, siempre, pero siempre había sido una hija obediente y colaboradora.
Me esforcé día tras días por ser la mejor en cualquiera de las actividades que ellos habían elegido para mí. Siempre saque buenas notas, no salía a fiestas, no robe su auto, no bebí más que en un par de ocasiones, no consumí drogas, no les falte el respeto jamás... Lo único que había hecho mal era enamorarme como una idiota y bueno embarazarme.
Ahora que lo miraba enamorase y embarazarse eran dos palabras a simple vista fonéticamente similares. ¿ Como es que nunca se me ocurrió ponerlas juntas en ningún lugar? ¿ como es que nunca se me ocurrió pensar en la posibilidad de que mis anticonceptivas podían fallar? ¿como es que no me di cuenta que el amor también podía acabarse? Que no existían los felices para siempre...
Estaba completamente perdida y desorientada, no sabía que era lo que debía hacer ¿A donde iba a ir? Aun después de todo lo malo, kylian era la única persona que siempre llegaba primero a mi mente. Sonrió ante mi evidente estupidez, ese chico me odia, como puedo pensar que va ayudarme.
En cualquier caso me diría que le pidiera ayuda a Nathaniel...
—Nathaniel... —Musito entre sollozos, le llamo al móvil rogando porque aún este en Memphis y no haya vuelto a Boston.
—¿¡Emilia!? ¿Estás bien?— cuestiona a través del teléfono
Yo solo le respondo —estoy afuera de la clínica, mis padres han decidido abandonarme a mi suerte —
—Voy para allá, no te preocupes todo va a solucionarse...— contesta y cuelga antes de que pueda darle si quiera las gracias.
Mientras espero, mis pensamientos me ahogan. Nathan siempre ha estado en mi vida, le conozco desde que Dustin y el asistían a la escuela. Siempre había sido un buen amigo para ambos, respetuoso y protector conmigo.
Nunca nos habíamos faltado el respeto de ninguna forma, tampoco habíamos cruzado la linea de la amistad de ninguna manera. Al menos no que yo recuerde. Por esa razón ni entendía que mierda invento Kylian en su cabeza para sentirse mejor consigo mismo.
Tampoco entendía por qué Nathan le había dado la razón, afirmando que todo era un malentendido, si que yo recuerde nunca nos hemos saltado ninguna regla en nuestra amistad.
Su auto se detuvo frente a la clínica. El bajo de ahí con rapidez y me cubrió en un abrazo fuerte de eso que solo el o Dustin podian Darme.
—Lo siento mucho Emilia. En parte que Kylian este tan enojado es todo mi culpa. — musitó y yo corte nuestro abrazo y le miré confundida.
— ¿Pero de qué estás hablando? ¡Yo no estoy entendiendo! No recuerdo haber hecho nada que pudiera molestarle. Menos contigo.
— Pero sí paso... Solo no entiendo como no lo recuerdas. Tal vez bebiste mucho ese día.
—¿De que día estás hablando? ¡¿Que fue lo que pasó?!— grité exasperada, necesitaba que el misterio se disipará.
—El día de tú fiesta graduación, organizada por tus padres. Estabas muy enojada con Kylian porque se negó a asistir, o al menos eso fue lo que tú dijiste cuando empezaste a beber. Desconozco la versión completa de su pelea, pero era la primera vez que te veías tan enojada... También la primera vez que bebiste de esa forma tan exagerada.
Cerré Los ojos e intenté recapitular todo lo que hice ese día. Recuerdo que fue la primera vez que Kilyan y yo hablamos de las universidades a las que habíamos aplicado. El quería que asistiéramos a la universidad estatal de Memphis y yo quería algo más grande, que fuéramos a Stanford, en California, o a Boston con Dustin y Nathan. Ese fue el inició de nuestra discusión, la más acalorada y fuerte que tuvimos en un año entero de relación.