Odio que te Amo

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Benji

Estoy incrédulo de escuchar decir a Emilia que me quiere. Imaginé este momento en silencio durante mucho tiempo y ahora que está sucediendo no tengo ni puñetera idea de que debo hacer o decir. Es como si me hubiese quedado en blanco.

—¿Que sucede? ¿Acaso no me creés?— tiene el ceño fruncido y me mira con enojó.

—No— contesto y ella alza una ceja, me doy cuenta de que la he cagado por detenerme y no continuar la frase.

—¿Cómo qué no? — ella contesta levantándose del taburete.

—No, que sí te creo. Solo que me he quedado sin palabras. Digo, es que estoy demasiado feliz... Yo...— voy a decirle que llevo mucho tiempo soñando con este momento, pero una de las empleadas del servicio entra y nos interrumpe.

— Disculpenme la interrupción pero es que la policía está en la puerta con el joven Kylian y solicitan la presencia del joven Benji— la mujer me mirá angustiada, Emilia también se pone nerviosa.

Yo por otro lado no dejo de pensar que Kylian es una puta espina en el zapato. Cada que respira lo hace con la única intención de molestar.

—¡No vayas! — Emilia sostiene del brazo.

— Que va, claro que tengo que ir. Estoy cansado de su estupidez— me suelto de su agarré y camino hasta el umbral de la puerta de entrada de la mansión.

Ahí está parado el idiota con dos oficiales de policía.

—Buenas tarde Caballero ¿Es usted Benjamín Cleverth?— uno de los oficiales cuestiona. Emilia no tarda en aparecer, se para a mí lado y en silencio me sostiene la mano.

—Buenas tardes, así es, ese soy yo— contesto sin miedo. Kylian me ve y sonríe de forma ganadora. Puedo imaginar a lo que ha jugado, tiene multiples golpes fuertes en la cara, golpes que no le di, pero qué seguramente ha dicho que sí... No espero nada bueno de él, es un asqueroso desleal.

—Debe acompañarnos a la comisaría, queda temporalmente detenido por agresión física— Sonrió porque me lo imaginaba. Es una rata asquerosa.

—¡¿Que?!— Emilia está incrédula. — no oficial, yo estába presente, esas heridas son autoinfligidas— está visiblemente alterada, y a Kylian le encanta hacerla sufrir, disfrutá de verla así, es una basura.

—Señorita le ruego se calmé y no interfiera en el arresto, sino tendremos que llevarla a usted también —

—deberian llevársela también, así yo puedo tomar a mi hijo y largarme de esta asquerosa ciudad — Kylian agrega y aunque quiero ahorrarlo otra vez, no voy a caer en su juego. Se lo que hace, quiere sembrar más caos.

—Todo está bien Emilia, tranquila. Volveré en un rato. Ve con Milán y con las abuelas—

—¿¡Que dices ?! No puedo dejarte ¿cavamos juntos lo recuerdas?— le sonrió de forma espontánea, y lo oficiales nos miran como si somos un par de asesinos seriales, debío admitir de que eso de "cavamos Juntos " suena demasiado sospechoso. Le doy un beso en los labios..

— ¡Confía en mí! Volveré pronto —le digo Guiñándole un ojo

—Suficiente— el oficial me coge de forma brusca y me coloca la esposas. Luego me mete casi que a golpes en la patrulla.

—Creo que el exceso de fuerza no es necesario, no me estoy oponiendo al arresto— indicó y uno de los policías me golpea la cara.

—Creo que deberías callarte, odiamos a los niñatos malcriados como tú, que creen que por tener dinero pueden ir haciendo lo que se les da en gana sin pagar las consecuencias— el hombre está ofuscado, siento como si la situación fuese personal. Aún así me relajo y conservo el silencio y la calma. En la mansión hay vídeos, en el jardín, en la cocina, en la entrada, a las afueras. La jugarreta sucia de Kylian solo será un mal rato.

Llegamos a la comisaría como en 20 minutos. Me bajan con tanta fuerza como si fuese un delincuente. Me dejan llamar a mi abogado antes de meterme a patadas a la celda. En la que estoy pasando frío y penurias durante 24 horas. Hasta que llega Antón Newbort, el abogado de la familia y me saca.

— Lamentó el malentendido— el mismo oficial que me golpeó varias veces, baja la cabeza frente a mí. No pienso tener piedad, me cansé de ser un buen samaritano. — por favor no me llevé a juicio, tengo dos hijas que dependen de mí trabajo —

—Con más razón deberías ir a juicio, no controlas tu irá. Tú hijas y tú mujer deben correr gran peligro — musitó con sarcasmo mientras nuevo mis muñecas, me duelen por el tiempo que me tuvieron las esposas.

—Benji— Antón Newbort me regaña. Me trago las palabras que Quiero decirle.

—¿Va a poner la denuncia a Kylian?— me pregunta Antón Newbort, el oficial al mando baja la cabeza avergonzado de la situación.

— Por supuesto que sí, no solo voy a denunciarlo. Prepara la demanda, quiero que se mantenga lejos de Emilia y de Milán — Ya no hay vuelta atrás. Le di muchas oportunidades a Kylian porque le creía mi amigo, porque creía que él realmente amaba a Emilia y sobretodo porque ella le quería. Pero ya no hay nada que me detenga.

Kylian no sólo es egoísta, sino que es un narcisista, uno muy peligroso. Ha demostrado que es Feliz haciendo daño, y no va a detenerse por las buenas.

El comisario me toma la denuncia, y con las pruebas otorgadas por mi abogado emite una orden de arresto en su contra.

— puede estar tranquilo joven Cleverth, solo podrá salir si paga la fianza—

—¿Es alta? — cuestionó dudoso, después de ver por las cámaras como maltrató físicamente a Emilia en la cocina, no estoy seguro de nada. Quiero que esté en la cárcel hasta el día del juicio.

—10 mil por agravantes de daños y perjuicios — suspiró, decepcionado. Es poco pero a Kylian no le resultará tan fácil de encontrar. Lo que me dará tiempo para armar un plan de acción.

—Bueno...— agregó y me levantó de la silla. Camino con Antón Newbort hacia la salida donde su chofer nos espera.

Ya dentro del auto, Antón se dirige nuevamente a mí.

—Debo advertirle que su padre está en casa con su abuelo, hoy harán la lectura de su testamento — viro los ojos rogando a Dios por tan sólo un día de paz.




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