"Lo difícil atrae, lo imposible seduce, lo complicado asusta,
lo extremadamente complicado enamora."
( Paulo Coelho)
Mi primera clase es a las ocho. Por suerte no me quede dormida, me bañe y cambie en tiempo record. Un jean, una camiseta blanca, una chaqueta símil cuero y unas zapatillas irán bien. Antes de salir del cuarto para desayunar despierto a Sol, cursamos juntas y pensé que estaría lista, pero volvió a quedarse dormida. Bajo a desayunar mientras mi amiga se cambia a las apuradas. Quedamos en vernos en el aula.
Una hora más tarde soy la primera en llegar al aula de economía. No elijo los asientos de adelante, me tientan pero prefiero mantenerme en las periferias. Acomodo mis cosas y reviso mi celular, tengo varios mensajes. Los de Liam los ignoro, directamente son borrados. Hay varios mensajes en el chat familiar:
Papá: ¡Mucha suerte hoy! Las quiero.
Claudia: ¡Ustedes pueden! Arrasen con todo. Las extraño.
Ro: Los quiero gracias. Buen comienzo hermanita, espero que no hayas tenido mucha resaca.
Papá: ¿Cómo? ¿Qué resaca? Ofelia...
Sonrió, Romina sabe lo protector que es papá y lo hace a propósito. Le encanta molestarlo.
Ro: Era un chiste Byron, relájate...
Papá: ...
Ofelia: ¡Gracias! Los quiero. Romina no bebí nada ¿tu resaca?
Claudia: ¡Basta las dos! No quiero nada de alcohol.
Supongo que las dos nos estaremos riendo al otro lado de la pantalla. Romina y yo jamás solemos hacer mucho caso, solo que nunca nos atraparon.
Ofelia: Estamos bien. Los tengo que dejar... llega el profesor.
No es verdad, pero no quiero prolongar la charla. Un mensaje me llega inmediatamente es papá, pero esta vez es nuestra conversación privada:
Papá: Cuídate. Te amo.
Ofelia: Te amo papá ♥
Para nunca me dice que me ama en el chat general, el solo me lo dice en privado. Supongo que es porque no quiere verse forzado de decírselo a Ro también, sé que la quiere mucho y se preocupa tanto como si fuera su hija, pero antes de casarse me prometió que yo siempre seria su primer amor y eso lo cumple hasta el día de la fecha. Es una cursilería de padre e hija.
Un mensaje que había ignorado sigue apareciendo en la notificación y mi maldito toc de tenerlas en cero no me va a dejar en paz. Podría eliminarlo sin leerlo, como hice con Liam, pero mi maldita curiosidad no juega limpio, exactamente igual que él.
Tramposo: Que tengas un bonito día princesa...
¿Eso es todo? Miro la pantalla con una estúpida sonrisa en mis labios y termino mordiendo mi labio inferior.
— Sabía que te gustaría— alguien susurra en mi oído.
No necesito darme la vuelta, sé quién es, reconozco su voz con ese irritante tono soberbio y ese acento inglés... ¿Qué? Se nota... no es que le haya prestado demasiada atención.
— ¿Siempre eres tan soberbio? — Lo observo con fastidio — ¿Qué haces aquí?
— Es divertido ser así contigo— admite acercándose tanto que puedo aspirar su colonia fresca — Es mi clase, parece que compartimos algo mas además de una cita...
Pongo los ojos en blanco, abro la boca para responder pero una chica interrumpe:
— ¡Xan! Hola bebe, te llame ayer...— él la mira extrañado y no sé si es porque no la esperaba en la clase o por habernos interrumpido.
La sonrisa satisfactoria de mi rostro no se disimula. Tiene novia, o algo similar, y es lo más divertido del mundo que haya aparecido en el preciso momento en el que pretendía hacerse el galancito de telenovela barata.
El tramposo no responde, la chica lo mira con ¿obsesión? Luego posa su mirada en mí y la cambia por asco, eso sí lo reconozco.
— ¿Tu eres?— pregunta molesta.
— Ofelia— respondo con mi mejor y más falsa sonrisa — Por cierto ¿Cómo es tu nombre?
— Xander— responde la chica por él — ¿Acaso no lo sabes?
— ¿Debería?— la ignoro y mi mirada sigue clavada en él, específicamente en sus labios que en ese momento se curvan en una sonrisa.
— Sí...— resopla molesta sentándose junto al chico.
— Mal por mi entonces...— sonrío y me acomodo en mi asiento.
— ¿Y esta quién es?— escucho que le pregunta en voz apenas más baja.
— Ignórala...
Ignórala. ¿Ignórala? Quiero darme vuelta y gritarle que no se crea tan importante, que es la persona más irritante y egocéntrica que conozco. ¿Por qué me indigna? ¿Por qué me molesta su respuesta? Presiono con tanta fuerza mi lápiz que creo que podría quebrarse en cualquier momento. Me obligo a calmarme mientras los escucho murmurar. Ella sonríe, coqueteando con él y... ¿Por qué me centro en ellos?
— ¡Llegue!— La voz agitada de Sol me saca de mis estúpidos pensamientos — ¿Notaste a quien tenemos atrás?— susurra.
Afirmo con la cabeza mirando el frente del aula — Se supone que debería conocerlo...— susurro poniendo los ojos en blanco— eso dijo su novia— me quedo en silencio unos segundos— "¿Acaso no lo sabes?" — la imito con un tono irónico y hueco, muy hueco.
Sol no responde, pero la escucho reírse y soltar algo de aire por la nariz.
La observo de costado y somos incapaces de contener la risa, solamente la soltamos escandalosamente, cuando conseguimos calmarnos Sol se acerca a mi oído:
— Cualquiera creería que estás celosa...
Abro los ojos grandes y mi boca dibuja una gran O, pero cuando estoy a punto de responder el profesor entra al aula y sin perder un segundo nos tritura el cerebro con su máquina automática llamada Economía I.
Dos horas más tarde siento que no puede entrarme más información en la cabeza, realmente comienzo a dudar de mi capacidad para estudiar en Harvard y esta solo fue la primera clase.