Ofelia

12.

 

 

Al final de la noche supe que Xander ganó, con su oferta, la casa de Malibú. Por mi parte, perdí el viaje a Italia, mala suerte. Pero me alegra que alguien haya pagado más por ese viaje.

Esa noche, más tarde, papá me deja en la residencia. Baja del vehículo y me ayuda a bajar. Mientras nos despedimos, las chicas que entran y salen de la residencia no dejan de observarlo y, yo, no dejo de poner los ojos en blanco.

— De verdad que no lo soporto— respondo molesta— voy a limitar nuestros encuentros a la intimidad de casa...

Papá se ríe con una carcajada discreta y besa mi frente.

— ¡Buenas noches señor Brown!— Un grito desde una ventana nos sorprende.

Al levantar la mirada nos encontramos con Beth y Sol asomadas con cara de bobas, saludando a mi padre.

Él sonríe, saluda con la mano y me observa con una sonrisa egocéntrica.

— Son mis compañeras Beth y Sol— respondo poniendo los ojos en blanco.

— Te quiero Ofelia— papá vuelve a dejar un beso en mi frente y sube al vehículo.

— Te quiero pa— me agacho para verlo — Gracias por llevarme.

En cuanto se aleja con el vehículo, corro al interior de la residencia. Subo a mi cuarto, paso la puerta y me encuentro a mis dos amigas mirando por la ventana.

— Saben que papá ya se fue ¿no?— pregunto mientras bajo el cierre de mi vestido y dejo que caiga al suelo. Con ellas no existe el pudor, aunque no sé muy bien porque.

— ¿Y ese apuro?— pregunta Sol, sentándose en su cama.

— Tengo que encontrarme con Xander en la sala común.

— ¡Amo!— exclama Beth.

— No es lo que piensan— saco ropa interior y un conjunto de ropa limpia- Calzas, una camiseta enorme y converse blancas — Solo vamos a charlar de...— hago un silencio pensando en una excusa — cosas— digo cuando no se me ocurren.

— Ajam— habla sol. Entro al baño y la observo para que termine de hablar antes de cerrar— No me bañaría y pondría ropa limpia solo para hablar "cosas" con alguien Fifi...

Le muestro el dedo medio y me meto al baño.

Media hora después llego a la sala común. Es viernes por lo que hay bastante movimiento pero en la sala solo hay un grupo de chicos en un rincón, dos chicas en otro y Xander sentado cerca de la biblioteca en un sofá, con un libro en la mano.

Sonrío y camino nerviosa ¿Desde cuándo me pongo nerviosa por un chico?

Xander está muy metido en su libro y eso me da la ventaja de poder verlo mejor. Sigue con parte de la ropa que llevaba en la fiesta. El pantalón y la camisa, para ser específica.

Me quedo parada a una distancia corta y lo observo. Es un chico muy guapo, exasperante, pero guapo. No voy a ser tan terca de negar lo obvio.

Su mirada abandona el libro y se encuentra con mis ojos. Sonríe y se acomoda en el sofá invitándome a sentarme con un gesto de su mano.

— Hola— estoy tan nerviosa que mi voz parece un susurro.

Xander sonríe, siempre sonríe — Pensé que no vendrías Ofelia...

— Siempre cumplo con mi palabra Xander— nos miramos y él sonríe ¿Cómo no?— ¿Qué lees?— pregunto tratando de tener una conversación normal.

— El arte de la guerra— me enseña la portada,

— ¿Y por qué leerías a Sun Tzu?— pregunto con curiosidad, no parece del tipo que lea estas cosas. Bueno, Xander no parece del tipo que lee algo...

— ¿Lo conoces?— su cara de sorpresa es mayúscula

Sonrió y le quito el libro de las manos. Es una edición bastante antigua y muy bonita. El encuadernado es hermoso, la tapa es dura, color burdeos con letras doradas.

— "Lo supremo en el arte de la guerra es someter al enemigo sin darle batalla" — susurro y sonrío— en casa de mi padre hay una biblioteca enorme, me encanta leer — Se lo devuelvo— pero este libro es simplemente... fascinante. "Hacerte invencible...

— Significa conocerte a ti mismo"— me interrumpe y sonreímos.

— Exacto— bajo la mirada a mis dedos y hablo sin mirarlo— ¿De qué querías hablar Xander?

— Directo al punto ¿Eh?

Lo miro con una sonrisa de lado.

— Estoy un poco cansada...— confieso.

Y no solo soy literal, estoy cansada de su jueguito. Estoy cansada de Celina, de Xander, de su extraña relación de la que no quiero saber nada. Y si, también estoy cansada con muchas ganas de irme a dormir.

Asiente en silencio, sonríe y larga el aire despacio por la boca.

— Celina y yo nos conocemos desde que tenemos...— hace una pausa como si intentara sacar cuentas— creo que desde los cuatro años. No sé porque crees que es mi novia, pero no lo es...

— ¿No lo sabes?— pregunto incrédula— Da igual— levanto mis hombros y sonrío— no tiene que explicarme nada...

— No lo sé y quiero hacerlo...— me interrumpe— dímelo.

Suspiro y lo observo a los ojos, buscando cualquier signo de burla. Pero no lo hay.

— Bueno, esta todo el día pegada a tu brazo— levanto un dedo— Donde estés, ella está contigo— levanto otro dedo— te mira como si no existirá nadie más en el mundo para ella— levanto otro dedo— e insinúa constantemente que es tu chica — lo miro — Todo el mundo cree que son pareja o algo así— ¡ah! — Exclamo divertida y lo miro con picardía—Los encontré en tu cuarto y sostenías su cintura ¿recuerdas?— sonrío y él me imita asintiendo con la cabeza— Y ni hablemos de esa vez que los vi besándose en este mismo sofá...

— ¿Ella dijo eso? — me mira como si no pudiera comprender lo que digo, pero ignorando completamente el tema del beso.

Asiento con una sonrisa y muerdo mi labio inferior — Y también dije que te vi besarla... — insisto.

— Bueno— suspira—no voy a negar que no hemos jugado un poco— dice con tono sugerente y una sonrisa soberbia— pero eso dista mucho de estar en una relación.

— De acuerdo, pero de verdad no necesitaba explicaciones. Nosotros no tenemos nada ¿Por qué deberías dármelas?

— Te lo dije antes, porque quiero hacerlo.




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