Ofelia

16

"La razón se compone de verdades que hay que decir

y verdades que hay que callar."

(Conde de Rivarol)
 

No sé cuánto tiempo dormí, pero cuando desperté papá estaba sentado en mi escritorio, trabajando.

- ¿Papá?- pregunto confundida.

Miro mi mesa de luz y veo las medicinas, Xander debe de haberlas comprado en algún momento, solo espero que no se hayan cruzado.

- Hola princesa- papá se acerca y se sienta a mi lado - ¿Cómo te sientes? - deja un beso en mi mejilla.

- ¿Qué haces aquí?

La puerta del cuarto se abre y pasan mis amigas, Sol sonríe descaradamente cuando papá no la ve y se muerde el labio.

- Tu hermana me avisó lo que había pasado.

- No tendrías que haber venido- sonrió y dejo un beso en su mejilla - Solo es una gripe.

- Ofelia te desmayaste, además hay otra cosa que quiero hablar contigo...

- Nosotras vamos a cenar- anuncia Sol dejando un recipiente en mi mesa - te trajimos sopa caliente.

- Gracias- susurro mientras las veo irse, cerrando la puerta tras ellas.

- ¿Qué paso?- pregunto abriendo el recipiente de sopa. Muero de hambre - ¿Quieres?- le ofrezco pero papá pone su típica cara de asco, odia la sopa.

- Romina me contó de tus pesadillas...- mi sorpresa hace que casi derrame todo en mi cama.

- Traidora...- susurro molesta. Nunca le conté de estas pesadillas a nadie, no quería la atención puesta en mí. No quería que nadie se preocupara, menos aún papá.

- ¿Cuándo tiempo hace que esto sucede?

No miro a mi papá, solo observo la sopa que ya no se me antoja para nada.

- Ofelia- susurra levantando mi mentón con sus dedos - ¿Por qué lloras princesa?- pregunta cuando unas lágrimas se escapan de mis ojos - Odio que llores- las limpia- ya has llorado...

-...demasiado- interrumpo molesta- Lo sé y no lo entiendo... ¿Por qué siempre dices eso?

-Cuando eras pequeña llorabas demasiado. Cada noche- suspira como si recordar le doliera- Solo te parabas en la puerta de tu habitación y llorabas. Llorabas por que no tenías a tu osito guapo, ese que te había enviado- sonrió y observo a guapo sentado en el estante junto a mis libros- Un día, cuando aún no conocías a Claudia ella me aconsejo que te regalara uno similar.

- ¿Deje de llorar?

- No- sonríe y acaricia mi mejilla- Era extraño, suponía que otras niñas correrían al cuarto de sus padres. Tu solo te parabas en la puerta de tu cuarto, abrazabas a guapo y llorabas, demasiado.

- ¿Y qué pasó?

- Tu pediatra me dijo que deberías estar pasando por una especie de estrés postraumático, por el accidente- No sé porque cada vez que nombra el accidente baja la mirada, eso me molesta- y que seguramente eran episodios de sonambulismo- suspira y vuelve a verme a los ojos- entonces comencé a dormir contigo, cada noche. Así llegará muy tarde, despachaba a la niñera y ocupaba su lugar.

Sonrío - ¿Deje de llorar?

Papá asiente con una sonrisa.

Dejo un beso en su mejilla - Gracias.

Nos abrazamos y papá acaricia mi cabello - Eres lo mejor que me pasó en la vida Ofelia, pero necesito saber de tus pesadillas.

Suspiro, contaba con que hubiera olvidado todo el asunto.

- Tu hermana me dijo que en la última estabas demasiado alterada...

Inconscientemente mi mano va a mi nuca y acaricio la cicatriz. Papá me observa, sonríe y su mano se dirige al mismo lugar.

- Estabas muy lastimada Ofelia, después del accidente. Demasiado. Solo quisiera que pudieras olvidarlo.

- Tal vez ese es el problema...- susurro casi molesta - No recuerdo nada de mi pasado, absolutamente nada papá- las lágrimas inundan mis ojos y caen por mis mejillas, soy incapaz de contenerlas- es como si quisiera obligarme a recordar, pero los sueños son horrendos. De verdad lo son...

Papá me estrecha en sus brazos y estamos así hasta que consigo calmarme.

- ¿Qué quieres saber?- pregunta tomándome por sorpresa.

Me acomodo en mi cama y pienso, mil preguntas se agolpan en mi cerebro.

- ¿Cómo era mi mamá?- la mandíbula de papá se tensa, hay algo de ella que él no tolera.

- Tu madre era una mujer hermosa- sonríe- realmente lo era. Era como una sirena, atraía la vista de todos, hombres o mujeres. Sus ojos eran imposible de describir.

- Esmeralda...- sonrió- los recuerdo. Yo le decía que quería tener sus ojos y ella me decía que no, que tenía los ojos más hermosos del mundo porque eran iguales a los tuyos.

Papá sonríe y asiente.

- ¿Por qué no querías saber de nosotras?

Papa hace una mueca que no llega a ser una sonrisa.

- Era joven y estúpido Ofelia...- sus ojos se empañan de lágrimas y yo tomo sus manos - Si hubiera sabido las cosas que se ahora, no me habría separado de ti ni un solo segundo.

- ¿Qué cosas?- pregunto tomándolo por sorpresa.

Me observa y piensa. Finalmente sonríe y acaricia mi mejilla - Que tenía a la hija más maravillosa de todo este mundo - Hace un silencio molesto- Tenemos otra cosa de la que hablar...

- ¿Qué pasó?

- Jayden Davis...

Tuerzo la boca y la mandíbula de papá se tensa, entonces lo entiendo - ¡No papá!- abro los ojos grandes - no me acosté con Jayden.

Suspira aliviado y yo me avergüenzo como pocas veces en mi vida.

- Papá esto no es fácil para ninguna de las chicas.

- Tus amigas deberían hablar con sus padres...- suspira.

- ¿Vas a ayudarnos?

Papa sonríe y acaricia mi mejilla -Voy a destruirlo - afirma- y no será agradable.

Suspiro - ¿Qué haremos?

- Ustedes nada. Mis abogados y un investigador se está encargando - deja un beso en mi frente - Te quiero lejos de él.

Asiento, pero los dos sabemos que no lo haré.

- ¿Me mantendrás al tanto?




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