Ofelia

25.

La mañana siguiente me siento peor que mal. Me duele la cabeza y tengo el cuerpo adolorido por haberlo tensionado tanto.

Me muevo incomoda pero Xander no se encuentra en la cama.

— Al fin despiertas.

Me siento en la cama y lo veo en mi escritorio haciendo algo en su computadora. Me acerca un café de la cafetería y lo aceptó enseguida, realmente lo necesitaba.

— ¿Qué haces?— pregunto después de dar un largo sorbo.

— Reviso las calificaciones de Análisis Socio Económico— sonríe.

— ¿Ya están?— me levanto rápido de la cama pero el desgraciado baja la pantalla de su computadora.

— ¿Estas segura que quieres verlas?— observo su rostro indignada, como no respondo sonríe y vuelve a levantar la pantalla.

— Brown +A— susurro con una enorme sonrisa mientras busco su apellido en la lista— ¡Aquí!— exclamo— Hunter A— grito y provocó una carcajada suya.

En ese momento todo pudor abandona mi cuerpo y comienzo a bailar como una idiota en el cuarto ¡Le gane a Xander! Esto merecía un gran festejo, él se ríe a carcajadas aun sentado en la silla mientras me observa hacer el ridículo.

— Si cada vez que ganes harás esto, perderé gustoso.

Me rio y acomodo mi pelo completamente descontrolado antes de dejar un beso en sus labios.

— Se siente tan bien ganarte...

Xander niega, sabe que no tengo remedio y jamás dejaré de competir por lo que sea con él.

— Tengo que comentarte dos cosas...— Anuncia poniéndose serio, frunzo mis cejas y me siento en la cama, volviendo a agarrar mi café — La primera es que mi padre necesita verme en su hotel, es por negocios pero si quieres puedes acompañarme.

— ¿Seguro que no le molestará?

— Para nada— sonríe terminando su café— además Jacob estará feliz de verte.

— Adoro a ese chico...— susurro asintiendo — ¿La otra cosa?

Su rostro se vuelve un poco más serio y me alcanza un papel escrito de puño y letra. Tiene mucha información, demasiada. Comienzo a leerlo y no entiendo absolutamente nada, parece uno de los apuntes de la universidad de mi hermana.

— ¿Y esto?

— Me levante temprano, casi no dormí pensando en lo que hablamos anoche....

— Lo siento— susurro.

— No nena— se acomoda a mi lado en la cama y sonríe— quiero ayudarte, solo es eso...

— ¿Entonces?

— Lei sobre este proceso que se llama fragmentación y dentro de este existe la amnesia disociativa— me quita el papel de las manos y me enseña los apuntes— por lo que entendí, y no soy ningún experto, cuando la persona sufre un trauma que es difícil de procesar el cerebro borra esa parte, hace que lo olvides. Esto se da mucho en niños.

— ¿Dices que probablemente me haya pasado algo que me haya hecho olvidar las cosas?

— Puede ser cualquier cosa, que para tu mente infantil sea difícil de procesar. Tal vez un novio violento que tu madre haya tenido, tal vez el mismo accidente. No lo sé nena, es una teoría.

— ¿Cómo sabes todo esto?

— Google— sonríe y le devuelvo el gesto.

— ¿Por qué mi hermana nunca me hablo de esto?

— No lo sé, pero mira— me extiende nuevamente el papel y me señala un nombre y un número telefónico.

— Es un Psiquiatra Xander...— le devuelvo el papel y lo miro horrorizada— no voy a ir a un psiquiatra, no estoy loca.

— Puedo acompañarte— sujeta mi mano— no estás loca Ofelia pero ¿y si este hombre puede hacer que las pesadillas se detengan?— Xander sonríe y acaricia mi mejilla — Eres la persona más cuerda, honesta y justa que conozco nena... claro que no estás loca.

Suspiro y asiento en silencio, aunque no estoy muy segura de querer ir y no sé si lo hare.

— Voy a ducharme y cambiarme para ir a ver a J...— anuncio entrando al baño.

— Iré a mi cuarto a hacer lo mismo ¿Paso por ti en diez minutos?

— En quince— dejo un beso en sus labios y cierro la puerta después de entrar.

**

J abre la puerta de la suite y nos abraza a Xan y a mí al mismo tiempo.

— Tranquilo campeón— Oliver me guiña un ojo y sonríe — Un gusto volver a verte Ofelia...

— Igualmente señor Hun... Oliver— me corrijo y Oliver suelta una carcajada.

— Asi me gusta... ¡Hijo!— exclama hacia Xander— tengo que mostrarte unos proyectos nuevos y necesito tu opinión.

— ¿te importa nena?— pregunta Xander.

— Vine para pasar el rato con mi amigo J...— guiño un ojo a J que no suelta mi mano— vete...

— ¿Quieres ver mis dibujos?— pregunta tirando de mi mano.

Entramos a la que supongo es su habitación, en ella hay una mesa de centro repleta de dibujos. Dibujos increíbles, detallistas y que no parecen hechos por un niño de nueve años. Algunos son coloridos, otros blanco y negro.

— J esto es impresionante— levanto uno que es un edificio con muchísimos detalles.

— Es ese— señala su ventana, me paro en ella y es verdad, es un dibujo perfecto del edificio que está justo frente al hotel.

— Tienes mucho talento J— sonrió y dejo un beso en su mejilla— te felicito.

— ¿Quieres conversar?

Su pregunta me toma por sorpresa J no es el niño más hablador del mundo, pero no voy a desaprovechar esta oportunidad, así que ambos nos sentamos en el suelo alrededor de la mesa de centro.

— ¿Te gusta estar en la ciudad?

Asiente sacando una barra de chocolate, me la ofrece y la acepto. Entonces saca otra y comienza a comerla — Me gusta estar solo con mi padre— hace un silencio— y con ustedes.

— ¿No están solo cuando están en Londres?

Niega— siempre esta Blair— responde masticando su chocolate.

— ¿Te agrada?

Levanta sus hombros — No, pero no le digas a mi padre— susurra de forma tan inocente que quiero estrecharlo en mis brazos, pero temo que ya está grande para estas demostraciones.

— ¿Puedo preguntar por qué no te agrada?

— Acabas de preguntarlo— sonríe y ese comentario tan idéntico al de su hermano me hace reír muy fuerte — Le molesta que no hable— responde.




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