Ofelia

26.

La semana pasa rapidísimo y las cosas poco a poco se van poniendo más tensa. Muchos exámenes se avecinan, casi no veo a mi hermana y creo que algo paso entre Sol y Beth, aunque ninguna me dice nada, las noto tensas y dudo que sea por los exámenes.

Mientras acomodo los libros de mi biblioteca el papel con el número del psiquiatra cae de uno de ellos, aun no me decidí a ir y, sinceramente, no creo que lo haga. Odio que un extraño hurgue en mi cabeza como si esta fuera un basurero que contiene algún tesoro.

La puerta del cuarto se cierra de un portazo y ya reconozco esos portazos, sé que es Sol sin verla. No digo una sola palabra, sigo haciendo mis cosas pero mis oídos están enfocados en ella. Patea algo, suspira e insulta cuando algo la molesta.

Me doy vuelta, cruzo los brazos en mi pecho y apoyo mi trasero en el escritorio. La observo tomar los cactus que Beth había dejado en su lado delcuarto y los arroja a la basura.

- Iba a preguntarte qué pasaba, pero creo que ya lo sé...

- Estoy cansada Fifi...- exclama más dolida que enojada.

- Creí que habían pasado un buen fin de semana.

Beth entra al cuarto y las dos nos quedamos en silencio observándola. Tenía los ojos llorosos y me siento realmente muy incómoda...

- Voy al cuarto de Xan...- señalo en dirección al cuarto con el dedo pulgar, tomo mi celular y cierro la puerta cuando salgo.

Golpeo en el cuarto de Xan y es Aarón quien abre.

- ¡Ofelia!- exclama haciendo una reverencia estúpida, que me causa gracia, como cada vez que me ve- ¿Buscas a tu caballero?

Me río ante su comentario - Si, pero no está- lo sé porque Xander odia que Aarón se comporte así conmigo. No suele ser celoso, pero de vez en cuando se comporta como un idiota, sobre todo con Aarón.

- Así es... - el chico señala el cuarto - estoy por salir si quieres quedarte...

- No, está bien- sonrió y saco mi caja de cigarrillos- me voy a fumar.

- Sabes que eso es malo ¿verdad?

Asiento - lo tengo en claro Aarón. Gracias.

Bajamos a la planta baja en silencio y luego cada uno sale en caminos opuestos.

Camino hasta las gradas de la cancha de futbol y enciendo un cigarrillo.

- ¿Sigues disfrutando de las buenas vistas? - Kiara me sorprende sentándose a mi lado cuando suelto la primera bocanada de aire.

- La verdad no- sonrió volviendo a pitar mi cigarro y dejando que el humo cope toda mi garganta hasta llegar a mi pecho - Solo quería pensar.

- Es un buen lugar- anuncia apagando su cigarrillo de marihuana- aunque esto es más efectivo- sonríe.

- Seguramente...- un chico llama a Kiara y esta se levanta saludándome con la mano.

Vuelvo a estar sola, con mis pensamientos y lo agradezco, necesito mis momentos de soledad. Nunca los había necesitado tanto como ahora.

Desde que llegué a la universidad todo fue un caos, en el buen y en el mal sentido. Pero, debo admitir, que mis pesadillas ocupan el primer puesto de mis preocupaciones, a veces temo estar volviéndome loca y creo que por eso evito ir al psiquiatra ¿Qué pasaría con mi vida si alguien me dijera que estoy volviéndome loca?

Un día, sin que lo esperara Xander irrumpió mi normalidad y puso todo de cabezas, hoy tengo miedo de depender emocionalmente de una persona. Nunca me había pasado, siempre era yo la que decidía hasta cuando duraban las relaciones y como era el mecanismo de las mismas. Era quien imponía las reglas y era la única que podía romperlas. Ahora temo arruinar las cosas cada vez que abro la boca.

Sé que soy fría, y no sé porque, pero no puedo evitarlo. Una vez escuche que decían que si a los gatitos no les das cariño desde que son bebés, se vuelven salvajes y reacios al afecto ¿Pasara lo mismo con los humanos? A veces me pregunto si mi madre habrá sido amorosa conmigo, sé que lo fue, tengo flashes de recuerdos: mamá peinándome, contándome historias, haciéndome cosquillas o simplemente corriéndome por el jardín para llenarme de besos cuando me atrapaba ¿Pero cómo sé que son recuerdos y no sueños?

Muchas veces imaginé mi vida si ella no hubiera muerto. Probablemente no conocería a papá, aunque tal vez yo lo hubiera buscado. Claramente no viviría como vivió y, probablemente, no hubiera estudiado en Harvard. Tal vez no hubiera conocido a Xander y todo lo lindo que siento por él y que tanto me cuesta expresar. Pero también pienso en que mis sueños no sean sueños, sino recuerdos y si lo son ¿Quién es esa mujer? ¿Hubiera seguido viviendo con ella?

Enciendo un segundo cigarro, jamás fume dos seguido. Me obligo a volver al presente y a lo que sé que realmente sucede. Entonces ¿Qué pasaría con Xander si me dijeran que estoy loca? ¿Qué pasaría si él se aleja? ¿Por qué siento que dependo emocionalmente de lo que tenemos? ¿Acaso eso no es enfermizo?

- ¿Tu abuela?- la voz de Xander me hace dar un salto en mi lugar, no lo había visto.

- ¡Me asustaste!- exclamo exagerada mientras él se descostilla de la risa.

- Aarón me escribió para decirme que estabas buscándome. Estaba en el gimnasio- Lo observo y si, está sudado y con la ropa del gimnasio- ¿Por qué no me escribiste?

- Quería pensar un poco ¿Cómo me encontraste?

- Sé que te gusta venir aquí, aunque odio que lo hagas...- señala con su cabeza al equipo de fútbol en el que está Alex.

- ¿Celoso?- pregunto empujando su hombro.

- Para nada....

- ¿Qué hay con mi abuela?- hablo recordando lo que dijo al llegar.

Xan me observa y sonríe - ¿Puede que esa mujer sea tu abuela?

- ¿Estuviste pensando en mis sueños?- estoy realmente sorprendida.

- Te dije que iba a ayudarte nena, no voy a dejarte sola en esto...

- ¿Pase lo que pase?- lo interrogo mirando fijamente sus ojos.

- ¿Qué temes que pase?

- ¿Y si estoy loca?- el nudo en mi garganta apenas me deja susurrar la pregunta.

Xander se ríe y levanta mi mentón con dos de sus dedos:




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