Ofelia

27.

Esa noche, cerca de las ocho bajamos a cenar. Pensamos que tal vez en ese momento Beth iría por sus cosas, lamentablemente cuando volvimos aún seguía allí y acompañada por un chico que no conocíamos.

— ¿Quieres que vayamos afuera?— le pregunto a mi amiga en voz baja.

— ¿Y salir de mi cuarto?— responde en voz alta— ni loca...— mira a Beth casi con asco y se sienta en la cama mirando fijamente cada movimiento de la chica.

— ¿Quién eres?— pregunto al chico que estaba ayudando a Beth con sus cosas.

— Stephan el...

— Es un amigo— interrumpe Beth nerviosa.

— ¿Te hable a ti?— la observo molesta.

— ¡Lo siento ¿Ok?! — Grita furiosa— Steph ¿puedes salir un momento?

— ¿Segura?— pregunta el chico acariciando su mejilla

¿Esto es real? ¿Frente a Sol? Esta mujer no tiene escrúpulos.

— Si Steph— se burla Sol— aquí la peligrosa es Beth, no nosotras.

El chico sale poco convencido del cuarto y yo cierro la puerta en su cara.

— Termina zorra— le dice Sol casi con asco.

— ¿Conseguiste cuarto?— pregunto con los brazos cruzados. No es que me importe, quiero estar segura que pidió el pase y que no volverá con nosotras.

— Hoy dormiré con una amiga y ya pedí el cambio de cuarto.

— Perfecto así le pediré a papá que pague tu lugar, no queremos que venga otra zorra vestida de cordero...

Beth no responde y sigue guardando sus cosas.

Por nuestro lado con Sol nos ponemos a estudiar, aunque mi amiga no saca sus ojos de los movimientos de Beth. Puedo sentir como le lanza dagas con los ojos. Un golpe en la puerta me hace levantarme para abrir.

— ¿Y este?— pregunta Xan señalando al chico parado en el pasillo.

— ¿Tienes algún problema?— el chico parece molestarse y se acerca mas de lo recomendado.

— Si— Xander se acerca aún más a él— tú eres mi problema.

— Xan— me meto entre ambos— estamos en el pasillo— increíble que tenga que recordarle donde estamos— Es la nueva presa de Beth.

— ¿Disculpa?— pregunta molesto.

— No lo sabe...— Xander se ríe y se aleja para apoyarse en la pared contraria.

— ¿Por qué crees que Beth se va de la habitación?

— Por que son unas perras...— el chico rie.

Siento el pecho de Xander contra mi espalda — Vuelve a decir eso y te arrancare los dientes a golpes infeliz...

— Basta Xan...— vuelvo mi mirada al chico— tu chica se va de este cuarto porque se canso de acostarse con Sol, la morocha que está dentro, la uso y ahora que no la necesita la cambio por ti— hago un pequeño silencio— déjame adivinar, seguro puedes serle de utilidad en algo. Algo que no sea el sexo— finjo pensar— tal vez... ¿con alguna materia?

— O tal vez es solo la imagen nena...— Xan sonríe soberbio, el realmente está disfrutando de la cara del chico— Recuerda que Beth odiaría que su familia se enterara que es bisexual ¿O tal vez es lesbiana? Y, en realidad, le da asco acostarse contigo. O tal vez aún no se acostaron... Dudo que lo hagan chico.

Miro a Xander sorprendida, nunca lo había visto comportarse así.

Cuando pensé que el chico iba a querer pegarle a Xander o a responder algo más, solo me observa y segundos después se aleja de nosotros. Me giro con los ojos muy abiertos y sorprendidos.

— ¿Qué fue eso?— señalo al chico con mi pulgar.

— Seguro que nunca se acostaron — Se ríe, abraza mi cintura y me besa.

— ¿Vamos adentro? Temo que se estén matando...

Cuando entramos a la habitación Beth estaba hablando con Sol, pero esta estaba con un maso de cartas jugando al solitario, ignorándola por completo.

— ¿Te falta mucho?— pregunta Xander molesto.

— ¿Disculpa? Este no es tu cuarto.

— Tampoco el tuyo— responde Sol— y Xander es el novio de Ofelia.

Cuando finalmente Beth sale con un bolso con algunas de sus cosas Xan es el primero en hablar:

— ¿Estas bien?— es la primera vez que ve a Sol después de todo lo que paso y me parece muy amable de su parte.

— Si— Sol sonríe y es una sonrisa sincera lo cual me toma por sorpresa. Da vuelta su celular y nos muestra la aplicación de citas de la universidad— No voy a llorar por los rincones por nadie, menos por alguien como Beth.

Ambos nos reímos y nos acostamos. Nos quedamos un rato hablando de cosas random con Sol hasta muy entrada la noche.

"— ¡No!— un grito fuerte me despierta.

Es de noche, porque por mi ventana veo la luna y las estrellas. Mami siempre dice que en las estrellas están los ángeles de los abuelos cuidándonos. Es por eso que me gusta dormir con las cortinas abiertas, así ellos pueden verme bien y si la mujer de blanco se acerca, ojala puedan atacarla o llevarme con ellos.

Me levanto abrazada a guapo, es la voz de mami la que escucho y solo puedo pensar en que alguien la esté lastimando. Las luces están apagadas, por lo que en silencio me acerco a las escaleras y escucho la voz de un hombre hablando tranquilo.

— Madison— Bien, es mami la que esta abajo— es mi hija, no quiero poner abogados. Sabes que puedo destrozarte la vida, quiero verla.

¿Papi? Miro a guapo y no puedo evitar sonreír ¿Papi vino a verme?

— Tú lo que quieres es llevártela, quieres alejarla de mi...

— Quiero verla Madison, es mi hija.

Bajo dos escalones, trato de ser silenciosa. Cuando era más pequeña las escaleras no chillaban, la mujer de blanco dice que como demasiados dulces, que estoy pesada y que por eso las maderas crujen cuando bajo. A ella no le gusta que coma dulces. Pero un día escuche a mi maestra diciendo que le preocupaba mi delgadez.

— ¿Ahora te importa?

— Siempre me importo Madison...— se escucha un silencio y un pesado suspiro— es solo que...

— ¿Qué eras demasiado joven? ¿Acaso crees que yo no lo era? ¡Tenía 23 años cuando nació Ofelia! No tenía ni idea de cómo ser madre, estaba sola en la vida Byron.




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