Una semana exacta paso desde que la doctora Smith me ayudo a recordar. Volví a unos días después, aunque ese primer día pensé que necesitaría repetir la terapia de hipnosis, esta no fue necesaria. Las pesadillas se detuvieron, por ahora, pero los recuerdos están ahí. Es como si alguien hubiera escupido escenas horrorosas dentro de mi cabello. Duelen, no puedo comprender nada de lo que sucedió, no sé porque o como pudieron hacerme tantas cosas innombrables y ¿Cómo es posible que la persona que se suponía me amaba fuera quien lo propiciaba?
Ahora sé que durante cinco años quise gritar, romper todo y huir. Pero en lugar de eso me quede callada y destroce mi alma. Mi guerra no termino, recién comienza. Pero ahora soy yo quien decide, ya no soy más la princesa de papá, tampoco soy la cerdita de Margot. Ahora soy Ofelia Brown y no voy a dejar que nada vuelva a destruirme.
Me vuelvo para ver a Xander concentrado en el camino. Estamos volviendo a New York en auto, fue mi elección y eso desato un sinfín de preguntas en mi cabeza, recuerdo tantas cosas pero no recuerdo un accidente de autos. Sé que le temo a las bañeras porque Madison solía llenar la que teníamos en casa y sumergía mi cabeza en ella, pero ¿Por qué no le temo a los vehículos? Me encanta viajar en ellos, los disfruto y me relaja.
Saco la mano por la ventanilla y la muevo observando como los rayos del sol atraviesan mis dedos. Xander enciende el equipo y suena Wonderwall de Oasis y siento que es la canción perfecta, esa que expresa lo que siento en este momento de caos y me sorprende cantando fuerte como nunca antes lo había escuchado.
—I don't believe that anybody feels the way I do about you now. And all the roads we have to walk are winding, and all the lights that lead us there are blinding there are many things that I would like to say to you but I don't know how.
— Because maybe — lo interrumpo con una enorme sonrisa —You're gonna be the one that saves me and after all, you're my wonderwall...
— Todo saldrá bien— habla presionando mi rodilla con su mano.
— Lo se...— suspiro mirando el paisaje— tiene que salir bien, lo merezco.
***
Entrada la tarde llegamos a mi edificio. Insistí en que Xander no sé quedara, estaba cansado y sé que su abuela lo esperaba con la cena, nos esperaba a ambos en realidad pero Xan sabía que no había chances que fuera con él esta noche.
— ¿Segura que no quieres que te acompañe?— pregunta una última vez cuando me detengo frente al ascensor que lleva hasta nuestro departamento.
— No, esto es algo que tengo que hacer sola— me acerco para besarlo— pero gracias.
— Si quieres ir a dormir a casa de mis abuelos solo llámame— sonríe y vuelve a besarme— estaré aquí en un minuto.
— Lo se Xan— sonrío y monto el ascensor— Te amo— susurro y agradezco mentalmente al universo por haber puesto a este ser, arrogante y maravilloso, en mi camino mientras las puertas del ascensor se cierran.
Cuando las puertas vuelven a abrirse todo esta oscuro y en silencio. Es extraño a esta hora siempre hay alguien. Dejo mi bolso junto al recibidor y camino hasta el despacho de mi padre, a medida que me acerco escucho su voz y no está solo, reconozco al tío Adam. No hago ruido y me paro justo frente a la puerta.
— No se...— papá suspira y escucho ruido de cristal, debe estar sirviéndose algo de alcohol — no lo recuerdo.
— ¿Si lo vieras?— pregunta mi tío.
— Imposible, fueron dos minutos los que tarde en subirme al auto y el entraba.
— Me llamo la policía de Beaufort...
Se hace un silencio incomodo, tanto que temo que escuchen mi respiración.
— Encontraron restos en la casa de los Harris.
Harris es el apellido de Madison.
— ¿Cómo es que recién ahora?
— Es mucha información Byron, pero la casa la vendieron hace 3 años, quien la compro la dejo cerrada y hace unos meses comenzó a reformarla, encontraron huesos enterrados en el sótano.
Cubro mi boca con las manos para que no se escuche mi respiración agitada ¿están hablando de mis abuelos?
— ¿Tres años? ¿Quién la vendió?
— Adivina quién firmo los papeles...
— Madison— susurra papá.
Escucho un golpe en la mesa y soy incapaz de contenerme, atravieso la puerta y los miro.
— ¿Está viva?— pregunto horrorizada.
— Ofelia— mi tío se pone de pie y camina hasta donde estoy.
Mi mirada no se despega de mi papá que me mira con pánico.
— ¿Tu sabias las cosas que ella me hacía?— Observo la mano de mi tío apoyada en mi hombro y la saco como si me diera asco — ¿tú también lo sabias?
— ¿Qué sabes?— cuando vuelvo a mirar a mi papá ya está sentado en su escritorio, podría parecer el gran hombres de negocios pero yo sé que su pose es de derrota.
— Todo...— camino hasta sentarme frente a él— Sé que Madison era violenta conmigo, se que ella me hacia cosas horrendas— la voz me tiembla y noto como mi tío se sienta muy despacio a mi lado— se que ella dejaba que varios hombres abusaran de mi...
En un segundo veo como el vaso que mi papá tenía en sus manos vuela a la pared contraria, se levanta tan rápido que no puedo reaccionar y en segundos lo tengo de rodillas con la cabeza gacha.
— Perdón Ofelia...— mi papá llora de forma desgarradora y yo no sé qué hacer.
Levando la mirada hacia mi tío que está saliendo del despacho cerrando la puerta.
— ¿Por qué?— pregunto obligándome a no llorar.
— Por no haberte cuidado, nunca me perdonare que hayas vivido ese infierno Ofelia.
— ¿Lo sabias?— la voz se me quiebra y papá levanta la mirada y coloca ambas manos en mis rodillas.
— Lo supe una noche...— de pronto recuerdo verlo.
— La noche que te pedí que me llevaras contigo...
Papá asiente y sujeta mis mejillas — era la primera vez en la vida que te veía Ofelia, eras hermosa pero estabas tan...— papá vuelve a quebrarse.