Ofelia

33.

XANDER:

Es nuestra primera noche en Londres. Ofelia está agotada pero, como cada noche después de recuperar sus recuerdos, le cuesta dormir. Está apoyada en mi pecho y eso me encanta, me deja aspirar su aroma. Ella siempre huele bien, una mezcla dulce de coco y lima, no es una fragancia extravagante ni demasiado cara, pero es su colonia favorita y, admito que también es la mía.

Sus dedos acarician mi abdomen de arriba hacia abajo provocándome algunas cosquillas en el camino. Mientras me concentro en sus movimientos y en el dulce aroma de su cabello pienso en lo poco que hemos hablado del tema desde aquella sesión con la doctora Smith.

— ¿Algún día me contaras sobre tus recuerdos?— pregunto subiendo mis caricias por su brazo.

Ella sonrió, lo sé por el leve aire que suelta por las fosas nasales — Lo hare, te lo prometo —deja un beso en mi pecho — ¿Puede ser en otro momento?

— No pienso moverme de tu lado Ofelia— le respondo abrazándola con más fuerza— tienes todo el tiempo del mundo.

— Gracias— susurra y noto como su cuerpo se relaja cuando cae perdida en el sueño.

Pasaron unos cuarenta minutos y no tengo ni un poco de sueño. A mi también me cuesta dormir un poco desde aquella sesión, fue como estar dentro de una película de terror, la impotencia de ver a Ofelia horrorizada y no poder ayudarla. Se muy poco de lo que paso en su infancia, lo que escuche en esa sesión y lo que me conto Byron. Pero de boca de Ofelia no sé nada, creo que siente vergüenza o teme que me aleje.

— Si entendieras cuanto te metiste en mi alma Ofelia— susurro dejando un beso en su cabello.

Me libero despacio del agarre de mi novia y la dejo dormida en la cama.

Salgo de la habitación y camino hacia la sala, pero en el camino veo la luz de la oficina de Byron encendida. Con el tiempo nosotros fuimos limando asperezas y, poco a poco, la amistad que tenían con mi padre se fue recomponiendo. No creo que vuelva a ser lo que fue pero sé que hablan de vez en cuando.

Golpeo despacio, no quiero despertarlo si es que está dormido.

— Pasa Xander— anuncia con voz cansada — ¿Otra noche sin dormir?— pregunta en cuanto paso a su pequeño despacho.

— Si ¿Qué haces?— pregunto viendo la cantidad de papeles desparramados en su escritorio— Claudia se enojará si te ve trabajando...— ambos sonreímos cansados.

— Siéntate— señala a silla frente a su escritorio mientras se sujeta la cabeza con ambas manos y suspira.

Levanta la mirada, sirve su vaso con whisky y llena otro que me ofrece.

— ¿Sigues buscándola?— pregunto mirando los papeles en la mesa y una carpeta cerrada.

Desde que Madison Harris firmo los papeles de venta de la casa está obsesionado con encontrarla, aunque Ofelia prefiere dejarlo así, él no se resigna y quiere hacerle pagar todo lo que lastimo a su hija... y yo quiero lo mismo. No creo ser una persona vengativa, pero esa mujer merece mucho más que estar tras las rejas.

— No parare hasta encontrarla Xander...— me mira con los ojos cansados.

— ¿Puedo?— dejo bajar el líquido ámbar por mi garganta y señalo la carpeta amarilla que tiene bajo sus codos.

Suspira y estira su brazo para que la alcance.

— ¿Qué sabes?— pregunto abriendo la carpeta en la que había fotos de cámaras de seguridad — ¿Es ella?

— No sabemos, no se ve el detalle, esa mujer tiene cabello oscuro... Madison lo tenía del mismo color que Ofelia, exactamente igual— se queda en silencio y revisa algunas carpetas más mientras observo las fotos que hay en la mía — Aunque siempre podría cambiarse el color de cabello— estira su mano nuevamente y me entrega una foto.

Mi cerebro se paraliza para luego licuarse en una fracción de segundos. Mis pensamientos se desacomodan y corro el vaso de whisky, es que la bebida debe estar afectándome la razón. Reconozco a esa mujer aunque no estoy del todo seguro. Mi respiración se agita.

— ¿Xan?

— Blair...— levanto la mirada y Byron me observa con el ceño fruncido— es Blair...— señalo la foto y saco mi celular, comienzo a buscar alguna de las fotos que tengo de ella con Jacob y le entrego el aparato con manos temblorosas...

— No puede ser— susurra nervioso poniéndose de pie, saca su celular y habla con alguien a los gritos.

— Mi hermano Byron— el me mira nervioso y asiente.

— Hay un niño en peligro— le dice con voz temblorosa— abre su cajón y saca un arma.

— Voy contigo— me pongo de pie.

— ¿Dónde van?— Ofelia aparece medio dormida y se acerca al escritorio y se queda paralizada— Madison...— Sus ojos recorren las fotos hasta llegar a la pantalla de mi celular — J...— exclama cubriéndose la boca con las manos.

— Señor está todo listo— anuncia el hombre de seguridad de Byron.

Ofelia sale corriendo, la seguimos pensando que se subiría a la camioneta que nos espera afuera pero no la vemos.

— Vamos— anuncia Byron— llegaremos antes.

Quiero correr pero no hay tiempo, mi hermano esta con esa loca de mierda...

OFELIA:

Las piernas me queman y casi no tengo aire pero no pienso en ello. J esta con ella, quien sabe haciéndole que cosas, no tengo tiempo para pensar en mi cuerpo. Corro hasta la dirección que Xander menciono tantas veces y la veo, la casa de columnas blancas. Corro hasta la puerta y toco el timbre pero nadie responde.

— ¡Vamos J! — susurro.

Camino hasta una de las ventanas que tengo más cercanas y no veo a nadie. Camino hacia la zona trasera y ahí lo veo, sentado en lo que parece una sala de juegos.

Golpeo el vidrio despacio, el chico levanta la mirada y sonríe en cuanto me ve al otro lado. Mira hacia atrás y camina hasta la ventana, la abre despacio y me deja pasar.

— ¿Qué haces aquí?— susurra.

— Tenemos que irnos J...— suplico con la voz entrecortada, tengo muchísimo miedo — ahora lo sé... entiendo tu dibujo— le digo hablando en voz muy baja— Vamos...— sujeto su mano y lo acerco a la ventana.




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