Oficialmente No Profesional

Capítulo VII

Al imaginar todas las posibilidades que tengo con el bono navideño, me calmo.

──Sebas, ya terminé lo que me pediste ──dice Edith──. Mira.

Me acerca la carpeta. Y aunque me pierdo un segundo por tenerla cerca, con solo ver cómo hizo lo que hizo… me da algo.

──Edith ──llamo suavemente──. Tienes que…

Le explico nuevamente cómo hacerlo, porque creo que ya es la tercera vez que se lo digo y aun así no me molesto con ella. ¿Por qué no lo hago?

Porque me toca el brazo.

──¿Puedes hacerlo, por favor? ──pide──. Podré ver cómo te queda y así tener un ejemplo.

──Pero ahora estoy…

Un golpeteo en la madera me detiene.

──¿Ya está lista la cartelera? ──me pregunta el gruñón.

Me enderezo en mi lugar y Edith se aleja, supongo que a intentar a acercarse a ese tipo. No lo sabría decir con seguridad, porque me concentro de nuevo en la bendita cartelera.

Despejo mi mente y tomo el recibo de la póliza, que ya está vencido. Tendré que llamar a contabilidad para esto.

Pero cuando lo hago, ellos me dan la hermosa noticia que no tienen el recibo, que lo buscarán y me avisarán cuando lo tengan. Lo cual no es muy esperanzador, sobre todo teniendo en cuenta que me dijeron lo mismo con unos certificados que ellos deben de tener porque son los que realizan el pago.

Ya me duele la cabeza.

Pasan dos horas y vuelvo a llamar.

──Soy yo de nuevo, disculpa ──balbuceo──. Lamento molestarte tanto, ¿pero ya los tienen? Lo necesito y…

──No es nuestro problema si no lo pediste con tiempo, lo estamos buscando.

Ruedo los ojos.

──Ya, pero debo actualizar todo y tengo otras cosas que hacer…

──Yo también, y no dejaré mi trabajo tirado solo porque crees que puedes darme órdenes.

Vuelve a colgarme.

Amo a mis compañeros de trabajo, son los mejores. Siempre me tienden una mano cuando estoy en aprietos.

¿Cómo diablos explicaré esto?

Tienen razón sí, olvidé pedir esto con tiempo. Y presionarlos por mi error está mal.

Pero pasa más tiempo y nada que me ayudan con lo que les pido, ¿por qué tardarían tantas horas en encontrar algo que seguramente ya tienen? ¿Lo hacen a propósito o algo así por haberlos presionado?

Camino por la oficina para llegar a la impresora de tamaño industrial, esta se encuentra algo apartada de los demás. Y es algo que no dudo en aprovechar.

──Gruñón de mierda ──refunfuño, culpándolo por todo lo malo que me pasa en la vida──. Ojalá y se te caiga el maldito piercing en una alcantarilla.

──Oh, me ha pasado varias veces. No necesitas desearlo.

Pego mi frente en la pared más cercana, ¿por qué la vida es así conmigo?

──No hablaba de usted ──murmuro patéticamente──. Hablaba de…

──Olvídalo, Don Gato. ──Resoplo fastidiado por el apodo──. ¿Cómo vas por aquí?

Suelto un largo suspiro, le explico lo que he podido hacer y lo que no, diciendo con algo de pena los contratiempos que tengo. Disculpándome por haber descuidado tal cosa, no quiero ni verlo a la cara, algo me dice que solo me gritará por ser tan poco eficiente.

──Contabilidad, eh… ──Asiente, pensativo──. Llévame allí.

Ay, no.

──No, yo… estoy atento a cuando puedan…

──Que me lleves, es una orden. ¿Estás sordo?

Hundo mis hombros y obedezco, esperando lo peor en todo el camino.

Le abro la puerta para que entre primero y así lo hace, encontrándose con los dos chicos y el encargado del área. William se dirige a él sin dudarlo.

──¿Por qué tienen a Sebastián esperando casi que toda la mañana por cosas que deben tener al día sin que nadie les recuerde?

Casi que entro en crisis, esto no es para nada necesario.

El encargado se pone de pie.

──Ustedes siempre deben estar atentos a pedir los certificados a la fecha, si no lo hacen…

──¿Y desde cuándo se trabaja con niños que no hacen su trabajo si no tienen a alguien detrás de ustedes? ──pregunta William con dureza, cruzándose de brazos──. Me disculparás, pero de tener una inspección y no tener al día lo que te pedimos, la responsabilidad total caerá sobre contabilidad. Dejen de culpar a mis empleados y encuentren ahora mismo lo que está pidiendo Sebastián.

De pronto me siento como un niño al que su padre defiende en la escuela. Es bastante incómodo.

Sobre todo, por la mirada que ellos me dan. Esto es lo que más odio, causar problemas y de solo imaginar la manera en la que me la vayan a regresar…

»Deja de verlo a él de esa manera y busca lo que te pidió ──vuelve a ordenar.

Es solo allí cuando dejan de observarme y se levantan, rebuscando por todos lados todo lo que les pedí. Con solo ver el poco orden que tienen aquí, menos entiendo cómo hemos funcionado sin equivocarnos tanto.



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En el texto hay: comediaromantica, slowburn, gaybl

Editado: 10.11.2025

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