¿Qué le hago?
Sí, apenas es martes. Sí, apenas hoy me dijo que quiere ir a mi casa el viernes. Pero de igual manera quiero saber qué puedo hacerle y que le encante.
Debí preguntarle qué es lo que le gusta o disgusta, cualquier pista me habría servido.
Me doy cuenta de que no sé casi nada sobre él, más allá de que es un gruñón de porquería que no hace más que darme trabajo y jalarme la oreja cuando le refunfuño de mal humor. Que tiene una hermana que tiene el poder de sonrojarlo, que es algo único, y que no le gusta mucho el dulce.
Tal vez eso sea, tal vez es mejor algo salado.
──Sí, mucho mejor ──digo en voz alta.
Pero me entra la vergüenza cuando la señora a mi lado en el pasillo del supermercado me alza una ceja, soy experto en pasar estas penas.
Mirando el lado positivo, el viernes podré conocerlo mejor. Como amigos, claro.
──Como amigos ──repito con algo de nervios──. ¿Yo desde cuando quiero ser amigo de un supervisor?
Una vez lo fui, había mucha confianza y creí que eso sería algo bueno… hasta que el supervisor mostró su verdadera cara.
Ahora estoy nervioso.
¿Será que quiere hacer eso mismo? ¿Buscar debilidades? ¿Quiere descubrir algo y manipularme con ello? ¿Quiere…?
Tengo que detenerme ante tantas preguntas, estoy entrando en pánico sin ayuda de nadie.
Cuando me decido por algo sencillo para no complicarme la vida, regreso a casa con las compras. Y por supuesto que Lalo vuela en busca de una vida mejor.
──Maldición ──me quejo.
Tres calles después, y muchas disculpas a una tienda de la esquina donde el mísero felino se escondió, vuelvo a la casa. Y analizo cada detalle de esta.
No está taaan pulcra, pero está bien. Está recogida.
No es necesario limpiar.
No, no lo es.
Dudo.
Y cuando menos me di cuenta, estoy limpiando como si fuera la cenicienta y necesitara tener todo impecable para ganarme el derecho a vivir aquí.
Repito, es martes, y es para el viernes. ¿Para qué limpiar hoy si tendré que volver a hacerlo el mismo día o uno antes?
¿Es porque me siento solo o algo así? Para eso está Noah, y ni siquiera con él me esmero tanto para recibirlo o prepararle algo, tampoco es como si fuera a despedirme si lo hago sentir incómodo aquí.
Entonces mi celular suena, tomándome con la sorpresa que es él.
Gruñón de mierda: ¿Qué le gusta a tu gato?
Honestamente: abandonarme.
Pero si habla de comida…
Yo: Hay una tienda de mascotas cerca de la oficina que vende galletas artesanales para gatos, le encantan esas.
Gruñón de mierda: De acuerdo, le llevaré.
Dejo el celular en la mesita de la sala y giro para ver a Lalo, este estaba limpiando su pelaje.
¿Y a mí no me traerá nada ese miserable?
***
──Me has sorprendido, Sebas ──dice Noah──. No quise decirte nada para no poner la boca, pero tienes más de un mes llegando temprano.
Bufo.
──No estoy llegando temprano, estoy teniendo el mismo problema ──digo──. Me cambiaron el horario a las seis, y aunque intento llegar como corresponde, me sigue pasando lo mismo.
Frunce el ceño, viéndome con total confusión.
──¿Cómo que te cambiaron el horario? ¿Tu hora de entrada es a las seis ahora? ──Asiento──. ¿Por qué solo a ti y a nosotros no?
──Honestamente, no lo sé.
──Qué extraño… pero bueno, nunca nadie ha entendido del todo a Julián. Tal vez solo sea un castigo y ya.
──Puede ser.
Respiro con desgana mientras estoy cerca de terminar lo que hago, y eso parece llamar su atención.
──¿Estás bien? ──me pregunta Noah.
¿Luego de ver cómo Edith está encima de William desde que llegó hoy a la oficina y que ahora está con él?
──De maravilla ──ironizo──. ¿Por qué lo dudas?
──Porque me hablas de esa forma tan fea ──se queja y me siento algo culpable──. Y porque Edith te habló en el oído y ahora estás haciendo otra cosa que debería hacer ella.
Dejo de teclear.
──No digas eso tan fuerte, el gruñón puede que te escuche.
──Ojalá y lo haga, solo haces caso cuando él te regaña. ──Hago una mueca, masajeo ligeramente unas de mi sien para relajarme──. Lo estuve hablando con Nataly, ella y yo opinamos que eres mucho para Edith.
Eso me hace verlo con confusión.
──Hasta no hace mucho querías que diera un paso.
──Bueno, ya no ──responde──. He notado que…
Lo silencio.