Oficialmente No Profesional

Capítulo XXXII

Camino como todo un bobo con ese pensamiento rondando por mi cabeza, estoy perdido todo el camino hasta que llego a él para entregarle la taza. William levanta la mirada al momento de recibirla, y me quedo como un tonto al verle sus lentes y lo bien que le quedan…

──Gracias, secretaria.

Se me fue la bobería.

──Asistente, maldita sea. Deja de decirme secretaria, es asistente.

──¿Qué tienes contra el puesto de secretaria? Es un trabajo digno.

──No soy mujer ──gruño.

William muerde su labio con clara diversión, acomodando ligeramente sus lentes antes de responderme.

──Agradezco como no tienes idea que no lo seas. ──Eso me deja como una piedra, y él lo nota──. No te pago para parecer un tomate andante, trabaja.

Vuelvo a molestarme, y abro la boca dispuesto a escupirle todo lo que contuve durante la escenita de Noah.

──Tú no me pagas, gruñón de…

──¿Todo bien por aquí? ──escucho a Julián a mis espaldas preguntar.

Me ahogo con mi propia saliva, tengo que toser y golpear mi pecho para recuperarme. Doy la vuelta cuando estoy más calmado, viendo con una pena inconmensurable al jefe que me sonríe con amabilidad.

Por poquito no me atrapa faltando al respeto.

──Sí, todo bien ──respondo──. Voy a… trabajar.

──Espera. ──Volteo hacia William, quien deja caer en su escritorio una pila de hojas──. Organízame esto para hoy.

Miro perplejo la cantidad insana de trabajo que me está dando. Pero ante la presión que me causa la mirada de Julián sobre mí, termino tomando todo con ambas manos.

Las condenadas hojas pesan, quiero llorar.

──Mi trabajador estrella. ──Julián palmea mi hombro──. Eres el ejemplo.

El esclavo será.

Puedo notar en la mirada del gruñón la diversión contenida, sabe muy bien que no me puedo negar o pelear frente a Julián. Cómo lo odio ahora.

Sí, claro. Lo odias mucho. Replica mi consciencia con sarcasmo.

Hasta mi propia mente es traicionera, no puede ser.

Sintiéndome patético por mis propios pensamientos, decido que lo mejor será eliminarlos con trabajo. Al menos le sacaré provecho a la explotación laboral por parte del gruñón.

Al salir del trabajo, William me insiste bastante en que vayamos a ver a su hermana. Cedí cuando me recordó mi promesa, pero…

──¿Está bien que entres, así como así, en el apartamento de Willow? ──pregunto algo inquieto.

William asiente.

──Ella me lo hace todo el tiempo ──se excusa.

Sigo dudando, algo me dice que no debería hacerlo. Pero abre la puerta de par en par y sin previo aviso.

Sí, fue mala idea.

──¡Carajo! ¡No vi nada! ──grito y tapo mis ojos con ambas manos, deseando quitármelos con una desesperación ardiente.

Los insultos de Willow no se hacen esperar.

──¡William Antonio! ──vocifera──. ¡Debiste avisarme, maldita sea!

──¿Así como tú me avisas cuando vas al mío? ──pregunta sin verse afectado de que viera a su hermana menor solo con una camiseta. Repito: solo con una camiseta corta y ropa interior──. Vístete, me pediste a Sebastián y aquí te lo traje.

──¿Te parece normal esto? ──pregunta, totalmente enojada──. ¿Y si hubiese sido Luke?

──Seguro que tú encantada ──responde con sorna.

──¡Claro que no!

Ellos parecieron olvidar que yo estaba allí, cubriendo mis ojos en espera de que Willow se vistiera o algo. Pero no, ellos siguieron peleando sobre quien había empezado la mala costumbre de entrar sin tocar en el apartamento del otro.

Lo único que sé es que se quitaron la llave mutuamente.

Hubiese sido bueno que no lo tuvieran desde un principio.

Cuando finalmente está vestida, me saluda con bastante pena y yo correspondo al sentimiento.

Tuve que concentrarme en mi misión: preparar bocadillos caseros para las gatitas de Willow, eso y observar cómo Willow no perdía la oportunidad de indagar así sea un poco más de información de Luke.

Y según ella no son novios, ¿qué diablos esperan? Se les va a acabar la vida.

***

Apoyo mi cabeza en el escritorio, solo tardé casi dos días en tener listo todo lo que me pidió William. Lo sentí como una especie de castigo a algo que lo hizo enojar, aun así, fui capaz de lograrlo en tiempo récord.

Me llega un correo de él, como si lo hubiese invocado.

–––––––––––––––– 📧 CORREO ELECTRÓNICO ––––––––––––––––

De: William Querol.

Para: Sebastián Medina.

Asunto: Viajecito.

¿Ya le avisaste a tus padres que irás con un amigo?



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En el texto hay: comediaromantica, slowburn, gaybl

Editado: 10.11.2025

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