Oficialmente No Profesional

Capítulo LI

Me dedico a seguir el consejo de Willow y tenerle paciencia para que me deje explicarle todo, que cuando lo haga muy probablemente también se sienta tonto por discutir por algo como esto.

Solo que me la está poniendo difícil el imbécil, ha pasado una semana y nada que he logrado hablar con él.

Intento abrir la puerta de su oficina en vano, está cerrada con llave.

Noah toma mi hombro, alejándome de la puerta.

──Tienes que respirar y calmarte si no quieres que nadie se entere aquí, lo estás haciendo muy obvio.

──Sinceramente, eso me importa una mierda ahora.

Se sorprende.

──Vaya… ──Nos sentamos en los escritorios──. Solo dale un poco más de tiempo, Sebas.

──Pero es que… no me deja explicarle…

──Sé que quieres explicarte, pero sabes mejor que nadie que no te escuchará mientras se siga encerrando.

Hago una mueca.

»Y si pelean aquí, me pondré a llorar. Ustedes son como mis papás en esta oficina por lo mucho que me mandan que hacer ──dice──. Eso sin contar cómo me tienen de mediador, me están dando toda la experiencia de padres divorciados.

──Ya, cierra la boca.

Lloriquea falsamente, pero se aleja igualmente.

Echo la cabeza hacia atrás con cansancio, no me queda de otra que seguir el consejo.

Al final, todas mis reglas fueron claramente justificadas. Porque trabajar de esta manera, es de lo más incómodo que he tenido que hacer en el trabajo. Lo de Edith se queda muy atrás.

William apenas y se dirigía a mí, me lanzaba los papeles y carpetas para darme trabajo en lugar de hablarme directamente. Y cada vez que se encerraba en su oficina, echaba el seguro.

Y como Noah dijo, cuando necesitaba algo en especial, lo llamaba para que me lo dijera a mí.

Qué infantil.

Pero mi colmo fue en la salida, estábamos todos saliendo del edificio cuando veo cómo Edith insistiéndole una y otra vez para algo que ni me importa. Sé que no tengo que preocuparme, pero ya no tolero que lo estén molestando.

Para eso estoy yo.

──Edith. ──llamo y ella se gira──. Deja que se vaya, está cansado.

El gruñón me mira por unos segundos con interés y antes de emocionarme al pensar que por fin me hablará, gira para subirse al auto y acelerar. Por estas actitudes que adopta, parece peor que un gato amargado. ¿Alguien me recuerda por qué lo quiero tanto?

Edith se dirige a mí.

──Solo quería hacerle compañía, se ve triste y…

Miro por donde se fue, preocupado de esa tristeza.

──Igualmente, deberías respetarlo. ──Pongo una mano en la cabeza, tocando mi cabello algo ansioso──. Tiene pareja.

──Con lo triste que está, puede que terminaron ──insiste──. Y yo…

Noah intenta mediar.

──Edith, eso no lo sabes. Trata de no hacer esto incómodo para nosotros también y no insistas en temas privados.

──¿Y ustedes saben algo que yo no sepa? ──pregunta enojada──. Sebastián, ¿no será que te pones así porque sigues sintiendo algo por mí?

Vuelvo a girarme para verla.

──¿Qué te hace llegar a esa conclusión?

──Siempre me apartas de él porque estás celoso ──afirma──. ¿Tu novio era una forma de darme celos?

»Pero te estás confundiendo, que hayamos pasado una noche no te convierte en alguien con derecho para influir en mi vida.

¿Eh?

──Creo que estás entendiendo algo mal… ──digo algo confundido.

──No lo hago, te aprovechas de que William te vea como un buen amigo y lo alejas de mí ──dice──. Sé que, si tengo la oportunidad, podré conquistarlo fácilmente.

Mi mirada endurece por completo. Son tanto los celos que eso me hizo sentir, que no puedo más.

¿Quién se cree?

Al diablo, si William no se lo dice, se lo diré yo.

──Es gay ──suelto.

Noah se ahoga con su saliva o algo así, me toma por los hombros al recuperarse. Parece nervioso de lo que saldrá de mi boca.

──Sebastián, ¿qué tal sí…?

Pero Edith me habla.

──Oye, no tienes que inventarte algo así de nuestro supervisor. Que te caiga mal…

──Lo digo en serio, es gay.

──Sebas… ──vuelve a advertir Noah, pero no le hago nada de caso.

──Y no solo eso, él es mío. ──Noah me suelta y le habla al cielo, como si fuera un caso perdido o algo──. Deja de confundirte, no estoy celoso por ti. No hay espacio para nadie en mí cabeza desde que empecé a salir con él, y William por respeto a mí no te dijo nada nunca. Pero ya te lo estoy diciendo yo.

──¿Estás diciendo que…?

¿Por qué sigue sin entender? Tendré que explicárselo con manzanas.



#3043 en Novela romántica
#1013 en Otros
#388 en Humor

En el texto hay: comediaromantica, slowburn, gaybl

Editado: 10.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.