William
Esa mañana, pero más temprano
──¡William! ¡Deja de ser tan cobarde!
Freno en el semáforo y la observo de la peor manera posible. Si no fuera porque es mi hermana, ya estaría gruñéndole mil cosas.
Pero sí puedo gruñirle cien.
──Willow, te voy a dejar aquí en la calle si no dejas de gritarme.
──¡Pero tengo que hacerlo! ──insiste──. A Sebastián solo le falta buscarte bajo las piedras, no seas tan duro con él.
Acelero cuando el semáforo vuelve a verde, totalmente tenso.
Y lo sé.
Sé que tiene toda la razón en lo que me dice, que estoy siendo demasiado duro y exagerado. Que no debería ignorarlo como lo hago, pero ahora estoy totalmente avergonzado con Sebastián, en cómo le escupí todo lo que iba guardando desde hace años y me desquité con él.
Eso está muy, muy mal.
Pero no acepto regaños de Willow.
──Si no quieres que te recuerde que sales con mi mejor amigo, el mismo que te vio llorar por no querer ir a la escuela… no sigas.
Ella se sonroja.
──Recuérdamelo, anda ──reta──. Daré la cara, tal vez así se te pegue un poco y también lo hagas…
Freno de golpe al llegar a nuestro destino.
──Baja ──ordeno.
──William…
──Que bajes ya.
──Bien, me voy, pero una cosa. ──Me señala con el dedo──. Estás siendo muy injusto con Sebas, él solo te ha demostrado lo mucho que te quiere y tú solo huyes.
Apoyo mi frente en el volante.
──Ya, lo sé ──murmuro──. Es que… me había ganado tanto el cariño de sus padres durante las vacaciones, que no quería escuchar algo malo.
──Como tú mismo lo dices, te ganaste su cariño. No podías asumir solo lo malo, eso es tonto. ──Giro a verla cuando abre la puerta del auto, bajándose──. Deja de esconderte, ¿sí?
Hago una mueca.
»O le diré a nuestros padres.
Cierra la puerta, silenciando mis gruñidos.
¿Cree que tengo cinco años o qué?
Suspiro y vuelvo a acelerar, tengo que ir a uno de los centros antes de ir a la oficina. Eso me salva de ver a Sebastián temprano, pero… ¿qué haré cuando lo vea?
¿Y si se cansa de insistirme y ya no querrá hablarme cuando yo lo intente?
Siempre he sido valiente y firme, pero cuando se trata de él todo el panorama cambia. Tenían razón: el amor te transforma en tu versión más vulnerable, aquello aterra.
***
Al estar de regreso al edificio luego de mi reunión, noto el ambiente bastante extraño. Y no sé si es porque estoy paranoico, pero siento que todos me están viendo cada paso que doy.
Chasqueo la lengua, supongo que Israel finalmente abrió la boca.
Tenía la esperanza de que Israel tendría algo de consideración por Sebastián, pero es claro que me odia demasiado para confiar en él.
Pero no me preocupo por mí, lo que en verdad me preocupa es si Julián escucha algo de una fuente malintencionada y piense que estuvimos haciendo locuras. Y lo que se lleva el premio… es que definitivamente no quiero que Sebastián se sienta incómodo.
Entro al departamento y de frente me topo con Julián.
──Quiero que entres a tu oficina ya. ──espeta, dando la vuelta para dirigirse al lugar indicado.
Estoy bien, gracias.
Miro a todos los escritorios, pero solo se encuentra Noah sentado con una expresión de piedra, y un mal presentimiento nace en mi pecho. Por mucho que quiera contenerlo… me inquieta no verlo aquí.
──¿Dónde está Sebastián? ──le pregunto a Noah.
──Él…
──¡William! ──vuelve a llamar Julián.
Dios, Israel. ¿Qué tanto inventaste?
Apenas entro y cierro la puerta, empieza la fiesta.
──¿Se puede saber qué es eso de que estuviste revolcándote con un empleado?
Mierda.
Respiro hondo, no le veo sentido negarlo si ya tiene certeza.
──Se dio.
──¿Solo eso me dirás? ¿Qué se dio? ──pregunta algo ofendido──. Esto se ve muy mal, William. Todo este tiempo has estado metiéndome a Sebastián por los ojos para dejarlo como el supervisor y no a Noah.
──Lo hago porque es bueno en su trabajo.
──Es difícil creerte luego de enterarme de que estuvieron involucrados.
──Pues te digo que esto se dio desde hace meses, casi al inicio. ──Enrojece del enojo──. Y en todo este tiempo, no he faltado a mi trabajo. Sebastián mucho menos, siempre separamos lo personal con esta oficina.
──Bueno, debiste pensarlo mejor antes de involucrarte de esa manera. Porque Sebastián no será tomado en cuenta para el puesto, sin importar lo mucho que ha mejorado o que haya arreglado su puntualidad. Esto es inaceptable.