Oficialmente No Profesional

Capítulo LIV

No creo que pueda parar.

Ya vamos por la segunda, y se siente tan bien que comprendo porque William siempre que me ve quiere devorarme. Lo maravilloso que es verlo mientras recibe todo el amor que le doy. Quiero seguir toda la maldita noche, dejarlo sin aliento como él suele dejarme a mí, pero no puedo hacer tal aventura.

Porque quiero privacidad, no que mis padres estén escuchándome. Mucho menos contenerme para que no me escuchen.

Debo confesar que jamás creí que estaría haciendo esto. Cuando nuestra relación comenzó, la idea de hacerlo yo me llenaba de vergüenza, pero ahora…

Creo que pelearemos por ver quien domina al otro en la siguiente ronda.

Ambos temblamos por completo, intentando recuperar el aliento luego de que todo acabara.

Lo observo en silencio, con una pequeña sonrisa creciendo por mi rostro.

¿Quién diría que el asustadizo de la oficina… tendría así al mayor gruñón de todos los tiempos?

──Que no se te suba a la cabeza ──me gruñe el gruñón en cuestión, adivinando mis pensamientos.

──¿Qué cosa? ──pregunto de forma inocente.

Parece avergonzarse.

Guao, hoy es el día de los imposibles.

──Que me tienes domado o que se yo ──refunfuña.

──¿Y acaso no es así?

Vuelve a gruñir cuando finalmente me aparto.

──Si es así, pero te repito: que no se te suba a la cabeza.

Rio suavemente.

Me recuesto a su lado una vez estamos aseados y todo recogido, ambos viendo el techo en silencio.

──¿Lo hice bien? ──pregunto algo cohibido.

Lo escucho resoplar.

──Don Gato, lo hiciste más que bien ──responde con picardía──. Definitivamente eres muy bueno en el asunto.

La vergüenza se sumó al grupo, como era de esperarse.

──Vale, pero no te vayas tan lejos. No es necesario avergonzarme.

──De acuerdo ──acepta──. Mejor cuéntame qué te pareció.

──¿Puedo hablar honestamente? ──cuestiono.

──Claro.

Humedezco mis labios, un poco nervioso.

──No puedo dejar de pensar en lo curiosa que debió ser la persona que descubrió todo esto ──digo impresionado──. ¿A quién se le ocurre? ¿Cómo se le iluminó la idea? ¿No tenía nada qué hacer?

William rompe a reír.

──No dejas de sorprenderme con tus ocurrencias.

──¡Lo digo en serio! ──exclamo, y dejo toda diversión atrás para continuar──. Pero… ya en serio, jamás me había sentido tan pleno haciendo esto hasta que lo hice contigo. Todo es… sumamente más especial.

Toma mi mano, acariciando los dedos antes de entrelazarlos.

Quedamos otro momento de silencio donde aprovecho para cerrar los ojos, son esos momentos donde todas las constelaciones se alinean para que la cama se sienta más cómoda de lo normal.

──Lo que hiciste hoy en la oficina. ──empieza a decir, despertándome──. Gracias.

Lo miro con interés, pero William se mantiene viendo hacia arriba.

──¿Por qué me agradeces?

──Por defenderte, por mandar esa lista de reglas al diablo y darte a respetar. ──Sonrío un poco──. Y… hacer lo mismo con Israel.

Esa parte me inquieta.

──¿Cómo supiste lo de Israel? Dime, por favor, que no te fuiste a pelear con él.

Por cómo respira, es claro que sí.

──Confieso que a eso iba, pensé que fue él quien nos había delatado ──comenta.

Aquello me extraña.

──¿Él lo sabía?

Asiente, contándome del momento que se delató. Yo no me había dado cuenta de nada de eso, recuerdo estar más pendiente del trabajo que otra cosa, parece que lo despistado no se me quita.

──Lo lamento ──finaliza.

Sacudo la cabeza con desaprobación, recordando algo en especial.

──¿Sabes qué sí debes lamentar? ──inquiero molesto──. ¡La mentira de mi cambio de horario! Por eso sí debes disculparte, hijo de perra.

Comienza a reír a carcajadas, sin ninguna pizca de arrepentimiento.

Agh, es que no lo soporto.

Le pellizco justo en el brazo, pero ni eso funciona para detener su ataque de risa.

»Me viste correr y madrugar para llegar a las seis, ¿cómo puedes ser tan desalmado?

──Fue totalmente necesario, Don Gato ──dice con diversión──. Al menos estaré tranquilo cuando… eh…

Su rostro lleno de duda me preocupa.

──¿Qué? ──pregunto algo alarmado.

──No, nada ──responde con tranquilidad──. Puede que mañana haya cambios, solo… mantén la calma, ¿sí?

──Me estás inquietando, ¿qué tipo de cambios?



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En el texto hay: comediaromantica, slowburn, gaybl

Editado: 10.11.2025

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