Ofrenda De Amor (lady Frivolidad) Trilogia Prohibido 1 Y 2

XXVIII PARTE 1

“¿El día tan esperado habia llegado?

Y si era el caso…

¿Podrán sortear los obstáculos para alcanzar la plenitud?

¿Sera el momento de olvidarse de las barreras y dejarse llevar por el corazón, rezagando a un costado la razón?

¿O quizás nunca ha sido lo correcto y se anhelaron demasiado que les resultaría escasa la consecuencia?

O si fuese la situación contraria…

¿Estarían dispuestos a abandonar sus objetivos ubicándolos en un flanco?

Cuestionamientos que no surgen al azar.

Tan determinantes que solo serán corroborados tras un golpe contundente.

Que servirá para entender si el aprecio de los dos es lo suficientemente determinante para no desistir, originando un irrebatible desenlace.

¿Qué sera de los amantes que no dejan de sentir?

¿Nunca obtendrán su ansiado final feliz?”

 

*****

 

(Buckinghamshire- Reino unido)

Bulstrode Park.

28 de diciembre de 1800

 

Tanto camino recorrido.

Las pruebas que no habían cesado, y estaba segura que lejos se ubicaban de terminar.

La cantidad de sucesos ocurridos que dejaron huellas imposibles de borrar.

Cada marca lacerante, que aunque no era perceptible habitaba en su entidad, pero lo que más se arraigó a su ser fue el sentir avasallador por las personas que alojaba en su corazón.

Esa sensación que en vez de menguar, se acrecentaba con cada choque de realidad.

Anunciándole que sería imposible huirle a las impresiones, las cuales ya era tiempo de hacerles frente.

Esas mismas que tras meses de lucha en América, la regresaron al lugar que debía y deseaba ocupar.

No pudiendo retornar con anterioridad, ya que acontecimientos lejos de su alcance le exigieron postergar sus planes finales.

El aviso de la pronta llegada de Eunice siendo uno de estos.

Su pariente más despreciado, que en esos momentos se ubicaba en su infierno terrenal, a causa de sus malas decisiones al atacarle sin restricción, ni pensar en las consecuencias de las manos de quien vendrían.

Su padre la retorno a la pesadilla de la que aquella trato de huir.

Esa misma que tenía un nombre particular.

Eloísa de Borja.

Su hermana menor, que le causaba un terror surreal, y esta a su vez se deleitó con el olor a miedo que origino emoción a cada tramo de su cuerpo.

¿Qué ocurrió entre ellas?

Era algo que no quería saber, pero que al aclarar un par de puntos con su tía la ciega dejo ese lugar, presta a cumplir con sus deseos antes que no se pudiesen hacer realidad.

No le importaron los ruegos, porque ella merecía su condena.

Nadie le mando a traicionar a alguien que aparentemente fue su incondicional.

Y a su persona nadie le impediría seguir esta vez a su corazón, antes de que le tocara asumir el puesto que le correspondía, cuando fuese demandado sin tener escapatoria.

Asi que era hora de actuar.

Antes de que su vida no tuviese retroceso.

Siendo el momento propicio.

O a esa declaración interna pretendía aferrarse.

Por eso, tras haber pasado por mucho… ahí se hallaba.

Todo sintiéndolo tan magnánimo, que hasta aspirar el aroma a tierra mojaba era un privilegio que no se privaría a la hora de valorar.

Tan solo respirar se le volvió gratificante.

Concebir el frio matinal, sobre su cuerpo poco cubierto con aquel vestido veraniego color azul cielo, sin importar el clima era ganancia.

Para su persona el ideal.

Escapando de transpirar.

Aunque el invierno en ese terreno se valoraba avasallador, convirtiéndose en un logro que no percibiera como su cuerpo ligeramente convulsionaba tiritando y sus dientes castañeaban.

Avisando con los labios amoratados tras más de cuatro horas bajo la intemperie, pese a que tuvo suerte de que no lloviese, que sus extremidades se ubicaran tan frías que la hipotermia no tardaría en hacer acto de presencia si no se cubría a la brevedad.

Originando seguramente por su terquedad un fuerte resfriado que la tiraría en el lecho.

Pero eran nimiedades que a Lady Luisa de Borja le importaban muy poco.

Menos cuando esa fecha tan especial, llena de recuerdos amargos como dulces, le daría paso a un acontecimiento trascendental.

Porque esos meses que estuvo en América retenida antes de partir, la voz de su conciencia le hizo recapacitar.

Unas últimas palabras.

Las que le hicieron tomar el impulso para arriesgarse, dejar los miedos a un costado y poder de los momentos efímeros que se le estaban otorgando, los cuales desaprovechaba, intentar disfrutarlos al máximo, aislando las turbaciones para vivir el día a día y ya no actuar en pro de un futuro que no estaba escrito.

O por lo menos en parte…

Rezagando la tozudez, para darle salida a la sensatez del alma.

«—Vive mi Isa— le expreso con tanto sentir cerrándole la garganta—. Aprovecha lo poco que te queda para demostrar el amor que portas dentro, antes de que la guerra se desate— le tomo las manos besándoselas con devoción torturante.

» Maneja la partida, que por el momento tienes a todos en jaque— trato de refutar, pero aquel se lo impidió poniendo unos de los dedos en sus labios silenciándole—. Mereces esto, o por lo menos intentar que te regresen un poco de lo que has perdido en el proceso»




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