Daniel y Axel nacieron el mismo día. Axel vino al mundo un 23 de julio a las 11:11 y Daniel, a las 22:22. A pesar de haber crecido juntos, su relación siempre ha sido de amistad-odio. Con la llegada de la adolescencia, era inevitable que surgiera el amor entre ellos, pero todo se fue al traste cuando Axel tuvo que marcharse a Inglaterra con sus padres y romperle el corazón a Daniel.
Diez años después, a Daniel le van bien las cosas: ha formado un grupo de música con sus amigos y tiene un novio al que adora. El problema surge cuando su madre le confiesa que se va a casar con el padre de Axel, el chico que lo dejó destrozado y al que tendrá que aguantar cada día como hermanastro.
Axel, después de tanto tiempo, regresa a Barcelona para montar su propia consulta de fisioterapia. Tras un incidente con su novia, se ve obligado a mudarse a la nueva casa de su padre y de su futura madrastra, y no desaprovechará la ocasión para volver a ganarse la confianza de Daniel y recibir su perdón.
Un reencuentro, una oleada de recuerdos, dos chicos que no han podido olvidarse y la oportunidad de reescribir su historia.