Ojalá Todo

Capítulo 3

Capítulo 3

Olivia

El lunes llegué al trabajo pensando en que sería imposible llevar la cafetería sin Martha, ya que no lo había hecho nunca, pero resultó que solo me estaba ahogando en un vaso de agua. Hoy es Jueves y todo ha estado yendo como la seda, Susie y yo tuvimos que ampliar los turnos pero entre las dos todo está funcionando correctamente, además, parece que nada ha cambiado. La gente de siempre, los pedidos de siempre... Incluso las entregas semanales ha llegado a tiempo. He de aclarar que la cafetería estará muy transitada pero son pocos los que se quedan en ella a tomar su consumición, la mayoría de los clientes son de las oficinas de alrededor y se llevan el pedido.

Oigo la estresante campanita de la puerta y como cada mañana en la última semana aparece Alexander Moore con una gran sonrisa.

- ¡Holaaa camarera de confianza!

- ¡Hola chico de las buenas propinas!

- Auch, eso suena a que me ves como una bolsa de dinero con patas.- dramatiza llevándose una mano al pecho haciéndome reír por su fingido dolor.

-¿Lo de siempre?

- Si, pero esta vez sin veneno, la última vez me sentó un poco mal.

- Calla, idiota.- me giro para preparar su capuchino y pintar en su vaso lo siempre: "Descerebrado" y la cara de un Mickey algo chuchurrida.

- ¿Sigue en pie lo del viernes? Mira que no puedes dejarme tirado en nuestro primer aniversario.

- Sigue en pie, Martha me dio el sábado libre ya que ella estará aquí, podremos beber sin límite. - me giro y digo dejando su pedido en la mesa-¿Y qué aniversario es ese?

- Nos llevamos conociendo una semana.- me mira serio- Espero al menos rosas y chocolates cuando me recojas.

-¡Eh! Aquí quedó claro que la única que recibe regalos soy yo, y caros, además serás tú quien me recoja a mí- parloteo mientras le apuntó con un dedo.- porque como una chica pobre que soy no tengo coche.

- Si me lo vas a pedir así, de acuerdo.- bufa

- ¿Dónde vas a llevarme? Tanto misterio me hastía.

Alexander se hace a un lado para que pueda seguir atendiendo a los clientes mientras hablamos.

- Antes que nada, ya confirme nuestra asistencia...

-¿Confirmaste?

- Tenía una cena benéfica a la que ir...

-Te mato - le entrecierro los ojos.-Dijiste que sería algo para pasar el rato.

- Ya no puedes echarte a atrás y después te llevaré a beber como si no hubiera un mañana.

- Más te vale que el sábado no recuerde ni mi nombre.- le ofrezco un Donuts de chocolate ya que al final se acabara el café antes de volver a su oficina.

- Oh y hay un detallito importante.- comenta antes de dar un bocado tan grande que acaba con la mitad del Donut.

- ¿Más sorpresas, Álex?

- Hay que ir de etiqueta.

- Genial, me tocará ir de compras y está semana ni me sobra el tiempo ni el dinero.

- ¿Confías en mí?

- Estoy empezando a dudarlo.

- Dame tus medidas y yo me encargo.

- Si claro... Y encuentres un vestido de cupcake.

- ¿Me ves mal vestido?

- No, pero los hombres lo tenéis más fácil con los trajes.

- Tengo buen gusto, confía en mi.- pone los ojos en blanco como si fuera un niño pequeño.

- Bueeeenooo.

- ¿Algún color en especial?- me encojo de hombros- Entonces será rojo.

Se larga a toda prisa de la cafetería sin dejar que reproche. Este chico es muy raro.

Para el final del día estoy más que cansada, agradezco que Martha vuelva mañana, así no trabajaré tanto... Las horas extras limpiando son horribles. Solo quiero tirarme en la cama y perder el conocimiento…

Al llegar a mi casa encuentro a Chloé en el sofá, luciendo sus mejores galas para pintar, lo que viene siendo un enterizo muy estropeado y multicolor.

- Bueno, bueno, bueno, ¡si es la camarera del mes!

- Calla, vengo muerta.

- Martha puede ser un amor, pero os ha dejado un buen lío encima.

- Al menos ya se acabó y mañana tendré mi turno normal si no se retrasa su transporte – digo desmoronándome en el sofá.

- De vuelta a tu rutina.

- ¿Pedimos pizza para cenar?

- Ya lo hice, debe estar al llegar.

- Genial, me muero de hambre.

- Oye, Deo y yo vamos a ir mañana a tomar algo con Kim y Clara, te apuntas ¿no?

- Lo siento, tengo planes.- Chloé me mira con desespero.

- Mira, Oli, te quiero mucho, pero si es ir a buscar a otro viejo que te compre regalos caros, creo que...- no la dejo seguir hablando.

- Noo, no es eso.- niego con la cabeza para enfatizar- Está vez son planes normales. Respecto a lo de los ligues lo dejaré por un tiempo... Digamos que el señor Smith no resultó ser lo que esperaba.

-¿Qué paso con él?

-Tiene las manos largas.

Al ver la preocupación de Chloé le cuento toda la historia e incluso la nueva amistad con Alexander, cosa que le sorprende bastante ya que no es normal que me acerque sin interés a un barón de menos de cuarenta.

- Un chico guapo y lo mandas a la friendzone, eso es un desperdicio.

- No quiero parejas tras todos mis fracasos y como amigo es increíble.

- Es bueno que te hayas replanteado algunas cosas, ¿por qué no sigues ahora con el asunto laboral?

- Tienes razón, aunque me guste la cafetería, no pienso estar allí toda la vida, para eso puse sudor y lágrimas en mi carrera.

- Más lágrimas que otra cosa sí...- dice Chloé mirando el refresco de su mano.- Aun recuerdo cuando pasabas los fines de semana estudiando y el lunes llorabas solo por tocar la mochila.- sonríe.

- Y las que me tocarán derramar todavía, después de lo de mi último jefe dudo mucho que encuentre trabajo muy fácilmente...

- Hablaré con papá, que te ayude, él tiene contactos.

- Tampoco quiero que lo relacionen conmigo y le haga mal.

- Venga ya lo de T&T pasó hace tres años, nadie lo recordará.




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