Ojalá Todo

Capítulo 9

Capítulo 9

Ethan

Amiga de mi hermano. Mi empleada. Una persona con inclinaciones arribistas. La clase de persona a la que nunca me habría acercado… Y sin embargo me tiene loco.

Recuerdo besar sus labios, que me recibían con ansia y calidez, recuerdo el recorrido de mis labios por toda su figura, su piel tan suave y sensible a mi tacto, el contacto de nuestras pieles, fundirnos hasta caer rendidos… Pequeños flashbacks de lo que fue nuestra noche y que el alcohol no pudo borrar.

No puedo evitar suspirar frustrado, nuestra relación debía ser estrictamente profesional y he estado lejos de serlo. Lo peor de todo es que quiero más.

El viaje a Dubái fue un desastre, desde que llegamos a la ciudad no he podido dejar de pensar en esa noche. Cuando oí el nombre de Olivia Hall e hice que la investigaran, encontré justo lo que necesitaba para alejarla de mi familia, una más, pensé. Cuando tienes dinero, las personas se acercan por el interés y con el historial de esa chica no esperaba menos. Intenté alejarla de las formas menos sutiles posible. Por hermano, mi familia, por mí...

Si... Por mí, es evidente que solo un ciego no sucumbiría a los encantos de esa chica. Conocerla en mi despacho fue como un fuerte impacto, de esos que te sacan el aire de los pulmones. He de decir que me hizo gracia que regañara a Alexander por el puesto de trabajo y fue muy tierna su cara de horror cuando vio que no era su amigo el que estaba mirando por la ventana.

No puedo quitarme su rostro de la cabeza. Grandes ojos azules con su nariz pequeñita, pómulos altos y unos labios no muy gruesos pero que solo dan ganas de besar. Tiene un rostro inocente, aunque he notado que inocencia no es precisamente lo que hay en ella. Es como una araña, una vez que su presa toca la tela, ha firmado su sentencia de muerte.

Me condene en Dubái, mi yo ebrio no pudo mantener la distancia con ella, pensé que con mis hermanos no llegaría a acercarme a Olivia, pero cuando me invitó a bailar en aquella discoteca perdí el control. Mis manos viajaron solas recorriendo su figura y ahora claman por volver a tocar la suavidad de su piel. Aún siento el sabor de sus labios, el calor de su cuerpo. El recuerdo de la eufonía de sus gemidos...

- Señor Moore,- la voz de Ann me saca de mis repetitivos pensamientos.- Charles Baker está aquí.

- Hágalo pasar.

‌Espero pacientemente la llegada de mi mejor amigo, nos conocemos desde que éramos niños. Cabe destacar que ha cambiado mucho desde que comenzamos la universidad y se pasó al fitness. Ha pasado de enclencle a ser ese tipo de hombres que las mujeres miran al pasar. Siempre guarda una imagen impoluta, como hoy, pelo castaño peinado cuidadosamente, traje gris sin la más mínima arruga y sus zapatos tan brillantes que podrías reflejarte en ellos.

- ¿¡Cómo estás, amargado?!

- Como siempre, Charles ¿y tú? ¿Qué te ha traído por mi despacho?

- Vengo a hacer el paripé - dice mientras se sienta descuidadamente frente a mí.

- ¿Cómo es eso?

- Mi padre quiere un acuerdo, pero tú no se lo vas a dar, pero aun así, aquí estoy. Dame algo de beber, anda.

Me levanto riendo de la silla y voy hasta el mueble bar para servir dos copas.

- Quiero oír ese acuerdo.

- ¿Seguro?- me mira alzando una ceja mientras coge el vaso que le estoy tendiendo y asiento.- Quiere que te cases con mi hermana y fusionar tu bufete con el nuestro como acuerdo matrimonial.

- Es cierto, no le voy a dar ese acuerdo - ambos reímos.

- Eres mi amigo, nunca dejaría que te acercaras a mí hermana, más por protegerte a ti que por ella, está loca. Es una bruja…

- No puedo negarlo - levanto mis manos en son de paz.- Cambiando de tema. ¿Os va mal en el bufé?

- La cosa es que mi hermana no quiere saber nada de nuestros negocios, mi padre se retira y cree que yo solo no puedo con todo y quiere una asociación para repartir las cargas del bufete y compensar mi carente experiencia en ese ámbito - se encoge de hombros.- A mi me da igual, ya sabes que nunca quise nada de su herencia, todo iba a ser para Paul, yo tengo mi trabajo, nunca quise presiones.

- Más que una fusión accedería a una compra.

- Él no quiere que perdamos esos ingresos.

- ¿Qué harás con tu trabajo?

- Dejarlo, ¿Qué más? Si cae todo sobre mi, no hay otra - suspira pesadamente.- Envejeceré años. ¿Cuál es tu secreto? ¿Por qué aún tienes pelo?

- No dramatices.- me rio- Te acostumbras... Si es verdad que es más tiempo al ser tu negocio y que a veces no puedes separarlo de la vida privada pero todo es adaptarse.

- Tienes Alexander.

- Es como un niño pequeño, siempre hay que supervisarlo, pero si, es bueno en su trabajo y me ayuda con lo que pida.

- Un niño pequeño con buen gusto - se empieza a reír y arrugo el entrecejo sin entender.- Le fui a ver y para mí sorpresa estaba con una morena...- Silva y alza una ceja- Menuda mujer, una pena que no nos presentó.

Tenso la mandíbula, sé de sobra de quién habla.

- No morboses con mi empleada.

- ¿De dónde la has sacado? Por una así voy a la oficina todos los días - se reclina en su asiento.

- Alexander la conoció en una galería de arte.

- ¿Y qué hacía tu hermano ahí?

- Reemplazarme - digo como si fuera obvio.

- Lo que te has perdido...

- Que va, son amigos.

-¿Amigos? ¿Tu hermano es ciego? Y creo recordar que él no tiene amigas…

- Nah, es que ella busca hombres maduros que la mantengan.- me río y miro hacia el vaso vacío sobre mi escritorio- Tendré que mantenerla alejada de mi padre - bromeo.

- Que desperdicio... ¿Cómo se llama?

- Olivia Hall.

- ¿Olivia Hall como la de T&T?

- La misma.

La cara de Charles pasa de asombro a total incredulidad y me mira como si fuera un loco total.




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