Ojalá Todo

Capítulo 22

Capítulo 22

Ethan

Una persona normal estaría feliz de casarse con una mujer bonita y elegante, pero ahora, aquí, frente al espejo no podría sentirme a más kilómetros de mi cuerpo, como si no me perteneciera. Los movimientos los hago en automático. Ni los cinco días en Alemania ayudaron a calmar lo que siento por dentro. Mi mente solo da vueltas a lo mismo...

Llevo un mes sin saber nada de Olivia y mi hermano, a pesar de la distancia puesta entre nosotros el dolor sigue ahí, escuece la herida de la tradición. He intentado pasar más tiempo con Alena, compartir mi vida ver si podía sentir algo, pero no es ella. No puedo olvidar sus ojos, su sonrisa, tenerla debajo de mí... Olivia apareció para quedarse ocupando cada poro de mi cuerpo. Por muchos viajes, cenas, paseos en yate, lo que sea, Alena nunca ocupará el lugar que Olivia se ganó en mi corazón.

No sé ni qué estoy haciendo, no debería estar pensando ni siquiera en ella, en unas horas seré un hombre casado. Alena será mi mujer, la nueva señora Moore.

Ajusto mi corbata dando el último retoque y al levantar la vista veo a Alexander entrar a la habitación a través del reflejo en el espejo.

- ¿Qué haces aquí? No tienes permitido acceso.

- Yo también me alegro de verte, hermanito - dice acercándose con una expresión que nunca le he visto.

- Lárgate de aquí.

- No pienso irme hasta hablar contigo.

- Llamaré a seguridad si no lo haces, no quiero escuchar nada de un mentiroso como tú.

- Me importas Ethan...

- ¿De verdad? No me pareció eso cuando andabas acostándote con Olivia y los dos me visteis la cara. Sin olvidar el hecho de que espera un hijo tuyo y lo ocultasteis. No quiero ni imaginar con que intenciones.

- De verdad que eres gilipollas, pero no puedo callarme esto y dejar que arruines tu vida.

- Lárgate de aquí, no quiero tener que armar un espectáculo y salgamos en la prensa.

- Golpéame si quieres. La prensa me da igual, en unos días nos iremos a Boston y no volveremos a molestar, solo espero que disfrutes todo este paripé - hace un gesto moviendo su mano en círculos.

Lo agarro por la pechera de su camisa y lo empiezo a empujar fuera de la habitación.

- Nunca nos acostamos...

- Muy bien Alexander, no me importa ya, puedes mentir todo lo que quieras, te recuerdo que he continuado mi vida y voy a casarme.

Sigo intentando sacarlo de la habitación pero Alexander me detiene en seco con un puñetazo y gritando.

- El bebé es tuyo pedazo de idiota. Vas a cometer el mayor error de tu vida. El bebé es un Moore pero jamás mi hijo - grita enfurecido.

¿Qué? Me quedo helado ante la confesión de mi hermano. Algo en cómo me mira dice que no está mintiendo.

- Olivia no te engañó nunca.

- No te imaginas las ganas que tengo de devolverte el golpe - espeto.- ¿Entonces por qué dijiste eso en mi despacho si no es tuyo?

- Porque la estaban humillando y tú no hacías nada. Ni ibas a hacerlo, menos con mamá siendo partícipe.

Alexander mira mi ropa casi analizándome  y luego me mira a los ojos.

- Después de todo lo que ha pasado eres mi hermano y quiero lo mejor para ti- sus palabras son como cuchillas después de lo que le hemos hecho.- No puedo dejar que te arruines la vida con una mujer que no quieres y a la que sólo le interesa tu estatus. Ni tampoco puedo permitir que mi amiga sufra. Deja de ser el títere de Marie Moore.

Eso era... "Su amiga". Ella estará primero, incluso si tiene que mentir.

- Alexander, si haces esto porque necesitáis dinero, puedes pedirlo, te lo daré y me dejaréis en paz, pero no me mientas y menos con algo así. Quería a Olivia, no te imaginas lo que me ha dolido lo que habéis hecho.

-¡No es por dinero, que le den al dinero!- brama furioso.- ¡Te estoy diciendo la verdad!

Mi madre entra a la habitación atraída por las voces de Alexander y pasa la mirada de uno a otro.

-¿Qué haces aquí? Te dejé bien claro que no quería verte cerca de mi familia- escupe su veneno sobre Alexander.

- Tienes razón...- mi hermano me mira.- No debería haber venido, me voy a casa...

Alexander sale de la habitación dando un portazo.

- ¿Que hacía aquí? Creo que fui muy clara con él.

- Hablar...- murmuro pensativo.

Sé que la mujer frente a mí nunca juega limpió y quizá sepa mucho más de lo que aparenta. Solo escuchando a Álex y a Olivia podré tener otra visión de la situación y quizá sepa qué pasa realmente, no puedo casarme sin saber la verdad.

- Tengo que encontrarle.

Mi madre me frena sujetándome del brazo.

- La boda empieza en cuarenta minutos, cualquier cosa que tengas que hablar con él lo harás después.

- No, tenemos algo pendiente. Además su apartamento está cerca, no tardaré mucho- me zafo de ella.

-Ethan, Alexander ya no vive ahí - miro a mi madre frunciendo el ceño.- Le obligue a irse. Ya no es parte de la familia y no podía ocupar una de nuestras propiedades.

¿Que acaba de decir? ¿De verdad ha sido capaz de dejar a su hijo en la calle? No sé qué me sorprende, a mis treinta años ya debería conocerla bien.

-¿Te estás escuchando?- inquiero furioso- Es tu hijo.

- Desde que se acostó con esa puta no es nada mío - escupe furiosa.

- ¿Por qué no sabía nada de esto?

- No tiene importancia. Tienes otros asuntos más importantes que atender como para perder el tiempo con una minucia.

-¿Que no tiene importancia? ¿Una minucia? ¿De verdad te estoy escuchando bien?- su mirada fría no abandona la mía.- No sabemos ni dónde ha estado este tiempo, ni que hacía y lo más importante, si estaba bien. Y tienes el valor de decir que no tiene importancia...

Llevo las manos a la cabeza tirando de mi pelo y mirando a otro lado. Miro a mi madre una última vez y emprendo el encamino hacia la puerta. Al cruzarla encuentro a mi padre escuchando todo.




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