Ojalá Todo

Capítulo 23

Capítulo 23

Olivia

Llego a casa con ganas de dormir un año, cada día que pasa me encuentro más cansada, es solo el emabarazo, sino también los dobles turnos en la cafetería. Me cuesta hasta atinar a meter la llave en la cerradura. Una vez conseguido entro quitándome el abrigo y lo cuelgo en la percha.

- Alex he hablado con Eri...

Me giro y veo que mi amigo no está solo, junto a él se encuentra su hermano, Ethan. La persona que menos esperaría ver por aquí, más teniendo en cuenta que es el día de su boda y debería estar celebrando o lo que sea que hacen los ricos cuando se casan.

-¿Qué haces aquí?- y bebiendo de una de mis tazas quiero añadir, pero lo guardo para mí.

Paso la mirada de él a Alexander y de vuelta, debería haberme avisado y no hubiera venido.

- Solo quiero hablar, Alexander me dijo…- Ethan mira mi barriga mientras señala haciendo un movimiento con la barbilla.

-¡¿Se lo has contado?!- grito a mi amigo sintiéndome traicionada.

- Oli, cálmate- Alexander levanta las manos y se acerca a mi bloqueando mi visión de su hermano.- Tengo muy claro lo que hablamos y lo que me pediste, pero no me sentía bien ocultándolo, no podía dejar que se casara sin saberlo y mucho menos después de las palabras de Amber...

Miro por encima del hombro de Álex y Ethan nos está mirando, al margen, dejando que su hermano haga de mediador, seguro que sabe que si se dirige a mí lo mandaré lo más lejos que se me ocurra.

- Tenéis que hablar...- asiento, aunque a regañadientes, y Álex se dirige a un taburete bebiendo su café.

- Antes que nada, lo siento. No debí escuchar a mi madre...

- No, no debiste - murmuro enarcando una ceja y Ethan suspira. Se lo que odia ser interrumpido y no he podido evitarlo.

- También debí defenderte aquella vez en el evento y en mi despacho, tendría que haber hablado contigo antes de dejarme influenciar. Pero también debes entenderme, no sabía nada sobre esto - señala mi barriga - y me pilló por sorpresa. Creí la confesión de Alexander, después de todo fue muy firme en su afirmación y pasáis mucho tiempo juntos...

- Los abogados son buenos mentirosos.

-¡Oye!- miro a Álex frunciendo los labios.

- No voy a casarme, Olivia - algo en mi interior quiere que salte y de volteretas por su confesión. - Si lo hiciera no estaría en tu cocina tomando café en una taza con la forma de la cabeza de un dibujo animado con un smoking. En cuanto supe todo vine para acá, sin dudarlo, dejé plantada a Alana porque te quiero a ti.

- No intentes engañarte porque ahora sepas que el bebé es tuyo. Puedes volver a jugar a la familia feliz con tu madre y Alana, nosotros estamos bien.

- No me engaño, Olivia, llevo casi desde la noche en Dubái pensando en ti a todas horas, no sales de mi cabeza. Ni por muy enfadado que estuviera creyendo que te acostabas con mi hermano. Me haces sentir cosas que no puedo explicar, nunca las he sentido.

-¿Y qué pasa con tu imagen? El qué dirán si te ven conmigo – menciono aquellas palabras que no se atrevió a decir pero sé que pensaba aquel día que hablamos en el restaurante. No me hizo falta que dijera porque no podía estar conmigo, yo ya lo sabía.

- Nunca debí ni pensar en algo como eso, menos insinuarlo...- suspira.- He sido un completo imbécil. Pero eso no cambia mis sentimientos hacia ti, no puedo dejar de pensarte de recordar cada momento juntos...

Empiezo a llorar sin poder evitarlo y desvío la mirada a Álex que observa la escena como si fuera una telenovela. Ethan se acerca a mi y sujeta mi cara entre sus manos. Los sentimientos son una mierda, parece que a ninguno querían dejarnos avanzar.

- Es la verdad, creo que te quiero.

-¿Crees?- sonrío apenada entre lágrimas.

- Siento algo muy fuerte por tí. No se cómo llamarlo.

Que decir cuando me siento igual. Quedé pillada de él cuando acordamos que no sería nada serio y aquí estoy, tiempo después, sintiendo lo mismo y llorando por su confesión. Sus palabras tocan mi corazón, el cuál prometió protegerme de este hombre, crear una coraza contra sus palabras. Pero esta se está rompiendo desde dentro, son mis sentimientos los que quieren salir, confesar que me siento igual, que lo quiero cerca. Solo mi mente, como parte coherente de mi cuerpo, sabe que lo correcto es la distancia, si nos hizo daño una vez, podría hacerlo cuentas.

- No llores - besa mi frente.

- Son las hormonas.

- Ajá...- dice limpiando mis lágrimas.

- No sé si quiero verte - corazón y mente chocan en su conflicto.

- Lo entiendo. Solo quiero que sepas que voy a solucionar todo, quiero que todo vuelva a ser como antes.

- Nos vamos a Boston en unos días,- repito mi plan dándome fortaleza, apoyándome en mis palabras, no puedo dudar ahora - nada va a ser como antes.

Ethan mira a su hermano, pidiendo ayuda pero Alexander se encoge de hombros.

-Olivia, quédate, por favor, quiero ser parte de esto- pone su mano sobre mi barriga logrando que una sensación extraña crezca en mi interior.

- Ya está decidido y no quiero seguir en Nueva York.

Es una decisión dolorosa, infeliz, pero solo la distancia puede hacer que olvide a Ethan Moore y hacer que cada uno siga con su vida.

- Te devolveré tu trabajo.

- No lo quiero,- se separa de mí sin apartar la mirada- quiero ser feliz y esta ciudad sólo me ha traído que sufrimiento.

- Tus amigos están aquí.

- Y no los voy a olvidar, incluso puedo visitarlos, pero este ya no es mi sitio - tiemblo intentando ocultar el gran pesar de mis últimas palabras.

- Estás equivocada, este es tu lugar, Olivia, junto a todos los que te quieren, junto a mí…

- Eso ya no es posible.

- Claro que es posible, ahora nada nos impide estar juntos.

- No te creo, no creo nada de lo que dices, porque en cuanto tú madre vuelva a estar cerca seré yo quien salga dañada - grito entre lágrimas.- Y no quiero eso ni para mí, ni para mi bebé. No quiero que cuando te arrepientas lo apartes




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