Epílogo
Olivia
Nuestro bebé nació en una agradable tarde de agosto, y digo agradable para endulzarlo, para mí fue eterno. Tras seis largas y agónicas horas de parto, donde maldije todo lo que se me ocurrió, aunque finalmente fui invadida por la felicidad y recompensada con mi precioso bebé. Pesó dos kilos y seiscientos gramos con una medida de cuarenta y siete centímetros. Era una cosa pequeñita como predijo Alexander. Y ninguno podíamos parar de observarlo, tan hermoso con sus mofletes regordetes y rosados y esas pequeñas manitas que se aferran a mis dedos. Nos tenía a todos embelesados.
Al principio solo quería tenerlo conmigo y cada vez que Ethan lo tomaba no me separaba de ellos, pero el agotamiento hizo tanta mella en mí, que tuve que empezar a confiar en que Ethan se las apañara solo. Nuestro pequeño Liam era bastante inquieto y conseguía dejarnos fuera de juego a ambos, lo positivo es que todos nuestros amigos quieren ayudar y hasta se pelean por pasar tiempo por él, pero lo más gracioso de la situación son las discusiones de Erick y Alexander por quién es mejor tío, les he pillado intentado que un bebé de semanas eligiera a quien quería más, obviamente mi bebé solo los miraba sabiendo que son dos bichos raro.
- Tiene tus ojos, pero se parece a Ethan- comenta Alexander mientras lo alza y le hace monerías como cada día.
- Por eso es el bebé más precioso del mundo.
- No te equivoques, sería el más precioso si fuera hijo mío,- Ethan que entraba en la sala le deja una colleja a Alexander al pasar- le dejaré el puesto por ahora- corrige este.
- Cárgalo bien, me da miedo que lo dejes caer- Ethan regaña a Álex, está tan sobreprotector que no hay quien le lleve la contraria.
- Sabéis que no le pasará nada.
- Confío en ti, pero no estoy muy segura de que lleves a Liam al parque solo.
- No iré solo, viene Georgina y además, me has dejado todo preparado- sonríe a Liam y le recorre la mejilla con el índice-, soy tan buen tío que he aprendido todo lo necesario y lo sabéis.
Es cierto que Alexander sabe cómo cuidarlo, se la pasa por aquí casi todo el día, cuando no está en el trabajo, y me ayuda muchísimo, aún dudo a veces en si lo va a secuestrar.
- Cuando salgáis de la consulta me avisáis y nos reunimos para comer juntos. No prometo que os devolveré a Liam pero os dejaré verlo.
- Aún puedo mandarte de vuelta a la oficina y llamar a Amber, no tientes a la suerte - bromea Ethan. - Vamos o se nos hará tarde.
Ethan se levanta enfundado en su traje y me tiende la mano para que lo acompañe. Odio tener que ir tantas veces a la clínica, pero por culpa del exceso de pérdida de sangre durante el parto Ethan está paranoico con mi salud y hemos vuelto a la clínica privada cada semana para comprobar que estoy bien, y por ahora, todo ha mejorado.
Me acerco a Alexander para despedirme de mi precioso bebé y le dejo un besito sobre la cabeza y otro en la frente a mi amigo. Cuando estamos montados en el coche no puedo evitar preocuparme.
- ¿Crees que estará bien?
- Claro, Alexander ha demostrado ser muy capaz- responde saliendo del garaje.
- ¿Pero y si nos echa de menos?
- Olivia, amor, es muy pequeño, apenas nos echará en falta, tranquila- Ethan besa mi mano sin apartar la vista de la carretera.- No nos llevará mucho tiempo y volveremos con él.
Me relajo un poco, porque además caigo en la cuenta de que mi amigo no estará solo, Georgina lo acompañará y como profesional sabrá cuidarlo.
Los estudios en la clínica no nos llevan mucho tiempo y todo sale bien, pero no dejo de estar ansiosa por reunirme con mi bebé. Hemos quedado con Alexander en casa de Ethan, ya que salimos antes de lo previsto. Lo vemos solo y explica que Georgina tuvo que marcharse por una emergencia familiar y él acaba de llegar. Nada más estar junto al carro, cargo a mi bebé y le doy besitos, me encanta como huele y los ruiditos que hace.
- ¿Cómo ha ido todo?- pregunta Alexander.
- Bien, por ahora pasará más tiempo hasta la siguiente revisión- responde Ethan por mí.
- Tendré que buscar otra excusa para que me dejéis a Liam- murmura Alexander.- Por cierto, sé que os di la lata para ir al restaurante nuevo ese, pero... ¿Y si nos quedamos en casa? No me apetece volver a salir y quería que también estuviera Georgina.
Ethan mira su teléfono y teclea antes de responder.
- Si cocinas tú, por mí está bien,- Álex asiente- pues ya puedes esforzarte. - Ethan se levanta y acerca a mí- Va a venir un amigo, quiere conoceros, si no te apetece recibir a nadie volveré a mensajearlo con alguna escusa.
- No, está bien, no me importa, además como no vamos a salir, no hay prisa.
-¿Qué amigo?- pregunta Alexander.
- Charles- la expresión de mi amigo pasa a desagrado.
- No lo veo conveniente.
- ¿Por qué?- quiero saber
- Es el hermano de Alena- aclara Alexander y miro a Ethan.
- No es como ella, estará bien, de verdad. No creo ni que lo mencione.
Ethan intenta apaciguarme, le asiento y vuelvo a concentrarme en mirar a mi bebé y recorrer su carita con mi dedo índice. No me canso de hacerlo, ni me cansaré nunca, me tiene hipnotizada.
- Olivia, vas a desgastarlo, deja que los demás lo miremos un rato- exagera mi amigo metiendo su cabeza en el espacio personal de mi hijo para mirarlo también.
Ethan toma a Liam de mis brazos para cargarlo también, cortando así mi fanatismo y el de su hermano, y lo apoya contra su pecho mientras pasa la nariz por su cabecita y lo huele.
- Luego soy yo la rara que se pasa el día oliendo al bebé- me burlo, ya que él me regaña diciendo que parezco una adicta.
- Vale, es que huele muy bien, como... Cómo... No sé, a bebé.
- A veces no...- menciona Álex.
- ¿Qué veces? ¿Las que intentas huir?