Capítulo 14: Quien heredó los ojos violetas, parte XIV.
Paris Dwelly.
Sin tener una forma de ir a ver a Andrés, no tuve más opción que esperar a que pasaran los días para regresar a la escuela y poder hablar de nuevo con Alexa, así que cuando llegó el primer día de clases del nuevo semestre, a la hora del almuerzo, aprovechando que Emanuel y Damián nos dejaron solas porque fueron por algo de tomar, estuvimos hablando de aquel hombre de humo mientras íbamos hacia los jardines para almorzar ahí.
—¿A qué te refieres con que lo dejaron ir? —pregunté atónita.
—Eso solo que… pasaron muchas cosas. El día que Alexander fue a entregarte la carta, fue el mismo día en que atraparon al señor humo, por cierto, su nombre es Paris Dwelly. Luego de que Alexander te fuera a ver, se dirigió hasta la casa de Ema, ya sabes que él ha mostrado ser muy agudo a la hora de sentir la presencia de las personas que te siguen, por eso Alexander fue con él, para asegurarse de que nadie lo estuviera siguiendo, y luego de saber que estaba fuera de peligro, le llamó a tu abuelo para que lo recogiera, y ya luego de que llegó, lo llevó al centro de investigación para que pudiera estar presente en el segundo interrogatorio.
Luego de que Alexander fuera a casa de Emanuel, no solo para comprobar que nadie lo estuviera siguiendo, sino también para pedirle que lo ayudara a hacer una coartada con sus padres y dijera que estaba con él si lo llamaban, mi abuelo pasó por Alexander y se dirigió al centro de investigación, para cuando llegaron, Alexander había desaparecido y Alexa había tomado su lugar, aunque parecía un poco desesperada por no tener su bolsa de maquillaje a la mano.
El señor Alan, el señor Guilmer, mi abuelo, Alexa y los gemelos bajaron al 2do piso más bajo de los pisos subterráneos, el sótano 6, y entraron a la celda del señor Paris, quien se encontraba recostado en el suelo mirando al techo y no se movió ni siquiera cuando mi abuelo y los demás entraron a su celda.
—¿Han decidido por fin sacarme de aquí? —preguntó sin despegar los ojos del techo—. Incluso si supieran dónde terminó todo mi botín, no podrían recuperar nada, así que hagan lo hagan será inútil, no ganan nada con encerrarme.
Mi abuelo suspiró—. ¿Por qué no nos dices tus razones y luego ya pensaremos en sí es adecuado o no liberarte?
—Date prisa, anciano —le dijo Cristián al señor Paris.
Cristopher asintió—. Abre la boca de una vez, tenemos cosas más importantes qué hacer.
—¿Por qué hay niños en este lugar? —Se quejó el señor Paris—. Peleando batallas que deberían ser peleadas por adultos, seguro ellos serán los primeros en morir si se encuentran con personas que no se andan con juegos.
—¿Conoce a personas así? —preguntó Alexa, quien sorprendió al señor Paris por usar una voz aguda al hablar siendo que horas atrás, había sido insultado, golpeado y burlado por Alexander.
—… Así que fui derrotado por un marica.
Alexa frunció el ceño—. Responde la pregunta, imbécil.
—Conozco bien a ese tipo de personas. —Soltó un suspiro—. Mi padre trabajaba para un grupo de personas peligrosas, al final aquel grupo se desintegró y cada uno fue por su propio camino, pero hace unos meses una niña llegó a nuestra casa y dijo que su padre estaba reuniendo a las personas de aquella antigua organización, al parecer su padre era el nieto del líder.
Mi abuelo y el señor Alan intercambiaron miradas.
—El nombre de ese grupo, ¿era REVENISH? —preguntó el señor Guilmer.
El señor Paris despegó su mirada del techo por primera vez y los volteó a ver—. Así es…
—¿Cuál es el nombre de tu padre?
—Frank Dwelly.
El señor Guilmer volteó a ver a su hijo con preocupación y le tocó el hombro—. Quizás sea mejor que salgas de aquí.
El señor Alan negó con la cabeza, pero en realidad no estaba tan tranquilo como le hubiera gustado estar—. No… voy a quedarme hasta el final.
—¿Conocen a mi padre? —inquirió el señor Paris con sorpresa.
—Peleamos contra REVENISH en el pasado —, el señor Alan miró hacia otro mientras fruncía el ceño, pero regresó su mirada hacia Paris cuando se enterró las uñas en las palmas de las manos para calmarse—, y tu padre mató a una de mis mejores amigas, Camila Sagnier.
El señor Paris se levantó precipitadamente y miró al señor Alan con asombro—. Así que son ustedes —, bajó la cabeza mientras se mordía un poco el labio inferior—… vale… les diré todo —dijo rascándose la cabeza—. En realidad, Frank Dwelly no es mi padre biológico, él simplemente me recogió de la calle cuando yo tenía 8 años y se hizo cargo de mí. Él jamás hablaba de su pasado, pero había noches en que yo lo escuchaba hablar mientras dormía, y siempre repetía el nombre de «Camila». Después de que apareciera aquella niña diciendo que su padre estaba reuniendo a los antiguos miembros de REVENISH, presioné a mi padre para que me dijera todo, y fue así como supe que él fue parte de aquella organización. Soy consciente de la mala fama que REVENISH tenía, también sé sobre todas las muertes que provocó, pero mi padre solo hacía lo que hacía porque el líder de REVENISH lo salvó cuando era niño, yo que fui salvado por mi padre, seguramente habría hecho lo mismo por él, porque el sentimiento de gratitud que le tengo es enorme.