Ojos Color Violeta.

Cap. 29: No es una imagen fácil de digerir.

Capítulo 29: Quien heredó los ojos violetas, parte XXIX.

No es una imagen fácil de digerir.

—Deberías bajar esa arma —dijo Asher, aparentemente divertido por la situación.

—Esta es la última vez que lo pregunto —aseguró la chica que lo apuntaba en la espalda, y siendo que lo primero que ella había hecho al entrar fue preguntar por la señora Sockovar, supuse que ella debía de tratarse de la chica que la señora Sockovar mencionó minutos atrás, Hannia—, más vale que alguno de ustedes tres me conteste, ¿dónde está la señora Hilda?

—¿A qué te refieres con tres? —pregunté—. Hay cuatro personas además de ti en esta habitación. —Miré hacia Blaise y noté cómo su imagen comenzaba a difuminarse.

Asher soltó una carcajada—. ¡Blaise acaba de irse en frente de sus narices!

Me giré hacia la puerta trasera y vi que ésta se hallaba abierta cuando ciertamente había escuchado a Andrés cerrarla cuando se fue con la señora Sockovar—. ¡Alexander, ve tras ellos!

—¡Sí! —Él me entregó su celular y corrió hacia la puerta, pero se detuvo cuando escuchó un disparo.

—¡Sigue corriendo! —grité antes de que se girara, entonces siguió su camino hacia la puerta y desapareció. Me volví hacia Asher y cuando pensé que lo vería con un agujero en el pecho, lo vi tan sonriente como siempre.

—Es muy tarde, pequeña Dalila. Puede no parecerlo, pero Blaise es el más veloz de todos nosotros, no tardará en avisarme que terminó con la misión. —Dio un paso hacia adelante y se giró para ver de frente a la chica que le había en la espalda.

De esa forma, me permitió a mí también poder verla, ella era una chica alta y delgada en sus 20’s, de cabello negro, lacio y largo, lo tenía atado en una coleta y le llegaba a la parte baja de la espalda, llevaba un pantalón negro, una camisa blanca con el primer botón desabrochado, encima un saco abierto de color negro, y unas gafas de sol. Y su aura, que no supe si era para mi alivio o terror, era de color naranja rojizo.

Asher silbó cuando la vio—. Eres una preciosura, totalmente mi tipo, ¿qué te parece si tú y yo tenemos una cita algún otro día?

Hannia dirigió su mano izquierda hacia el cigarrillo que tenía en la boca para poder hablar, mientras que su mano derecha permaneció sujetando firmemente el arma que aún apuntaba hacia él—. Puedes irte a la mierda… Veo que las balas no funcionan en ti —dijo con calma.

Miré la espalda de Asher y noté cómo su camisa negra tenía un agujero en la espalda, pero su piel estaba ilesa. Sin embargo, no pude ver la bala por ninguna parte, lo que significaba que la bala no había rebotado, sino que Asher la había absorbido.

—Pero, ¿acaso la señorita también es inmune a las balas? —preguntó Hannia mientras dirigía su arma hacia mí.

Asher se puso entre las dos de inmediato—. Mira, se podría decir que la pequeña Dalila y yo estamos en diferentes equipos, pero no puedo permitir que la mates, es la hija de mi jefe.

Un instante después me hallé con una pistola en mi cabeza. No estaba segura de cómo, pero Hannia había pasado de estar a medio metro delante de Asher, a estar detrás de mí, ahorcándome ligeramente con su brazo izquierdo y poniendo una pistola en mi cabeza con su mano derecha.

—Esta vez, en serio es la última vez que lo pregunto, ¿dónde está la señora Hilda?

La sonrisa de Asher se ensanchó—. No te creo capaz de matarla.

Hannia arqueó una ceja—. ¿Quieres apostar?

—¡Claro! Mi recompensa será un beso tuyo.

Hannia chasqueó la lengua con irritación y tras soltar un poco su brazo de mi cuello, sentí como quiso dar un paso hacia un lado, pero se detuvo al instante. Antes había pensado que su poder quizás era teletransportarse, pero con ese paso supe que ella planeaba desplazarse a toda velocidad, sin embargo, no pudo hacerlo porque yo había anulado su poder.

Asher no tardó en darse cuenta y reírse de ello—. ¿Por qué esa cara? ¿No puedes usar tu poder para golpearme a toda velocidad?

—… No necesito mi poder para hacer esto.

Sentí un dolor agudo en mi hombro luego de escuchar un disparo al lado de mi oído, y no tardé en sentir sangre escurriendo por mi brazo. Vi que a Asher se le derrumbaba la sonrisa por primera vez y su expresión se volvió sombría, hubo algo en sus ojos que me causó un escalofrío horrible, pese a eso, tuve la sensación de que la chica a mis espaldas no sintió el más mínimo temor.

Asher colocó su mano sobre la ventana y el vidrio que había allí crujió y desapareció dentro de su mano, luego volvió a salir en forma de cuchillos desde sus palmas, y entonces caminó de forma amenazante hacia nosotras sin dejar de mirar con sed de sangre a Hannia.

—Dente, Asher —pedí con fingida calma—. Si te acercas más, te tocaré y anularé tu poder.

—Pero esa mujer te hirió —dijo sin apartar sus ojos de Hannia—, si Esteban se entera, el estúpido que te dejó escapar morirá, y a Blaise le agrada.

Giré mi cabeza hacia ella—. Tú eres Hannia, ¿cierto?

Ella me miró un poco sorprendida—. ¿Conoces mi nombre?

Regresé mis ojos hacia Asher—. Definitivamente no puedo dejar que la mates, si tratas de poner tus manos sobre ella, tendrás que pasar sobre mí, y no creo que quieras perder tu poder. Pero si nos dejas ir, iré a la enfermería de mi escuela para atender mis heridas y te prometo que no dejaré que Esteban se entere de esto.




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