Ojos Color Violeta.

Cap. 31: Soy completamente mortal.

Capítulo 31: Quien heredó los ojos violetas, parte XXXI.

Soy completamente mortal.

A la mañana siguiente, me levanté de mi cama y caminé directo hacia el espejo, todavía me costaba un poco trabajo creer que la noche anterior había llorado como vil niñita incluso después de llegar a casa, pero el reflejo del espejo me dijo que había sucedido, y de paso, también me recordó que, de alguna forma inesperada, había besado a Damián.

—¿Qué clase de chica tímida eres para sonrojarte solo por recordar un estúpido beso? —le pregunté a mi reflejo.

Una hora más tarde, luego de haber desayunado y llenado una mochila con algunas prendas de ropa, bajé las escaleras, crucé la sala y abrí la puerta que daba al patio, en donde había un amplio camino de piedra que iba desde la puerta de la mansión y terminaba en portón que daba a la calle.

Puse mis pies sobre ese camino de piedra pensando que esa sería la última vez que caminaría por él, una vez estuve afuera, me acomodé mi mochila y comencé a correr, de inmediato sentí la presencia del tipo que solía seguirme, y cuando estuve por girar en una esquina, me detuve y me di la vuelta para ver dónde demonios estaba ese tipo, normalmente él se mantendría oculto y desaparecería tan pronto yo tratara de encontrarlo, pero aquella vez no estaba sola.

Escuché el ruido de algo grande, pesado y metálico cayendo desde el otro lado de calle, cuando puse mi mirada en esa dirección, vi que la puerta de un auto negro había sido desprendida y los gemelos trataban con todas sus fuerzas de sacar al conductor del auto, corrí hacia ellos porque necesitaba tocar al clon para deshacerme de él y así seguir manteniendo mi farsa de que solo podía anular poderes si teníamos contacto físico, aunque debo admitir que en parte también corrí porque estaba un poco ansiosa por verle la maldita cara, pero para mi desgracia, no tuve oportunidad de hacer nada, pues el clon se esfumó tan pronto vio que yo me acercaba.

El plan de alguna forma había sido un éxito porque hice que el clon desapareciera, pero no podía quitarme el sabor a decepción de la boca mientras caminaba hacia el auto del señor Paris que estaba estacionado a una cuadra después y nos dirigimos hacia la ciudad Adelfi. Ese día, Andrés había quedado de verse con Rookamieh en un restaurante, por lo que una hora más tarde, entramos a ese mismo restaurante y nos sentamos en una mesa cercana a la de ellos.

—¿Qué te parece si te ayudo con tu problema amoroso? —le preguntó Alma a Andrés con una voz insoportablemente melosa—. A este ritmo tu relación con Miller seguirá siendo la misma, ¿no crees? Apuesto a que son demasiado cercanos y se sienten cómodos, ninguno quiere que cambien las cosas, esto puede sonar simple, pero para crear una chispa en la relación pienso que la aparición de un rival es lo más efectivo, estoy segura de que ella se sentirá inquieta si viera que nos estamos llevando bien.

Andrés chasqueó la lengua—. ¿Eres idiota? ¿Quién haría ese tipo de cosas sin sentido?

—¿Qué es lo que te asusta? —inquirió sonriendo.

Suspiró con cansancio—. Escucha, ningún sujeto dejaría que la chica que quiere se sienta inquieta. Quiero ver su rostro feliz, si tengo que mentirle a Anabel, prefiero que sea una mentira que pueda hacerla feliz. Así que, así lo tienes, pasaré de tu oferta.

—… Bueno… ¿y qué te parece ser amigos sexuales?

—¡Demonios, no! —Miró hacia la mesa de al lado y se percató de nuestra presencia, entonces soltó un suspiro de alivio—. Hey, ve al baño a refrescarte la cabeza, en serio quiero que seamos amigos, por supuesto no sexuales, así que enfría tu calentura y vuelve cuando estés más tranquila.

Alma esbozó una sonrisa traviesa—. Está bien, sirve que retoco mi maquillaje.

Luego de que Alma se levantara de la mesa, esperé a que se alejara unos pasos para seguirla al baño junto con el señor Paris, aunque éste se quedó parado frente a las puertas para entrar hasta que yo le dijera que estaba despejado. Entré al baño y vi a Alma vaciando una bolsa de maquillaje en los lavabos para tomar uno de los cientos de labiales que tenía dentro y con el cual pintó sus labios, yo caminé hacia los baños y me asomé debajo de las puertas para ver si había alguna chica dentro.

—Todos los baños estás desocupados —aseguró Alma con una sonrisa burlona—, escoge el que quieras.

—Gracias. ¡Hey, señor Dwelly, está despejado!

El señor Paris atravesó la puerta y antes de que Alma pudiera preguntar qué hacía un hombre en el baño de damas, él la tocó con su dedo en el brazo y la convirtió en humo, luego procedió a meterla en un frasco mientras yo montaba guardia en la puerta del baño, y finalmente regresamos a las mesas.

—Mira, ella es Dalila —me presentó Andrés a una chica que de inmediato reconocí como Emily.

Ella sonrió—. Sí, lo supuse cuando llegó. Yo estaba en esa mesa del fondo —explicó señalándola—, era muy gracioso ver la cara aterrada e incómoda de Andy cada que Rookamieh se le insinuaba, y desde esa mesa tenía una vista perfecta.

Andrés la fulminó con la mirada—. No fue divertido, te digo que me propuso ser amigos sexuales —suspiró—. No sé si habría podido aguantarla por más tiempo.

—Bueno, nosotros tenemos que irnos rápido —comenté—, Esteban ya debe saber que estoy huyendo con mi abuelo.




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