Capítulo 55: Quien mejor guarda secretos, parte XVIII.
Ambos la matamos.
Luego de que el señor Shawn aceptara ir con nosotros, nos dijo que esperáramos en el auto mientras él empacaba lo necesario, y cuando estuve a punto de llamarle a Dalila para que ella y Leonardo regresaran, el señor Ignacio me detuvo, se subió al auto y me hizo una señal para que yo me sentara en el asiento del copiloto junto a él.
—Todos dicen que eres bueno guardando secretos —me dijo amablemente—, espero que este caso no sea la excepción.
—Por supuesto que no lo será, además… ni siquiera entendí muy bien lo que sucedió —confesé riendo con torpeza.
—Shawn fue amable y me dijo que quería hablar a solas conmigo porque sabía que yo no soportaría que la imagen que Dalila tiene de mí se manchara. Emanuel, ¿qué piensas de mí? ¿Crees que soy un hombre amable y compasivo?
Le sonreí—. Seguro, usted es un buen hombre.
—Sí… tal vez ahora lo soy, pero no siempre fui así.
Lo miré curioso—. ¿A qué se refiere?
—Me refiero a que soy un buen abuelo… pero fui un pésimo padre.
(Universo 3, 71 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)
El señor Ignacio era un joven de 18 años cuando entró a la Universidad de la ciudad Thanato, en la facultad de administración y contaduría, por esa época, un amigo le pidió ayuda para que trabajara como mesero durante una semana en un restaurante cerca de la universidad, y decidió quedarse a trabajar medio tiempo por un rato más después de conocer a una guapa mesera ahí.
Su hermana, Matilde, quien asistía a la facultad de arte, iba seguido a comer a ese restaurante junto con sus amigas, decía que la comida de ese lugar era tan buena que podía soportar el hecho de que su hermanito coqueteara abiertamente con sus amigas enfrente de sus narices y ellas le siguieran el juego porque, de hecho, lo encontraban lindo.
Mientras estuvo ahí, el señor Ignacio pudo ver de cerca cómo un joven de cabellos rubios llegaba al restaurante siempre los mismos días y a la misma hora a la que iba su hermana Matilde, también notó como el joven siempre trataba de conseguir una mesa cercana a la de Matilde, y se sentaba en una silla en la que podía verla de frente, y así sonreír como un tonto y sonrojarse cada vez que veía a Matilde reír.
Ese joven de cabellos rubios, era el señor Alan a sus 21 años, un estudiante de la facultad de ingeniería, un joven que se había enamorado a primera vista de Matilde, y que supo ganarse la amistad de ella luego de observarla de lejos por medio año, e incluso la del señor Ignacio, quien en un principio se había convertido en un hermano celoso que no había querido tratarlo.
(Universo 3, 72 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)
Un año después, el señor Alan se graduó de la universidad y desapareció sin decirle nada al señor Ignacio o a su hermana Matilde, ya muchos años después, el señor Ignacio se enteró que él había desaparecido para ayudar a su padre a prepararse para la 2da batalla que lideraría contra REVENISH para recuperar a su madre, Miriam.
(Universo 3, 75 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)
Luego de 3 años, se llevó a cabo la batalla que le costó al señor Alan perder de nuevo a todos sus amigos y compañeros, ocurrió en el mes de mayo en la ciudad Thanato, misma ciudad en la que se ubicaba la universidad del señor Ignacio, y, de hecho, él estaba en clases en ese momento, jamás se imaginó que en algún lugar cercano de ahí se estuviera llevando a cabo una masacre.
Unos meses después, cuando un nuevo ciclo escolar comenzó, el señor Ignacio conoció a su futura esposa, él se había quedado un año más en la universidad para realizar su servicio social, y Vanesa Roger había podido ingresar por fin luego de fallar el examen dos veces, se conocieron porque el señor Ignacio trabajó como ayudante de profesor de una de las clases de ella, fue así como la magia comenzó.
El señor Ignacio pensó que su encuentro era algo destinado, no tuvo ojos para nadie más y consideraba hermosos todos los días que pasó al lado de ella, de verdad había caído en un inexplicable y profundo amor por Vanesa, pensó que para ella era lo mismo, por eso le pidió matrimonio un año después, y cuando ella se embarazó, pensó que se convertiría en el hombre más feliz y afortunado del mundo. Pero él era ingenuo, ignoraba la verdad detrás del «amor» que su esposa decía tenerle, no sabía que ella en realidad no tenía interés en él, sino en su sangre, sangre que corría por las venas del bebé que llevaba en su vientre, sangre que le daba la esperanza a Vanesa de que ese niño o su descendencia heredara un poder muy valioso que Simona Aboulker, la primera líder de REVENISH, siempre deseó.
Vanesa Roger era la hija de Tahiel Roger, el segundo líder de REVENISH, nació y creció entre personas que eran consideras por otros como las personas más despreciables y temidas de los bajos mundos, desarrolló al igual que su padre un gran respeto y admiración por Aboulker, quien, aunque ya no era la líder, siguió perteneciendo a REVENISH, e hizo todo lo que estuvo a su alcance para buscar a la persona que tenía el poder especial que Aboulker buscaba, y por el cual fundó REVENISH.