Ojos Color Violeta.

Cap. 60: ¡Tenemos que ir a salvarla!

Capítulo 60: Quien mejor guarda secretos, parte XXII.

¡Tenemos que ir a salvarla!

Eran aproximadamente las 6:00 de la mañana cuando Ale y yo caímos dormidos en la sala de computación del primer piso subterráneo, habíamos pasado toda la noche investigando y recopilando datos, entonces descubrimos algo sorprendente. Tras encontrar varias fotos de Catalina Eisenhide junto al mismo chico, descubrimos que el nombre de ese chico es Jared Leiva, el padre de Anabel Miller, curiosamente no había mucha información del señor Leiva antes de su matrimonio con la señora Miller, pero Ale se las arregló para encontrar la dirección de la casa en la que el señor Leiva vivió su niñez, y resultó ser la dirección de una casa bastante cercana a la de Catalina.

Revisando fotos más antiguas, vimos que, en efecto, Catalina y el señor Leiva se conocían desde pequeños, era curioso ver cómo al pasar los años, las personas que aparecían en las fotos de Catalina cambiaban excepto por el señor Leiva, entonces nos vino a la cabeza la sospecha de que el señor Leiva bien y pudo haber sido el hombre del que Catalina se enamoró. Y eso nos llevó a pensar que… ¿Anabel podría ser aquel bebé del que Catalina estaba embarazada antes de que muriese? Si era así, eso significaba que Anabel era media hermana de Dalila y Melisa.

Cerca de las 10:00 am, me desperté por el ruido que el señor Alan y el equipo encargado de preparar la base para una batalla estaban haciendo, desperté a Ale, quien estaba medio muerto en una silla con la boca abierta, y le dije que iría a hablar con el abuelo de Dalila para que me confirmara si Jared Leiva tenía una relación amorosa con Catalina.

—¿Uhm…? Sí… Jared y Catalina incluso iban a casarse después de que naciera el bebé —me dijo el señor Ignacio, quien no entendía por qué le había preguntado sobre el señor Leiva.

—¿Y no sabe qué pasó con el bebé? —inquirí levemente emocionado.

Arqueó una ceja—. Murió junto con Catalina. Jared dijo que tanto el bebé como Catalina habían muerto en el parto, ahora sabemos que lo que en realidad sucedió es que Esteban los mató a ambos, pero supongo que Jared dijo aquello por temor a lo que Esteban pudiera hacerle a él si decía la verdad.

Me llevé una mano a la cabeza y me pasé los dedos entre el pelo—. O quizás el bebé no murió y el señor Esteban lo desconocía, entonces el señor Leiva pudo haber dicho que el bebé había muerto para que el señor Esteban no lo matara.

—Oh… no lo había pensado, pero puede ser verdad —admitió con sorpresa.

—Es que todo cuadra —dije con firmeza—. Luego de que nacieran Dalila y Melisa, el señor Esteban dejó a Catalina, y un año después, el señor Esteban descubrió que Catalina estaba embarazada, o sea que la diferencia entre Dalila y ese bebé es de un año, teniendo en cuenta eso, ese bebé debería tener ahora 21 años.—Miré al señor Ignacio a los ojos—. ¿De casualidad recuerda el mes en que falleció Catalina?

—Si no mal recuerdo… fue a finales de septiembre.

Di un salto de alegría—. ¡El cumpleaños de Anabel es el 28 de septiembre! Emily me lo ha mencionado varias veces.

—¿Anabel? ¿Te refieres a Anabel Miller? —preguntó confundido—. ¿Ella qué tiene que ver?

—Así que usted no lo sabía. Anabel Miller es hija de Jared Leiva y este año cumple 21 años.

Él abrió los ojos con sorpresa y dejó caer su mandíbula—. Estás diciendo que… ¿Anabel Miller es la tercera hija de Catalina?

Asentí con fuerza—. Justo eso.

Luego de hablar con el señor Ignacio, regresé a la sala de computación para informarle a Ale que nuestras sospechas eran ciertas, sin embargo, Ale ya no se encontraba ahí, entonces subí al 2do piso para buscarlo en su habitación, pero tampoco se hallaba ahí, di varias vueltas por los lugares en los que creí que estaría hasta que me di cuenta de lo estúpido que soy y utilicé mi poder, pero no pude encontrarlo por ninguna parte.

Cuando llegó la hora de la comida, todos nos reunimos en el comedor, esperaba poder ver a mi amigo ahí, pero para mi sorpresa, Ale, Aylin y Elián eran los únicos que faltaron a comer, entonces me llené de un muy mal presentimiento, y no era el único, Dalila, quien estaba sentada al lado mío, me expreso también su preocupación.

—Anoche, cuando Andrés y yo realizamos los primeros interrogatorios, no pudimos hallar como tal al traidor —me contó ella con su habitual cara seria—, pasamos a Hannia, a Paris, a ti, a Emily, a Alexander, a Katia y a Elián, ninguno de ustedes tiene en sus recuerdos a Esteban o algún otro miembro de los Vestigios de REVENISH, pero Elián… Andrés se esforzó mucho por ver los recuerdos de él, incluso los que Elián no recuerda, y solo logró obtener uno.

La miré intrigado—. ¿Entonces Elián es el traidor?

—… El recuerdo que obtuvo Andrés es de la niñez de Elián, de cuando él presenció cómo un ladrón entró a su casa y asesinó a sus padres.

Hice una mueca—. Ese no debe ser un lindo recuerdo.

—Seguro que no. —Suspiró—. Al final, sin poder encontrar más recuerdos, el mismo Elián dijo que, aunque no lo recordaba, creía que él era el traidor, era el más sospechoso de todos, dijo que estaba seguro de que el recuerdo de su unión a los Vestigios de REVENISH debía de estar resguardado entre esa tonelada de recuerdos ocultos. Yo también lo creo, y tengo la impresión de que tú también.




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