Capítulo 68: Quien mejor guarda secretos, parte XXIII.
Prefiero que muera ella.
(Universo 3, 120 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)
—Cálmate, Andrés, ¿por qué dices que tenemos que ir a salvar a Anabel justo ahora? —le pregunté mientras Dalila y yo corríamos detrás de él hacia el elevador.
—¡Porque vi los recuerdos de Leonardo! —respondió sin dejar de correr—. ¡Elián no se fue porque no quería hacernos daño! ¡Se fue porque ya puede capturar a Anabel!
—¿Podrías transmitirnos sus recuerdos para que nosotros entendamos también? —le pidió Dalila.
—¡¡¡No!!! —Se detuvo y se giró para verla a los ojos—… Yo estaba de tu lado Dalila… te juro que apoyaba tu deseo de que tu abuelo, Leonardo y Emanuel te dijeran todo lo que te están ocultando, pero ahora que yo lo sé, te lo juro por lo más sagrado que tengo, te lo juro por Anabel y Renata, lo mejor para ti es que nunca sepas nada de lo que te esconden, incluso —, se giró hacia mí—, esta vez ni siquiera puedo confiarte a ti los recuerdos de Leonardo.
Dalila y yo lo miramos en silencio mientras él continuaba corriendo hacia el elevador, probablemente en busca del señor Alan para ver si le daba permiso de llevarse con él a alguien para ir a rescatar a Anabel. Al final el señor Alan les dijo a los gemelos, a Aylin y a Paris que acompañaran a Andrés, el resto nos quedamos por si los Vestigios de REVENISH llegaban a atacarnos.
—¿A dónde fue Andy? —preguntó Emily cuando llegó a la sala de juntas luego de que el abuelo de Dalila nos llamara ahí.
—Fue a buscar a Anabel —respondió Dalila, quien ya se encontraba sentada entre su abuelo y yo.
Ella hizo una gran sonrisa—. ¿¡Anabel apareció!? —Llegó hasta una silla dando alegres saltitos y tomó asiento.
Poco después, el señor Alan atravesó la puerta con Salma detrás de él, quien la cabeza agachada, parecía que había sido obligada a salir de su habitación, se sentó en una silla cerca de la puerta, pero el señor Alan colocó su mano sobre el hombro de ella, y cuando Salma levantó la cabeza para mirarlo, él señaló las sillas vacías junto al resto de nosotros, eso me dio la impresión de que el señor Alan estaba dándole a entender que no la dejaría escapar.
—Bien, ya estamos todos —dijo el abuelo de Dalila cuando el señor Alan se sentó a su derecha—. Hace unos momentos, Andrés nos informó a Alan y a mí que, al realizar el interrogatorio de Leonardo, descubrió que éste estaba en constante contacto con mi nieta Melisa
—Oh... entonces Leonardo era el traidor —dijo Hannia con sorpresa.
El señor Ignacio negó con la cabeza—. No, nada de eso. Tengo que confesarles que yo… yo sabía que Leonardo y Melisa se comunicaban cada viernes.
Dalila miró a su abuelo con molestia—. Por eso se encerraba en tu habitación, ¿puedo saber por qué lo permitías?
—Porque Melisa es la espía que me ha pasado información sobre los Vestigios de REVENISH, pero tampoco es como que ella pueda informarme sobre todo, al parecer hay cosas que Esteban solo se las confía a Bernardo, Dean y Blaise. Melisa y Leonardo están de nuestro lado, quieren detener a mi hijo, pero… Andrés descubrió que Melisa le pidió Leonardo que pusiera en la sala de computación el virus que puso bajo su control los sistemas de seguridad del C.I.
—¡Nos traicionaron! —gritó Emily golpeando la mesa con los puños.
—Si esa niña fuera una traidora, lo habría hecho desde hace mucho tiempo —comentó el señor Alan—, estando Leonardo aquí, Melisa siempre supo la ubicación del C.I., pero no hizo que los Vestigios de REVENISH nos atacaran, y al parecer, la amenaza que nos hizo Melisa no tuvo que ver Esteban, ella lo hizo por su cuenta junto con Blaise y Leonardo, debe haber tenido una buena razón para haber hecho eso.
—¿Y cómo se enteró de dónde ir a buscar a Miller? —preguntó Katia.
—Yo iba a preguntar lo mismo que Katy —dijo Emily cruzándose de brazos—. Es muy sorprendente saber todo esto, pero, ¿cómo supo Andy dónde está Ani? ¿Leonardo lo sabía?
—No precisamente —respondió el abuelo de Dalila—. Andrés nos dijo que Elián, quien para nuestra desgracia es un miembro de los Vestigios de REVENISH, fue enviado aquí con órdenes precisas.
—No sé si sepan acerca del poder de Tahiel Roger —habló el señor Alan mientras se peinaba sus largos cabellos blancos hacia atrás—, ese hombre puede manipular a la gente con los argumentos más absurdos, si él dice que como está soleado, Emanuel puede volar, Emanuel creerá firmemente que tendrá el poder de volar.
—¿Su amnesia se debía a eso? —inquirió Dalila arqueando una ceja.
El señor Alan asintió—. Tahiel le dijo a Elián que él no recordaría nada enfrente de nosotros a excepción de su nombre, y él realmente no lo hacía, porque no podía recordar, ese el alcance del poder de Tahiel.
—Increíble —susurramos Katia y yo.
—Debido a su amnesia, todo lo que Elián vivió aquí fue real —aseguró el señor Ignacio—, las relaciones que forjó aquí fueron reales… pero por supuesto, Elián no podía quedarse aquí para siempre, él vino aquí con un propósito, y ese era encontrar información sobre Anabel. Así que, Elián tenía la orden de regresar con los Vestigios de REVENISH cuando viera que podía encontrar a Anabel y llevársela a Esteban.