Ojos Color Violeta.

Cap. 86: Conoces el futuro.

Capítulo 86: Quien heredó los ojos violetas, parte XXXIII.

Conoces el futuro.

—Presi, ¿podrías quedarte conmigo un momento? —me preguntó Emanuel luego de las actividades del consejo estudiantil.

Estábamos a finales de mayo, faltaba poco para que yo me marchara de Kleidi, y durante esa época solía regresar a casa con Damián todos los días, así que luego de que Emanuel lo corriera de la sala del consejo para que nos quedáramos a solas, tomé asiento en una de las sillas y esperé a que mi vicepresidente se sentara frente a mí.

—Ayer fui a Adelfi con Alexa para ver a Emily y a los otros dos —me informó—, y Andrés me dijo que el señor Halffter había accedido a verme.

—Así que, ¿hablaste con él? —pregunté curiosa.

Él se rio levemente—. Te recuerdo que es imposible hablar con el señor Halffter sin que el tío de Andrés nos escuche por la marca que le puso en la espalda. Estuvimos comunicándonos a través de mensajes de texto, fue extraño mandarnos mensajes siendo que estábamos cara a cara, pero pude explicarle nuestra situación, y aceptó ayudarnos a que Andrés, Emily y Anabel vengan al C.I. con nosotros.

Lo miré con duda—. ¿Qué le dijiste para que aceptara tan fácil?

—Uhm… en realidad —, desvió la mirada y se llevó una mano al cuello—, el señor Halffter aceptó… pero no ha aceptado.

—¿A qué te refieres?

—Eso… es porque necesito la ayuda de —, bajó la mirada y negó con la cabeza un par de veces—… lo siento, quiero consultar con tu abuelo y la persona que quiero que me ayude si puedo decírtelo, y estoy casi seguro que esa persona se negará, aunque en sí solo es un presentimiento, si te soy honesto, nunca he hablado con ella.

—… Me imagino que te estás refiriendo a la espía que está infiltrada entre los Vestigios de REVENISH. —Miré a Emanuel tragar saliva y así obtuve la confirmación de mi sospecha—. Así que el espía es una mujer.

—Casi olvido lo horriblemente buena que eres deduciendo hechos —dijo entre risas nerviosas.

Me encogí de hombros—. No se me ocurrió nadie a parte del espía que podría ayudarte a convencer al señor Halffter de ayudarnos y que no me puedas decir de quién se trata. Y bueno, ¿cómo vas a consultar con el espía si puedes informarme sobre ella si nunca han hablado?

Se forzó a sonreír—. Conozco a alguien que está en constante contacto con la espía, y déjame decirte que hace poco me prometió una reunión con ella —, agachó la cabeza a la vez que su falsa sonrisa se desvanecía—, es extraño, yo… por muchos años me pintaron a esa persona como un ser hecho de pura maldad, pero yo jamás pude odiarla, así que cuando me enteré de que ella era la espía, tuve que hacer grandes esfuerzos para ocultar mi alivio y felicidad.

—¿Te gustaba?

Él levantó la cabeza rápidamente para verme a los ojos—. ¿Qué? ¡No! No, pero… admito que ella me importa más de lo que debería, y eso está haciendo que mi reunión con ella me esté poniendo muy nervioso. —Se encogió de hombros y sonrió—. Pero la única en mi corazón es —, desvió la mirada hacia la ventana y sus ojos se tornaron tristes—… aunque ya da igual, Katia confirmó mis sospechas esta mañana, Dánae comenzó a salir con su amigo de la infancia. Dalila, asegúrate de atesorar muy bien tus recuerdos con Damián, al menos por los siguientes 5 años luego de que te vayas de Kleidi, no podrás volver a disfrutar de su compañía. —Se puso de pie y colocó una mano en mi hombro mientras sonreía—. Vámonos, te apuesto a que él debe estar esperándote en la entrada.

Luego de un año, ya me había acostumbrado completamente al Emanuel con la mentalidad de un hombre que ha vivido 23 años, pero a veces seguía prefiriendo un poco más al Emanuel de mi edad, ese no me trataba como una niña ni me ocultaba cosas, aunque Emanuel me dijo que, al parecer, eso último era algo de lo que mi yo futuro también se quejaba.

Pero lo que más me molestaba de Emanuel, era que siempre intentaba cargar él solo con muchísimas responsabilidades, me hacía sentir que no era suficiente para merecer su confianza, y por eso me enojaba mucho cuando decía que yo era su mejor amiga, no me gustaba ser consciente de que él sabía todo sobre mí, mi pasado, presente y futuro, pero Emanuel no dejaba que yo supiera de él más de lo necesario.

Sin embargo, pese a lo poco empática que podía llegar a ser a veces, no era tonta, y una vez comencé a prestarle atención a Emanuel, fui capaz de notar muchas cosas incluso si él no las hablaba conmigo, como de lo mucho que estaba sufriendo al haber regresado al pasado.

Alexa me explicó una vez que, cuando ella tomó control del cuerpo de Alexander, incluso si Emanuel no decía nada, era obvio que le entristecía ser el único que recordaba los buenos momentos que vivió con su mejor amigo. Pero este Emanuel que de pronto me confesó un día no tener 15 años sino 22, ahora no solo tenía que aguantar que su mejor amigo no recordara momentos importantes, sino a todos a su alrededor.

Y si no fuera suficiente ser el único que experimentó lo que fuese que quería evitar que nosotros experimentáramos, Emanuel tenía que decidir con mucho cuidado las acciones a tomar, incluso si algunas de dichas acciones iban en contra de sus deseos, como alejar a la persona que amaba y ver cómo ella hacía su vida con otro cuando él tenía recuerdos en donde ellos dos estaban juntos.




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