Capítulo 88: Quien heredó los ojos violetas, parte XXXV.
Es verde.
Unos días después, durante el almuerzo, Emanuel me dijo que a principios del siguiente mes tendríamos que ir a la ciudad Trela con Alexander y Andrés, porque ese día conoceríamos a un nuevo miembro del EAI.
En los recuerdos de Emanuel, Katia usaba su poder para que Alexander y yo saliéramos de Marilyn sin que Nael Halffter se diera cuenta, pero esto ya no era necesario, Emanuel había «hablado» con el señor Halffter sobre aquella salida y el señor le confesó que su trabajo era estar cerca de mí, más no reportarle a Esteban qué hacía, a dónde iba, y con quién, a menos que yo estuviera expuesta a una situación riesgosa.
—… ¿Qué tonterías son esas? —le cuestioné confundida a Emanuel cuando me lo dijo—. Eso casi hace parecer que le preocupo a Esteban.
—Si me lo preguntas a mí, pienso que no le debe de ser indiferente tu seguridad a tu padre, o al menos debe tener sus razones para no querer que seas expuesta. —Bajó la mirada al recordar la infancia de Esteban, quería decirme que mi padre no siempre había sido malo, pero, una vez más, no pudo hacerlo porque implicaría hablar sobre la muerte de Matilde Eisenhide.
—Bueno, entonces, si es que es completamente confiable lo que dice el señor Halffter, puedo ir a Trela sin necesidad de pasar todo ese complicado plan, ¿cierto? Puedo simplemente ir a Trela desde mi casa.
Emanuel asintió—. Sí, pero igual tenemos que aparentar que escapaste en frente de las narices del señor Nael sin que él lo supiera, porque él no habría dejado que te dirigieras a esa ciudad el mismo día en que Asher y Blaise tenían una misión por temor a un enfrentamiento, que es justo lo que pasó. Así que, aunque no tenemos que escapar del señor Nael, lo haremos.
En sí, Emanuel quería que recreáramos por completo ese día, aunque con algunas modificaciones, ya que Katia y Emanuel irían también, y el señor Paris estaría con nosotros desde el principio, porque a diferencia de como Emanuel lo recordaba, no íbamos a una misión para recolectar información, íbamos a una misión para rescatar a la señora Hilda Sockovar, la persona más preciada para Hannia Scheck.
Llegamos a la casa de la señora Sockovar el día indicado, aunque aparentemente sin el señor Paris, Emanuel y Katia, pues eran invisibles, la señora Sockovar nos dio las pruebas que necesitábamos para encontrar a Alma Rookamieh, culpable de varios asesinatos, y un rato después, Asher y Blaise aparecieron en la casa.
Por petición mía, Andrés se llevó a la señora Sockovar para huir con un señor Paris invisible detrás de ellos, así, para cuando Blaise se escabulló y fue en su búsqueda, el señor Paris, quien se había vuelto visible de nuevo, ya los había metido en unos pequeños frascos.
En cuanto a nuestra pelea con Asher, todo pasó como tendría que haber transcurrido, pero Alexander, quien tendría que haber ido detrás de Blaise, se quedó para utilizar su telequinesis e inmovilizar aunque sea un poco a Asher, eso nos dio tiempo de acabar de ganar la confianza de Hannia y mostrarle que no éramos una amenaza, para así, sin ningún problema, desaparecernos de la vista de Asher con el poder de Katia que ahora nos afectaba a todos menos a él, y ya cuando estuvimos lo bastante lejos, Alexander pudo relajarse y dejar a Asher libre de su telequinesis.
Lo último que nos quedaba por hacer era reunirnos con el señor Paris utilizando el poder de Emanuel, y una vez todos reunidos, el señor Paris nos metió a todos en un frasco, excepto a Emanuel quien tenía el trabajo de hacerle compañía, y se dirigieron al C.I.
—Así que… me están diciendo que ese niño de ahí —, Hannia señaló a Emanuel con indiferencia—, sabe el futuro y es por eso que pudieron rescatar a Hilda, pero si sabía el futuro, ¿no pudo sacar a Hilda y ponerla a salvo desde mucho antes para no exponerla a esos lunáticos?
—¿Tú hubieras aceptado que nos lleváramos a la señora Sockovar si no hubieras visto con tus propios ojos a Asher y a Blaise? —cuestionó el señor Paris saliendo en defensa de Emanuel.
Hannia desvió la mirada e hizo una mueca porque seguramente no habría aceptado que pusiéramos a salvo a la señora Sockovar si ella no estaba segura que teníamos que ponerla a salvo—. Solo tengo una pregunta… es una pregunta más por curiosidad que por otra cosa —dijo ya con un tono mucho menos a la defensiva—, ¿cómo es que ese niño sabía la fecha exacta de cuando esto iba a ocurrir? Al menos yo no tengo tan buena memoria para recordar los días precisos de mis misiones importantes de hace años.
—Bueno, no es como que tenga una memoria privilegiada como Dalila o Ale —admitió Emanuel riendo ligeramente—. Antes de viajar en el tiempo, medité mucho las acciones que tomaría al viajar al pasado con Dalila, Ale, Katia, Cristopher, Salma, el señor Ignacio y el señor Alan, y mientras garabateábamos en un papel los sucesos importantes que debían de evitarse, Katia fue la responsable de ponerles fecha, ya que ella lo escribía todo en su diario. Así que me la pasé todos los días previos al viaje memorizando las fechas porque no podía llevarme aquella hoja conmigo, y ya cuando regresé al pasado, luego de arreglar un par de asuntos, me dediqué a transcribir todo lo que había memorizado en una libreta.
Las semanas siguieron transcurriendo hasta que llegó el final del semestre, no hubo como tal ningún cambio de lo que se suponía que debía suceder en los recuerdos de Emanuel, incluso recuerdo lo mucho que me estuvo molestando cuando con una sonrisa burlona me preguntó si disfruté de la escena románticamente dramática, digna de una película según él, que protagonicé con Damián cuando me despedí de él.