Capítulo 90: Quien odia tener debilidades, parte II.
Un niño fantasioso.
Los Vestigios de REVENISH era una organización que recién acababa de empezar, Bernardo me contó que él había decidido seguir a Esteban luego de que éste asesinara a su esposa, Hana, de la forma en que ella deseaba serlo, pero Esteban desapareció por un tiempo, y cuando lo volvió a encontrar, dio todo de sí para prepararle el camino hacia un futuro en el que Esteban Eisenhide reinara las sombras para conseguir lo que sea que quisiese.
Sin embargo, Esteban no estaba muy convencido al principio, no parecía con muchas ganas de ser el líder de una organización que causara el terror que causó REVENISH, de hecho, según el doctor Dean, tampoco parecía con muchas ganas de seguir con vida, pero resulta que él tiene dos hijas de las que casi se olvidaba por fantasear con el suicidio, y un mes antes de que me uniera a ellos, una persona se metió a la casa de Esteban y secuestró a una de sus hijas, así que Esteban recobró las ganas de vivir, aceptó liderar una organización criminal, y fue junto con Bernardo y el doctor Dean a matar al secuestrador de su hija para recuperarla.
Bernardo se había dedicado a investigar a Esteban a fondo cuando tuvo la oportunidad de reencontrarse con él, de esa forma conoció su conexión con REVENISH, pues Esteban resultó ser el nieto de Tahiel Roger, así que cuando Esteban aceptó ser el líder de un grupo criminal, Bernardo lo convenció de buscar a su abuelo para ganar fama y poder.
En sí, aunque Esteban era el «líder», la mayoría de las acciones eran pensadas y planeadas por Bernardo, luego le contaba sus planes a Esteban y lo convencía de que le convenía hacerle caso, y ya que el «líder» daba su aprobación, Bernardo ejecutaba los planes. Así que en ese entonces solía pensar en Esteban como un mero adorno más que en un líder, aunque eso fue cambiando poco a poco.
Luego de llegar a la base, me pusieron al tanto de lo anterior y también de las acciones que estarían tomando a partir de ese momento. Ellos seguirían buscando a los antiguos miembros de REVENISH, pero al mismo tiempo el doctor Dean estaba trabajando en una máquina que permitiría ubicar a las personas con poderes, yo tenía que ayudarlo a construirla, y una vez estuviera lista, comenzaríamos a secuestrar personas con poderes, aunque, por recomendación de Bernardo, se decidió que las personas secuestradas debían de ser niños menores de 12 años, pues eran más fáciles de manipular y convertirlos en perros que obedecieran órdenes por el bien de los deseos de Esteban sin dudar.
(Universo 4, 100 años desde el nacimiento de los hijos de Junuem)
Cuando la máquina estuvo lista, Esteban me hizo acompañarlo para probarla, fuimos la ciudad Nero, una ciudad vecina de Dynami, lugar donde estaba nuestra base, y la máquina se activó cuando estuvimos cerca de una casa de dos pisos de color azul.
—No hay nadie en la calle que nos pueda ver, ¿cierto? —preguntó Esteban mientras miraba hacia todos lados, aunque no estuve muy seguro de si me lo preguntó a mí o se lo dijo a él mismo.
—Creo que no hay nadie —comenté luego de dar también un vistazo a la calle.
Esteban dio un último vistazo antes de pasar su brazo alrededor de mi cintura para cargarme, lo cual me tomó un poco por sorpresa, pero ni siquiera tuve tiempo de pedirle que me bajara, pues dio un par de pasos hacia atrás, corrió hacia la pared de la casa azul y saltó lo suficientemente alto como para que la mano que tenía libre pudiera agarrarse del techo del segundo piso, y luego de lanzarme a la azotea, él se subió también.
—Quédate aquí —dijo con voz anodina—, voy por la persona con poderes.
—Espera, ¿y si no es un niño?
—Da igual, si no podemos convencerlo de unirse a nosotros, Dean puede utilizarlo como conejillo de indias. —Le dio una patada la puerta que daba acceso al interior de la casa y entró.
Me senté en una esquina y esperé el regreso de Esteban, no tardé mucho en oír gritos desde el interior de la casa y recordé aquellas horribles garras negras, con las que había visto a Esteban asesinar antes en un callejón de Bromia, lo que provocó que mi corazón se estremeciera un poco de miedo, y un rato después, escuché pasos subiendo las escaleras, era Esteban arrastrando el cuerpo de un hombre.
—¿Mataste a su familia? —pregunté al ver la gran cantidad de sangre que escurría de sus manos.
—Él dijo que no podía dejar sola a su familia —, se encogió de hombros—, ahora ya no tiene de qué preocuparse. Tengo las manos ocupadas, así que, ¿podrías subir a mi espalda?
—Solo estoy siendo una carga —dije con indiferencia mientras saltaba para sujetarme a la espalda de él—, ¿para qué me trajiste?
—Fue apenas tu primera misión, con el pasar del tiempo iré dejando que te encargues de más y más cosas, pero justo ahora eres tal como dijiste, una carga.
—¿Así que me enseñarán a usar armas? Porque mi poder no me sirve para pelear.
—Supongo que aprenderás a usar una, pero de eso se encargará Bernardo, yo tampoco sé usarlas. —Caminó hacia la orilla del techo y saltó luego de que sintiera que yo me agarraba más fuerte de él para no caer.
Luego de regresar a la base y encerrar al hombre que Esteban había atrapado, el doctor Dean me preguntó si podía predecir el número de poderes con los que contaba ese hombre, pero como eso no era una cifra de tiempo, no podía hacerlo, así que mi utilidad ahí en ese momento era prácticamente nula y tuve miedo de que se deshicieran de mí.