Ojos Color Violeta.

Cap. 113: Pero ahí están, intentando matar al otro.

Capítulo 113: Quien heredó los ojos violetas, parte XLV.

Pero ahí están, intentando matar al otro

Poco después de que Melisa y Renata corrieran hacia los escombros del C.I. cuando Renata tuvo la sensación de que un portal a otra dimensión se había abierto en esa dirección, Blaise le ordenó moverse a la segunda línea, de ese modo, Asher, el doctor Dean y Chani avanzaron hacia el campo de batalla para exterminar a cualquier miembro del EAI que se encontraran.

—¿Ves algo? —le preguntó Asher a Chani una vez la nube de polvo se asentó.

Ella negó con la cabeza y lo miró con angustia—. No veo ningún rastro de los enemigos, ni tampoco del señor Esteban.

—¡Chicos! —llamó el doctor Dean, y una vez ellos se acercaron a donde él se encontraba, señaló un lugar a su derecha—. Les juro que recién vi a Esteban corriendo por ahí con Valentina en su espalda.

—Uhm… quizás ellos están en medio de una épica batalla multidimensional —opinó Asher, entonces se puso de rodillas e inclinó su cabeza hasta que ésta, luego de activar su poder, atravesó el suelo y pudo ver la existencia del primer piso subterráneo, así que sacó la cabeza de ahí y se incorporó rápidamente—. Hay un piso debajo.

—Dudo mucho que todos los compañeros del señor Ignacio se encuentren en la épica batalla entre dimensiones —comentó Chani—, seguramente ahí abajo debe de haber algunas ratas.

El doctor Dean asintió—. Es lo más probable —miró a su alrededor—, pero, ¿dónde estarán las escaleras que llevan a bajo?

—Olvídate de eso. —Asher colocó una mano en el suelo y éste comenzó a crujir, poco a poco el cemento fue absorbido por él e inmediatamente salió en forma de polvo por su otra mano, creando así un agujero lo suficientemente grande como para pasar con comodidad por él—. Chani, ¿nos puedes ayudar a bajar?

—Sí. —Ella se paró en la orilla del agujero y estiró sus brazos, entonces algo parecido a una enredadera con espinas comenzó a salir de ellos, eran de color rojo brillante, y se extendieron hasta que tocaron el suelo del primer piso subterráneo, luego comenzaron a tomar la forma de una escalera, y las espinas se encogieron tanto que al final solo quedó algo que parecía una hermosa escalera de madera pintada de rojo.

De esa forma, esos tres bajaron y comenzaron a buscar la presencia de alguien entre las habitaciones de ese piso, pero debido a que Salma había previsto por dónde bajarían esos tres, cuando Emanuel les dijo al señor Guilmer y al señor Frank, quienes se encontraban en ese piso, que la segunda línea había comenzado a movilizarse, ellos dos se dirigieron hacia las escaleras que llevaban al primer piso, esperaron a que Emanuel les avisara que Asher y los otros habían bajado y entonces subieron por las escaleras y se caminaron en dirección donde estaba Blaise y resto de los miembros de los Vestigios de REVENISH.

—¿Quiénes son esos? —preguntó Blaise, fingiendo ignorancia, cuando vio al señor Guilmer y al señor Frank caminando hacia ellos en la lejanía.

Bernardo se encogió de hombros y luego se inclinó para tomar uno de los revólveres que tenía en la maleta llena de armas de fuego frente a él—. Ni idea, no los conozco, pero solo son un par de ancianos, acabaré con ellos en un instante. —Cargó el revólver y apuntó hacia la cabeza del señor Guilmer.

Pero el señor Tahiel estiró su brazo para detenerlo—. Eres un idiota, el anciano feo de la derecha es Guilmer Montecaso, si le haces daño, solo lograrás que se haga más fuerte, y el otro tipo es Frank, un hombre que trabajó bajo mi mando en REVENISH, y aunque es imposible que sea herido por un estúpido juguete como el que traes en las manos, si te atreves a siquiera a intentar apuntarle de nuevo, te mato en ese instante —dijo con tono amenazante y evidente enojo.

—Tahiel, ¿ya notaste cómo luce la piel de esos dos? —preguntó la señora Rangel mientras se ponía las manos en la cintura—. Están llenos de manchas, ¿no te recuerda a las arañas de Robin?

El señor Tahiel arrugó las cejas y ladeó la cabeza—. ¿También fueron maldecidos por Yanis?

—Yo diría que es lo contrario —opinó el señor Eider.

Entonces el señor Tahiel abrió los ojos con sorpresa y retrocedió un paso—. ¿¡Quieres decir que tienen a Yanis de su lado!? Maldita sea, y yo que pensé que podría matar al infeliz de Guilmer en un instante.

Esperaron en silencio hasta que el señor Guilmer y el señor Frank estuvieron lo suficientemente cerca como para hablar, entonces ellos dos se pusieron enfrente del señor Tahiel y los otros ancianos de REVENISH, y luego el señor Guilmer miró de reojo a Blaise, quien estaba casi a su lado.

—Solo estamos interesados en los más ancianos, ustedes estorban, piérdanse —ordenó, y de pronto, el tierno anciano que nosotros conocíamos desapareció, una intensa sed de sangre comenzó a emanar de él, e hizo temblar de miedo a los más jóvenes.

—… ¿Nos vamos? —le preguntó Kenan a Blaise.

Él asintió—. Creo que solo seríamos un estorbo si nos quedamos —miró hacia los escombros del C.I. —, además, no he escuchado nada que dé algún indicio de pelea por allá, seguro que les debimos de haber causado daño cuando Killian destruyó el edificio, pero no creo que se hayan muerto, al menos no todos… vayamos a ver qué está ocurriendo allá.

De esa forma, Blaise, Kenan, el señor Bernardo y el Señor Buen Papá se pusieron en marcha y se dirigieron hacia el C.I., mientras tanto, los ancianos se quedaron atrás, y la tensión que se sentía entre el señor Guilmer y el señor Tahiel se intensificó tanto que parecía que incluso era posible tocarla, habían pasado 45 años desde la última vez que habían estado frente a frente, 45 años desde la segunda vez que se habían enfrentado seriamente, pero el odio que se sentían no había disminuido ni un poco, e incluso, era probable que ese odio solo hubiese ido en aumento.




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