Capítulo 114: Quien heredó los ojos violetas, parte XLVI.
El chico de los tenedores verdes
El señor Yanis arrugó las cejas, bajó la cabeza, se frotó la cara como si se la estuviese lavando y luego miró en dirección a mi abuelo—. Oye… este…
Mi abuelo se giró hacia él con una sonrisa, pero se desvaneció poco a poco cuando notó lo sombría que se había tornado el rostro del señor Yanis—. ¿Qué pasa?
—Uhm… dejé de sentir la semilla del supervisor, es decir —, se rascó la cabeza y desvió la mirada—… del señor Guilmer.
Un silencio profundo y pesado se instauró en la habitación, por un largo rato, todos nos quedamos callados, sin atrevernos a mirarnos, simplemente no supimos cómo reaccionar, ni siquiera éramos capaces de procesar lo que habíamos escuchado, pero, intentando aferrarme a algo de esperanza, pensé en la posibilidad de que el señor Guilmer siguiera vivo, solo que sin el brazo en donde tenía la marca, pero al momento en que me giré hacia mi abuelo, me topé con el pálido rostro de Salma, y supe al instante que el señor Guilmer ya había dado su último respiro.
—Dalila, ¿Emanuel te dijo quiénes…? —Andrés se mordió la lengua—. Tú sabes… cuáles de nosotros íbamos a morir.
Asentí—. Aparte de Dánae Frayssinet y Anabel —, suspiré—, el señor Guilmer… y alguien más.
Cristopher se encontraba peleando junto con su hermano en la Dimensión de las Estrellas, peleaba contra Melisa, e ignorando el hecho de que ella estaba de nuestro lado, fue imposible que no pasara por mi mente la imagen de Cristopher siendo asesinado por ella.
—Ese «alguien más», ¿también morirá? —preguntó Andrés en voz baja.
Todos miramos a Salma.
—No lo sé —respondió ella con voz cortada—. Hace una semana, vi la muerte del señor Guilmer, entonces Emily propuso que él se enfrentara a Tahiel Roger acompañado del señor Frank en lugar de con el señor Alan… vi trozos de la pelea, cosas cambiaron, Noé Rangel y Eider no participaron, fue un uno a uno entre el señor Guilmer y Tahiel Roger, parecía que las cosas iban bien… pero mi poder no me dejó ver el final. —Apretó los dientes y se golpeó las piernas con impotencia mientras de los ojos comenzaban a escapársele algunas lágrimas—. Emanuel y Leonardo me dijeron que confiara, que mantuviera la esperanza, porque ellos confiaban en que el señor Guilmer saldría victorioso… todo gracias a mí.
Antes de que el señor Nael, la señora Luciana y el señor Shawn se marcharan, el señor Nael dejó una copia suya para ayudarnos, esa copia se encontraba ahí con nosotros en ese momento, y al ver a Salma siendo consumida por la culpa, estiró su mano y le palmeó un hombro a Salma, y ésta agachó la cabeza para sollozar.
—Ese «alguien más» —continuó ella—, está muy lejos de la persona que vi que acababa con su vida, pero soy incapaz de afirmar que sobrevivirá, porque al igual que el señor Guilmer, pude ver su pelea, pero no el final de ésta. Emily tampoco pudo ver nada… y además… ¡Ah! —Se levantó de su silla y corrió hacia la silla en donde yo estaba sentada para abrazarme—. ¡No te vayas de aquí! ¡Júrame por lo que más quieras, que no te vas a mover de aquí! ¡No pude verte al final de este día! ¡Y no sé si…!
—¡Salma, cálmate! —La empujé con delicadeza y ella cayó de rodillas frente a mí, entonces se aferró a mis pantorrillas y dejó caer su cabeza sobre mis piernas.
—Yo te vi —lloriqueó—… con la cabeza cubierta de sangre… si tú, que te tengo al lado de mí, llegas a morir también, ¿¡para qué nací con este poder!?
—Yo — «Yo no me iré de tu lado» se quedó atorado en mi garganta, porque desde hacía mucho tiempo atrás, yo me había decidido a salir corriendo de la sala de control si veía que alguien del EAI necesitaba de mi anulación.
Pero… ¿y si realmente yo moría ese día? Esa opción jamás pasó por mi cabeza antes, me dijeron tantas veces que Esteban no intentaría matarme que dejé de dudar de ello, estaba dispuesta a actuar de forma temeraria y entrar al campo de batalla… porque confiaba en que yo no iba a morir… y yo…
—… yo no quiero morir —susurré en voz muy baja.
En ese mismo momento, Asher, el doctor Dean y Chani acaban de bajar al 3er piso subterráneo, pero no pudieron avanzar al 4to piso subterráneo del mismo modo que lo habían estado haciendo, porque debajo de ellos se encontraba un laberinto con paredes capaces de anular cualquier poder, por lo que Asher no pudo usar su poder para hacer un agujero.
Por lo anterior, a esos tres no les quedó de otra más que buscar las escaleras que llevaban al piso inferior, y revisar habitación por habitación para comprobar que en alguna de estas hubiera alguien, y ya cuando estuvieron cerca de las escaleras que llevaban al 4to piso subterráneo, vieron una puerta completamente abierta, parecía que les pedía a gritos dirigirse a ella, así que eso hicieron, y al otro lado, Emanuel, Leo, Hannia y el señor Paris los estaban esperando.
—Oh, ¡por fin! —exclamó Chani mientras señalaba a Emanuel y compañía con el dedo, y entonces se giró hacia Asher con una sonrisa—. ¡Hay enemigos aquí! —Volvió a mirar a mis amigos con confusión cuando notó que las pieles de ellos se encontraban cubiertas con diversas marcas.
—Bueno, esta puerta abierta y el hecho de que la habitación, a diferencia de todas las demás, se encuentre vacía, es claramente una invitación a pelear con ustedes —opinó el doctor Dean mientras los examinaba uno a uno—, supongo que es porque estúpidamente creen que ustedes serán capaces de pelear contra Asher y Chani. —Caminó hacia la esquina contraria en donde mis amigos estaban esperando, y se sentó en el suelo con las piernas cruzadas para ponerse cómodo—. Voy a quedarme aquí y veré si realmente son capaces de durar más de 10 minutos con ayuda de las semillas de Yanis Lizardi.