Ojos Con Secretos

2. EMILY

–¡ADAAA!–gritó Emily abriendo la puerta de mi cuarto, antes de tirarse encima de mio. 

–¡Ay! Emily muevete que me aplasta y deja de gritar–dije antes de tirarla al piso. 

–¡Au! ¡Eso dolió!–dice sentada en el suelo, sobándose el trasero por la caída. 

–A mi también me dolió, cuando me aplastaste–dije riéndome. 

Nosotras somos mejores amigas desde que tenemos uso de razón. Su padre es el beta de la manada y amigo de mi padre. Por consiguiente ella es una beta, las betas hembras tienen una esencia de lobo de miel de oro. Siempre estamos la una para la otra. A veces es una rubia loquita pero igual así la quiero. 

–Disculpame–dice mirándome con ojitos de gato con botas–¿Si?.

–¿Por tirarte encima de mí o por llegar sin avisarme?–Algo que todos saben que no me gusta. 

–Es que te extrañaba bastante. Tenía mucho tiempo que no te veía–dice tirándose a un lado mío. 

–Pero si salimos al cine con Nick, antes de ayer. Tú siempre de dramática–dije volteando los ojos hacia arriba–Mejor cuéntame ¿Si aprobaste el examen de conducir?–Estaba con ansias desde ayer, cuando me dijo que iba hacerlo. 

–¡Ya tengo mi licencia de conducir!–Declaró al mismo tiempo que agitaba las llaves de su auto en el aire. Su padre se lo había comprado anticipadamente como regalo de cumpleaños. 

–¡Felicidades Emm!–dije abrazándola. 

–¡Gracias! Estoy super contenta–dice emando alegría pura–¿Vamos por un helado al centro comercial?–propuso–Vas a ser mi primera pasajera. 

–Está bien, solo déjame cambiarme–dije caminando hacia mí closet para buscar unos jeans y cambiarme en el baño–Ya estoy lista. 

Salieron del cuarto y bajaron las escaleras hacia la sala, en donde estaba la nana de la gamma, viendo la televisión

–Nana, voy a salir con Emily al centro comercial–informó la castaña, luego de estar un minuto de pie al lado de una Ana, muy concentrada en su novela. 

–Está bien niñas, cuídense–dice mirándolas un momento a cada una. 

–Gracias, le dices a papá que vamos a salir por favor–sugirió y en respuesta la omega asintió sin perder de vista la televisión. 

–Adiós Sra. Ana. 

–Adiós Emily–respondió aún sin quitar la mirada de su novela. 

–Vámonos ya, que se va a ir todo el día antes de que quite su mirada de la televisión–dijo caminando hacia la entrada. 

–¡Wao! Qué concentración. 

–Y eso que no estaba mirando su amado “aurelio casillas”, hay si nadie la saca de ese sillón. 

–Jajaja, ya me la imagino–afirmó abriendo la puerta de su bonito auto rosa. ¡Si! ¡Rosa! Tan Emily. 

–¿Qué es ese olor?–cuestionó Adara luego de ponerse el cinturón de seguridad, y sentir una esencia extraña. 

–¡Nada! Solo que… estuve con Alex aquí…–dice con una pequeña sonrisa, como quien no quiere.

–¡¿Qué?! Pero si me acabaste de decir que soy tu primera pasajera–Replicó con indignación, cruzando los brazos.

–Bueno…Me lo encontré en la escuela de manejo, y me dijo que me iba a llevar a mi casa, el manejo–dice mirándome rápidamente antes de mirar a la carretera nuevamente–Asi que técnicamente, eres mi primera pasajera.

–¿Y? ¿Qué más pasó–-preguntó demandante–Porque las dos sabemos que él, siempre ha sido tu amor platónico. No puedes venir con el cuento de que no pasó nada–añadió con una ceja levantada. 

–¡Sii! Solo nos besamos…–susurro tan bajo lo último, que si adara no fuese una loba no la hubiese escuchado–Por primera vez, me pelo.

–Sabes que no me gusta para ti, Alex es un patán, no se como Nick puede ser amigo de él–Alex siempre ha sido el típico mujeriego y chico malo, y Emily siempre ha estado enamorada de él en secreto.

–Si, ya me lo has dicho un montón de veces…–comenta con melancolía–Mejor olvidemos eso, para no arruinar nuestra salida juntas.

–Si, esta bien–acepte antes de mirar a la manada por la ventana. 

La manada no es muy grande, en realidad, por lo que me han dicho es de las más pequeñas del mundo. Pero contamos con todo lo necesario para vivir, desde supermercados hasta un pequeño hospital, aunque no lo utilizamos mucho. Porque somos hombres lobos, nos curamos rápido y no nos enfermamos fácilmente. También tenemos un centro comercial pequeño, con tiendas de todo un poco. 

Llevamos cinco minutos dando vueltas para encontrar un estacionamiento vacío. Al parecer casi toda la manada vino al centro comercial, en la tarde de hoy. 

–¡Mira! allí se desocupo un lugar–dije señalando un estacionamiento a mi derecha. 

–Gracias a la Luna, ya me iba a volver loca con tanta vuelta–dice apagando el motor. 

–Sí, yo tambien–respondí antes de abrir la puerta y bajar. 

–¿Cómo manejo?–preguntó la rubia a un lado mío, luego de ponerle la alarma al automóvil. Estaba estacionado al frente de la entrada del centro comercial. 

–Bien, lo haces perfectamente–dije antes de mirar a ambos lados para cruzar y entrar. 

–Gracias. 

–Oye, quiero contarte algo–comente con una pequeña sonrisita. 

–¿Qué? ¿Eres novia de Nick?–cuestiona, dejándome confundida. 

–¿Qué? No… de dónde sacas esa locura–dije riéndome, abriendo la puerta de la heladería–En la librería de la Sra. María encontré un libro, que me puede dar las respuestas que estoy buscando. 

Emily suspiro antes de hablar. 

–¿Estás segura que ese libro tiene la respuesta? Has buscado durante años hasta debajo de las piedras y no has encontrado nada. Mejor olvídalo Adara–me sugirió, mientras estábamos haciendo la fila para pedir. Pero antes de que pudiera responder, la señora de la caja me interrumpió. 

–Buenas tardes ¿Cuál es su pedido?–preguntó. 

–Buenas tardes ¿me podría vender un cono de helado de chocolate? Sin nueces por favor–Soy alérgica, me da un ataque anafilaxia. 

–Buenas tardes, a mí me da un cono de vainilla por favor–pidió Emily. 

–Ya hago sus pedidos.

–Gracias–dijimos en unísono.




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