Ojos Con Secretos

13. LOS RIDDLE

DAMIÁN

A la mañana siguiente, el Alfa Real se despertó a las cinco de la mañana por la llegada de sus nuevos invitados. Los Riddle, esa familia que los acogió como parte de su familia luego de la dolorosa pérdida de sus padres. 

–Adelante–ordenó cuando escucho que tocaban la puerta.

–Buenos días Alfa Damián. Ya llegaron los Riddle–informó Alfred desde el marco de la puerta.  

–Buenos días, perfecto ¿En dónde están?–preguntó, mientras guardaba unos documentos que estaba leyendo. 

–En el recibidor, señor–respondió el omega. 

–Okey, por favor busca a Adara para presentarle a los Riddle–ordenó al mismo tiempo que salía del despacho hacia el recibidor pero antes de salir por completo tenía una última cosa que decir–Si Adrian pregunta por mi, dile que no estoy disponible.

–Sí, Alfa–asintió en respuesta. 

–Gracias Alfred–dije antes de dar media vuelta y por fin caminar hacia el pasillo que conduce al recibidor. Desde afuera pude escuchar perfectamente como discuten los gemelos, algo monótono en ellos. 

Lo primero que veo al entrar es a Adaline sentada en el sofá, con un porte diplomático hacia sus hijos, tratando de apaciguar la disputa. Xander está de pie a un lado de la ventana mirando hacia la manada, con una mirada llena de dolor, la misma de hace casi diecinueve años. Lucas está sentado con desgana, como siempre, y con un brazo protector alrededor de Lili su mate. Por otro lado, está Kosmos con su mirada mesurada, su porte serio y una aura misteriosa como su nombre mismo, sentado en el sillón frente a su madre. 

–Buenos días–salude para romper la atmósfera tensa entre ellos. La primera en venir hacía mí es Adaline. 

–¡Querido! ¿Cómo estás?–pregunta con efusividad mientras me da un fuerte abrazo. Extrañaba tanto sus abrazos maternales, bien dice el dicho, no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes.  

–Bien, Adaline. Gracias por preguntar–respondí con cariño, para luego saludar al hombre que ha sido como mi segundo padre antes, durante y después de la muerte de mis padres. Ellos siempre han sido un gran soporte y apoyo para mi familia, como nosotros para ellos–Xander ¿Cómo has estado?. 

–Sabes que no tan bien como quisiera–responde emanando tristeza–Pero atendiendo tu llamado ante todo ¿Cómo estás hijo?–dice con una pequeña sonrisa. 

–Lo sé–respondió con empatía al conocer la situación por la que pasaron hace años, exactamente diecinueve años–Bien Xander, listo para la fiesta de la luna. 

–Si, eso creo. 

–¡Hola Damian!–saludan al unísono los gemelos. 

–Hola chicos–dice antes de abrazar a cada uno–Lilian ¿Cómo te va?.

–Todo bien, tratando de soportar a este tarado–dice con sorna, mientras señala a Lucas. 

–¡Oye! Tarado, pero que amas mucho ¿verdad?–dice para seguirle el juego. 

–Sí, mi amor–responde al mismo tiempo que le da un beso en la mejilla. 

–Damián ¿Por qué hemos venido todos aquí? y ¿Por qué con tanta urgencia?–pregunta Kosmos, cómo siempre al punto–No creo que solo sea para la fiesta de la luna.

–Ya lo verán, tomen asiento, tenemos que esperar a los demás. Hoy quiero presentarles a alguien…

 

 

ADARA

Estaba terminando de ordenar y desempacar las últimas cosas, cuando alguien tocó mi puerta. Por su esencia, me di cuenta que era Alfred desde el encuentro con Agatha he tratado de usar más mis sentidos lobunos para estar alerta. Y que nadie más me agarre desprevenida. 

–Buenos días Alfred–salude al abrir la puerta. 

–Buenos días Srta. Adara. El Alfa Damián la solicita en el recibidor, en este instante–informa. 

–Está bien, ya bajo. Gracias Alfred–respondió antes de cerrar la puerta y caminar hacia las escaleras. Pero antes se detuvo un momento a unos pasos de un cuadro que había en la pared a un lado de la escalera, estaba fascinada con él desde que habían llegado al castillo. En él se retrató a una misteriosa mujer corriendo por un hermoso paisaje. 

–Emily–gritó la gamma para llamar la atención de su amiga, antes de que saliera del castillo. 

–¡Hola! te estaba buscando por todo el castillo para salir un rato al jardín, el día está precioso, perfecto para explorar. 

–Sí, aquí todos los días son así de soleados–comentó con una agradable sonrisa luego de saludarla con un beso en la mejilla–Tengo que contarte algo extraño que me pasó ayer. 

–¿A dónde vamos? Ada, el jardín está hacia el otro lado. 

–Vamos al recibidor, Damián me solicitó allí. 

–Bueno no es por allí…Es del otro lado–comentó la beta provocando una incontrolable carcajada en las dos. 

–Tengo miedo de perderme en este castillo tan grande y que no me encuentren en una semana. 

–Tranquila, pronto conocerás este castillo como la palma de tu mano, lento pero seguro–asegura la rubia con un pequeño abrazo. 

–Eso espero, aunque no vamos a tardar mucho en estas tierras.  

–¿Qué me decías sobre algo de ayer?.

–¡Ah sí! Me encontré a la “mejor amiga” de Damián, Agatha, en el pasillo–comentó mientras hacía comillas con las manos–Me advirtió que no me acerque más a él o sufriría consecuencias. También que pronto serán esposos aunque no sean mates. Y dijo que si es necesario me va a quitar del camino y que no iba a ser la primera vez que lo hace.

–¿De verdad?–preguntó la beta con incredulidad. Y en respuesta la gamma solo asintió–Primero, no sabía que Damián tenía una mejor amiga. William no me ha hablado de ella y eso que pregunte muchas cosas sobre su vida. Esto es demasiado extraño, pero igual mantente alejada de ella hasta que conozcamos la verdad sobre la tal Agatha, por lo que me dices no está en sus facultades.  

–Sí, tienes razón. Igual no entiendo su advertencia, Damián no me quiere para ser su pareja. Creo que es allí, entremos–señaló al escuchar las voces que salían del cuarto a unos pasos de ellas.




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