Heroína de cuentos

Aún recuerdo que de chica mi abuela siempre me contaba cuentos de heroínas valientes que salvaban el mundo. Yo me fascinaba con sus historias; siempre un nuevo caso, distinto al anterior, con una nueva heroína diferente. Y yo me imaginaba ahí, siendo ellas. Yo aspiraba a ser una heroína como las de esos cuentos fantásticos infantiles.

Cuando fui relacionándome con otros niños, ellos me hablaban de superhéroes que salvaban el mundo. Yo los observaba a ellos, todos fascinados con sus cuentos que compraban en librerías o lo veían en la tele. También algunos inventados por sus padres, claro, es lo más común que hacen los padres cuando sus pequeños aún no pueden dormir.

Lo raro para mí era que ninguno de sus cuentos era como los de mi abuela. Todos eran sobre chicos salvando al mundo o de heroínas que combatían al mundo junto a la persona que amaban, pero realmente ellas siempre eran las salvadas por ellos, y no al revés.

Ahora comprendo porque ninguno conocía a mis heroínas fantásticas. Ellas eran creadas por la imaginación de mi abuela, con el objetivo de inculcarme algo que ella creía correcto, valores que quería que yo tuviera para combatir cuando fuera más grande; ella me entrego mi espada.

Ella me inculco que cuando este en un problema no espere a que alguien me salve. Ella me enseño que las mujeres también somos fuertes y guerreras, que nosotras también podemos combatir contra el mal y salvar el mundo. No necesitamos que nadie nos salve, y si hay alguien en nuestra vida, que la carga de salvarnos no cargue sobre esa persona, sino que es algo compartido.

De esto se trata esta historia.

¿Se animan a leerla?